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2019, año de transición en el sector

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La industria de la vivienda llega a 2020 tras un periodo de cambios impulsados por las nuevas autoridades

El 2019 llegó a su fin y con ello, concluyó el primer año de la administración de Andrés Manuel López Obrador. En este lapso, el sector de la vivienda atravesó un escenario de transición, en el que las autoridades tomaron el poder y comenzaron a establecer las líneas que guiarán el trabajo para la industria en lo que resta del sexenio.

En términos generales, el 2019 se caracterizó por ser un periodo de cambios para el sector de la vivienda. Concretamente, las autoridades entrantes impulsaron cambios en la estructura institucional, esto a fin de cumplir el objetivo de su agenda: detonar una transformación de fondo, con un cambio de visión en la manera como se enfrente el reto habitacional en el país.

Las nuevas autoridades llegaron a la escena gubernamental con un diagnóstico preciso. Para ellos, uno de los mayores retos por atender en la industria tenía que ver con robustecer la coordinación entre los diversos organismos públicos, pues partían del hecho que el esfuerzo por abatir el rezago no se encontraba bien distribuido.

Dentro de este diagnóstico, los funcionarios entrantes también identificaron la necesidad apremiante de dar un giro a la visión en torno a la vivienda. Específicamente, transformar la perspectiva, y ver a la vivienda más como el derecho humano que como el activo financieros. Y es que las autoridades sostenían que en las últimas décadas había dominado una visión mercantilista sobre el sector, misma que dejó de lado elementos importante para el desarrollo de casas de calidad.

Transformación

Bajo estas premisas, en 2019, el equipo que encabeza Román Meyer Falcón impulsó una serie de cambios importantes para la industria. En primera instancia, se concretaron desde la Cámara de Diputados cambios en las facultades tanto de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) como de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

Específicamente, en abril de 2019, los legisladores en San Lázaro aprobaron diversos cambios a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Entre las modificaciones se contempló el cambios al artículo 41, con lo que se reformaron las atribuciones de la Sedatu y se le otorgaron mayores facultades.

Entre otras cosas, con estos cambios se estableció a Sedatu como el organismo encargado de “elaborar y conducir las políticas de vivienda, ordenamiento territorial, desarrollo agrario y urbano, así como promover y coordinar con las entidades federativas, municipios y en su caso las alcaldías de la Ciudad de México”.

Esta medida, fue ratificada en abril de 2019 con los cambios debidos en la Ley de Vivienda federal. En esa ocasión, los diputados avalaron con 324 votos los cambios para que la Sedatu se convierta en el ente encargado de elaborar y conducir la política en materia de vivienda, con lo que, se oficializó a la Secretaría como cabeza de sector.

Con las modificaciones, mientras a Sedatu se le facultó para “ejecutar, conducir, coordinar, evaluar y dar seguimiento a la Política Nacional de Vivienda y el programa en la materia, así como proponer, en su caso, las adecuaciones correspondientes, de conformidad con los objetivos y prioridades que marque el Plan Nacional de Desarrollo”, a la Conavi se le confirió ser encargada de formular y ejecutar su programa institucional, así como “las disposiciones y reglas de operación para llevar a cabo las acciones de vivienda del gobierno federal orientadas a proteger y garantizar el derecho de las personas a disfrutar de una decorosa y digna vivienda, principalmente la población de alta vulnerabilidad, menores ingresos o en situación de pobreza”.

Las medidas, de acuerdo con los funcionarios, tuvieron como meta mejorar la coordinación del sector, esto al consolidar a la Sedatu como el organismo cúpula que definiera el margen de acción.

El Subsidio y el efecto en el sector

En esa lógica, y sumado a los cambios estructurales, la nueva Sedatu dio un giro en la estrategia para dotar de vivienda a las familias de bajos recursos. Así, los funcionarios decidieron darle vuelta al enfoque de subsidio.

Con la medida, las autoridades tomaron la determinación de concentrar la dispersión de recursos en sectores más vulnerables, y que no habían sido atendidos al no contar con seguridad social. De esta forma, eliminaron la entrega de apoyos para que trabajadores afiliados al Infonavit pudieran complementar su ahorro y comprar una vivienda.

Así, se definió que los recursos se destinarían principalmente como apoyo para que familias de zonas marginadas y sin acceso a Infonavit o Fovissste, pudieran acceder a una mejor calidad de vida. Esto, principalmente, mediante acciones de mejoramiento y ampliación impulsadas desde la Conavi.

