Amy Henderson señaló que a pesar que espacios de coworking son los que más han sufrido por la contingencia, serán los primeros que se van a recuperar
Durante las primeras semanas de aislamiento, el principal impacto del Covid-19 en las compañías fue que éstas se vieron forzadas a implementar el home office; que, si bien ya se veía como una tendencia en crecimiento, no todas las empresas estaban preparadas para implementar este método de trabajo.
En entrevista con Revista Inversión Inmobiiliaria, Amy Henderson, vicepresidenta de CBRE México, destacó que de todos los segmentos que abarca el mercado de oficinas, los espacios de coworking han sido los más afectados por los efectos de la contingencia; debido a que generalmente manejan contratos a corto plazo y han perdido inquilinos.
Sin embargo, consideró que son los primeros que se van a recuperar. “El cliente que quiere regresar a trabajar a las oficinas; y lo más sencillo es poder regresar a un coworking, donde ya está todo equipado, contratas por un mes y prácticamente estás funcionando”, expresó.
Por otra parte, Amy Henderson aseguró que el regreso a las oficinas, tras la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, se realizará de forma paulatina; en donde las empresas deberán reestructurar la manera en que trabajan.
“Muchas de las empresas ya iban para allá, y hoy en día hay un sinnúmero de herramientas tecnológicas que las empresas han tenido que usar, y creo que las forzaron a todas a usar; entonces, el 50 o 60% de las empresas ya estaban semipreparadas para poder trabajar desde casa”, destacó.
No obstante, durante estas últimas semanas, las empresas se están enfocando en cómo será su regreso. “Sin lugar a dudas, ha cambiado la forma de trabajar. Más adelante, las empresas se van a tener que cuestionarse cómo están trabajando, hacia dónde quieren ir, si los empleados van a ir siempre o pueden tener una parte flexible dentro de la empresa una vez que regresamos a la normalidad”, mencionó Henderson.
La especialista consideró que esta situación podría dar una mayor flexibilidad a las empresas; en el sentido de que los empleados puedan hacer home office al menos un día a la semana y tengan horarios más flexibles, lo que aumentaría su productividad y calidad de vida.
Sin embargo, Henderson no prevé alguna migración total al home office. “La gente realmente quiere regresar a las oficinas, ahorita creo que estamos desesperados por poder convivir cara a cara […], entonces no vemos realmente que los inquilinos vayan a regresar espacios rentables; creo que nos va a cambiar la forma de trabajar, más bien hacia una reconfiguración de su mismo espacio, donde tengan espacios más abiertos, más colaborativos”, resaltó.