El majestuoso edificio porfiriano, su escalinata y fachada son una invitación a explorar esta institución
El Museo de Geología de la UNAM, ubicado en el corazón de la colonia Santa María La Ribera, en la Ciudad de México, se encuentra festejando su 110 aniversario.
Este importante recinto concentra las colecciones geológicas más importantes de México, y es un espacio que además de resguardar este importante patrimonio, divulga el conocimiento científico de las ciencias de la Tierra.
Asimismo, tiene entre sus importantes colecciones a la famosa meteorita Allende, con más de 4,568 millones de años de antigüedad, fósiles de un mamut, y muestras de los múltiples minerales que hay en el país.
El majestuoso edificio porfiriano, su escalinata y fachada son una invitación a explorar una institución que también es conocida como el Palacio de las Ciencias de la Tierra.
El inmueble está construido de cantera obtenida y traída de Los Remedios, Estado de México, y que es la misma con la que se construyó el Palacio de Minería y el Colegio de San Idelfonso. Su fachada de ignimbrita, un tipo de roca volcánica, está decorada con figuras de fósiles de peces, conchas y reptiles en alto y bajorrelieve.
Durante la ceremonia de conmemoración, el rector Enrique Graue Wiechers, reconoció la labor del museo en beneficio del estudio geológico y del conocimiento de las ciencias de la Tierra.
Por su parte, la directora del Instituto de Geología (IGL), Elena Centeno García, expuso que en este inmueble están las raíces de todos los mexicanos que trabajan las ciencias de la Tierra, pues en él se albergó al primer instituto de investigación científica de América Latina dedicado a ellas.
Fue también la primera casa del Servicio Geológico Mexicano y allí trabajaron los geólogos que determinaron en donde perforar el primer pozo petrolero en el país, además de realizarse los primeros estudios con metodología científica para la búsqueda de aguas subterráneas. Asimismo, se elaboró el primer mapa estadístico minero del país.
En su oportunidad, el secretario de Energía federal, Pedro Joaquín Coldwell, expuso que en las más de 10,000 piezas que resguarda el museo se ve reflejada la evolución de la materia y energía.
El funcionario recordó que en 1900 se inició la construcción del inmueble y fue inaugurado en 1906, con motivo del X Congreso Geológico Internacional.
En 1929 pasó a depender de la Universidad Nacional, como IGL, y en 1956, cuando se mudó a sus nuevas instalaciones en Ciudad Universitaria, el histórico recinto se convirtió en museo.
Coldwell señaló que desde el principio este edificio tuvo una visión y un propósito: ser el hogar de los estudios e investigaciones propios de la geología y por ello dispuso de espacios para laboratorio, salas de exhibición, oficinas y biblioteca.
Como parte de los festejos por los 110 años del museo, también se inauguró el Acervo Histórico de la Geología Mexicana que implicó el rescate de más de 11,000 documentos, tarea realizada por el IGL, en conjunto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Asimismo, se abrieron las exposiciones: “La Tierra y sus grandes eventos” y “Entre la tradición y la innovación”, ésta última enfocada a los 130 años de la actividad de la comunidad geológica en México.