El presidente de la APIVE aseguró que se tiene una perspectiva positiva respecto al sector para este 2023
De acuerdo con diversos estudios, actualmente, en la gran mayoría de los países de América Latina existe un déficit habitacional, lo cual se debe a varios factores, como la desigualdad salarial, los altos costos de la vivienda, la falta de planeación urbana, entre otros.
No obstante, en los últimos años, diversas organizaciones han tomado acciones para combatir dicho rezago en cada uno de sus respectivos países; tal es el caso de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda de Ecuador (APIVE), una organización gremial sin fines de lucro que, desde su constitución, en 2010, se ha dedicado a impulsar el desarrollo inmobiliario de vivienda y, por consiguiente, el acceso de los ecuatorianos a un hogar adecuado mediante la promoción de políticas publicas y privadas, y de mecanismos que amplíen el acceso a créditos hipotecarios.
Cabe mencionar que las empresas asociadas a APIVE producen vivienda en todos los rangos de precio en 14 provincias del país.
Al respecto, Jaime Rumbea, presidente ejecutivo de la APIVE, destacó que, si bien Ecuador tiene un déficit de vivienda importante, al ser un país dolarizado, esta problemática no es tan grande como en otros países con economías propias.
“Eso permite que en instrumentos como el crédito hipotecario se desarrollen. La dolarización fue el inicio del mercado hipotecario en Ecuador; eso sucedió en el año 2000 y, en adelante, ha permitido que el ingreso de las personas sea más estable y que las instituciones financieras puedan pensar en brindar créditos de largo plazo”, explicó.
Rumbea agregó que, en 2008, el tamaño del mercado hipotecario ecuatoriano se ubicaba en 700 millones de dólares (mdd) anuales; y hoy el tamaño de dicho mercado supera los 2,000 mdd anuales.
“Hay que trabajar para que el crédito hipotecario, que es tan maravilloso, pueda tener la sostenibilidad necesaria. A mi punto de vista, el crédito es el principal catalizador del acceso a vivienda”, consideró.
El experto consideró que el reto más importante ahora para la vivienda en Ecuador es que la estabilidad del flujo económico y el acceso a capital extranjero es limitado y episódico en el país, lo que afecta las perspectivas de eficiencia y rentabilidad de las industrias de capital intensivo, como lo es la vivienda; y esto provoca que los inversionistas eviten tomar grandes riesgos.
Asimismo, mencionó que la industria inmobiliaria tiene un ciclo muy largo, y hay proyectos que tardan hasta 10 años en ser completados; y, durante ese periodo suceden cambios de gobierno nacional o local, cambio de funcionarios administrativos y procesos de cambio normativo, lo que retrasa la tramitología.
“Si juntamos el carácter episódico del acceso capital con el carácter episódico de las normas en el largo plazo característico de los proyectos inmobiliarios, tenemos un coctel muy desafiante. Nuestro trabajo, en ese sentido, es procurar el desarrollo de herramientas que hagan menos cíclico el acceso a capital, y menos cíclico también el proceso regulatorio”, dijo.
No obstante, el presidente de la APIVE aseguró que se tiene una perspectiva positiva respecto al sector para este 2023, pues el 2022 cerró con un crecimiento de 5% en su actividad, y se espera que este año cierre con un crecimiento de más de 10 por ciento.
“Estamos trabajando para lograrlo. Por ello, en Ecuador decidimos nombrar al mes de abril como el ‘Mes de la Vivienda’; significa que todos los sectores relacionados con la construcción uniremos esfuerzos para la difusión de los productos de acceso a vivienda que están disponibles, y lo que procuramos es que quienes antes tenían dudas sepan que las condiciones que tienen en el mercado son mejores incluso que las que pueden encontrar en países más desarrollados, y esta es su oportunidad de convertir su sueño de vivienda en realidad”, concluyó.
Este texto se incluye en la edición Mayo-Junio 2023 de la Revista Inversión Inmobiliaria