Esta medida, se lanzó en concordancia con la visión propuesta por las nuevas autoridades, consolidada en noviembre de 2019 con el lanzamiento del Programa Nacional de Vivienda; una visión de enfocar los esfuerzos en atender el rezago desde la parte cualitativa, y en menor medida la parte cuantitativa.

El Programa de Vivienda

Tras casi un año de su llegada al poder, la Sedatu presentó el Programa Nacional de Vivienda, documento de suma relevancia para el sector, al ser el que establecería las bases para el desarrollo de la industria en el sexenio.

En términos generales, el Programa definía algunas prioridades. En primera instancia, el documento planteaba la necesidad de enfocar los esfuerzos del gobierno en mejoramiento y ampliación, sobre todo en la zona sur-sureste del país. Y es que, de acuerdo con el diagnóstico de las autoridades, es en estos rubros donde se concentra el mayor rezago habitacional.

Al respecto, el programa parte de la idea de recuperar la rectoría del Estado sobre el desarrollo urbano y de vivienda. Ya que las autoridades parten de la premisa que en las últimas décadas se dejó en manos del mercado este rubro, lo que trajo consigo un crecimiento desordenado.

En esa tónica, y en cuanto a la construcción de vivienda nueva, el Programa de la nueva Sedatu plantea el acabar “con el modelo fordista de vivienda”. Es decir, un esquema que mercantiliza a la vivienda, y olvida elementos básicos para su concepción, tales como la buena ubicación y el acceso a los servicios básicos.

Para ello, las autoridades, establecen en el Programa la necesidad de apegarse a los criterios de ONU-Habitat para el desarrollo de vivienda adecuada.

“Este Programa Nacional de Vivienda 2019-2024 es uno de los primeros esfuerzos hechos a raíz de los cambios normativos que confirieron a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) la rectoría pública en materia de vivienda. Este Programa es pionero en el mundo por su alineación a los criterios de vivienda adecuada de la ONU; sus objetivos y estrategias fueron construidos con diversos actores de los sectores privado, público y social a través de foros, mesas de diálogo y reflexiones en todo el país”, se señala en el documento.

Objetivos

El Programa establece objetivos claros. Para el final del sexenio, la política prevé reducir en 2.2 millones el rezago habitacional. A la fecha, de acuerdo con las estimaciones de Sedatu, el rezago se ubica en 9.4 millones de acciones, de las cuales, 70% tiene que ver con ampliaciones o mejoramientos.

Al respecto, el Programa define como meta concretar 5.4 millones de acciones de vivienda para 2024. Este objetivo, señaló Sedatu, representaría una derrama del orden de los 2.3 billones de pesos en el sexenio; además de beneficiar a 20 millones de personas.

Pero el documento va más allá. El Programa también establece como meta impulsar el crecimiento del sector vivienda. De forma específica, la política plantea un crecimiento del orden de 11% para el sector.

El panorama 2020

Es importante señalar que este entorno de cambios generó un escenario de claroscuros para la dinámica del sector vivienda. Así, en 2019, la industria presentó una tendencia a la baja, tanto en venta de vivienda, como en producción.
Sin embargo, a decir de algunos actores del sector, como Gonzalo Méndez, presidente de Canadevi, el inicio de 2020 trajo un mejor panorama para la industria. Concretamente, señaló, que si bien 2019 no fue un buen año, elementos como la presentación del Programa Nacional de Vivienda permitió conocer los planes de la actual administración, y con ello, comenzar a disipar la incertidumbre que se generó.

“Para Canadevi, la suma de las diferentes variables que el sector presenta nos hace iniciar el año con una visión positiva, con la certidumbre necesaria para fortalecer México. Este nuevo ciclo despliega nuevas oportunidades, sustentadas en la certidumbre que otorgan la creación del Gabinete para el Fomento de la Inversión y el Crecimiento Económico (…)

“La industria está de pie, fuerte, con la claridad de saber hacia dónde dirigirse. 2019 no fue el mejor de los años, pero tampoco puede decirse que hubo una catástrofe en el sector. a no debe existir inseguridad para invertir. Hoy, el industrial tiene confianza y de aquí para adelante”, indicó.

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Redacción Centro Urbano


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