Hace unos días, un banco presentó un crédito hipotecario cuya característica principal era diferenciar el perfil del solicitante para poder ofrecerle un crédito acorde a éste…
Mejores historiales crediticios y mayores ingresos darían en automático acceso a mejores tasas…
Financieramente hablando el principio es simple, se trata de ofrecer mejores créditos a aquellos solicitantes que impliquen menores riesgos…
Y lo interesante sería ver qué pasaría si un cliente AAA, con impecable historial crediticio, buena relación comercial con la institución financiera a la que solicita el financiamiento, ingresos sobrados para el monto de la mensualidad y capacidad de pagar un enganche alto, solicitara el crédito en un estado o municipio cuya regulación implicara mayores riesgos que otros…
¿Será que en un estado en que resulta más difícil ejecutar una garantía hipotecaria se deba cobrar una mayor tasa o, en caso extremo, dejar de otorgar créditos hipotecarios?
El hecho es que si ya hay bancos que analizan en forma individual cada solicitud de crédito, ofreciendo en cada caso condiciones diferentes acordes con el riesgo que el solicitante implica, ¿no será que el paso que sigue es complementar este análisis con el grado de riesgo que implica la entidad -estado o municipio- en que se generaría el crédito y ubica la vivienda a financiar?
¿Qué pensaría un cliente potencialmente AAA, si fuera el caso de que sólo pudiera recibir un crédito CCC a causa de los enormes riesgos que supone para la entidad financiera otorgante generar un crédito hipotecario en su lugar de residencia?
O al contrario, ¿qué pensaría un cliente -A o B, si gracias a la calidad crediticia de su entidad de residencia pudiera recibir un crédito AAA?
Diría mi madre: “cada chango su mecate”… Llegan los tiempos en que cada solicitante de crédito hipotecario será medido con diferente vara…