La restauración se hizo para celebrar los 70 años de relaciones diplomáticas entre México y Canadá
Tras la petición del gobierno de Canadá, quien donó el tótem a México en 1960 para conmemorar el 150 aniversario de la Independencia, y la autorización del Comité de Monumentos y Obras Artísticas de Espacios Públicos de la ciudad de México (Comaep), el restaurador Andrew Todd, el artista mexicano de alebrijes, Yony Reyes y Thomas Warmiss, quien pertenece a la tribu canadiense Kwakiut, concluyeron los trabajos de restauración.
Durante dos semanas los tres artistas curaron la pieza, símbolo de la relación de pueblos aborígenes con fuerzas misteriosas de la naturaleza, y se dedicaron a remover la pintura de la pieza de 12 metros de cedro rojo, para reencontrar los colores originales, así como quitar animales que habían hecho nido en la pieza y aplicar líquidos que protejan al tronco de las plagas y el deterioro.
Para evitar riesgos de traslado, se colocó una carpa en las cercanías del lugar en el que ha permanecido por 54 años, para protegerlo de la lluvia y el sol durante el proceso, en el que se invitó a los niños asistentes al bosque a participar. También se diseñó un soporte especial para colocar el tótem, que descansará sobre una base de concreto que no dañe la estructura del tronco.
La restauración se hizo para celebrar los 70 años de relaciones diplomáticas entre México y Canadá y reforzar los lazos diplomáticos entre ambas naciones. Además de refrendar el compromiso de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), la Autoridad del Espacio Público (AEP) y la Secretaría de Cultura, con la difusión y conservación de obras de valor histórico.