ONU-Habitat destacó que una de las estrategias más efectivas para enfrentar las inundaciones es la infraestructura verde
Las ciudades del mundo enfrentan cada vez con mayor frecuencia las consecuencias de las lluvias intensas y el cambio climático. De acuerdo con el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, ONU-Habitat, el riesgo de inundaciones en zonas urbanas se ha convertido en una de las principales amenazas para la vida, la salud y la economía de millones de personas.
En su reciente publicación ‘Reduciendo los riesgos de inundación en zonas urbanas’, el organismo advierte que el crecimiento desordenado, la impermeabilización del suelo y la pérdida de ecosistemas naturales están incrementando la vulnerabilidad de las ciudades.
Frente a ello, propone adoptar un enfoque de planificación urbana resiliente que integre soluciones basadas en la naturaleza, fortalecimiento institucional y participación comunitaria.
Infraestructura verde y naturaleza como aliadas
ONU-Habitat destaca que una de las estrategias más efectivas para enfrentar las inundaciones es la infraestructura verde, es decir, el uso de parques, jardines de lluvia, humedales urbanos y corredores ecológicos que permiten captar, infiltrar y retener el agua.
Estas medidas, explica el organismo, no solo reducen la escorrentía superficial, sino que también mejoran la calidad del aire, mitigan el efecto de isla de calor y crean espacios públicos más habitables.
Asimismo, el documento menciona el concepto de ‘ciudades esponja’, adoptado en varios países, como China, donde el diseño urbano está orientado a absorber el agua de lluvia a través de sistemas naturales y permeables, en lugar de canalizarla directamente al drenaje. Este modelo combina la ingeniería con la ecología y la planificación urbana.
Gobernanza y planificación para prevenir desastres
Además de las soluciones ambientales, ONU-Habitat subraya la importancia de la gobernanza integral del agua y el territorio. Para reducir riesgos, es necesario incorporar criterios de resiliencia en los instrumentos de planeación —como los planes maestros, la zonificación o los ordenamientos territoriales— y promover la coordinación entre autoridades locales, sociedad civil y sector privado.
Otro elemento clave es la gestión del conocimiento y la información. Contar con mapas de riesgo actualizados, modelos climáticos y datos geoespaciales permite identificar zonas vulnerables y anticipar los impactos de los fenómenos meteorológicos. En este sentido, la tecnología y los sistemas de monitoreo son aliados para la toma de decisiones informadas.
Alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La estrategia de ONU-Habitat se enmarca dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11, que busca lograr ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, así como en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, que prioriza la prevención antes que la respuesta.
Ambos instrumentos internacionales coinciden en la necesidad de evitar la creación de nuevos riesgos al expandir las ciudades sobre zonas inundables o ecosistemas frágiles, e insisten en la urgencia de revertir prácticas urbanas que aumentan la vulnerabilidad.
Desafíos pendientes y llamado a la acción
A pesar de los avances, ONU-Habitat reconoce que muchas ciudades aún carecen de datos, financiamiento o capacidad técnica para implementar estrategias de resiliencia. En algunos casos, la falta de mantenimiento de las infraestructuras verdes o la ausencia de políticas integrales limita su efectividad.
Por ello, el organismo llama a los gobiernos locales y nacionales a invertir en la planificación urbana preventiva, fortalecer la educación ambiental y fomentar la participación ciudadana en la gestión del riesgo. “Las ciudades deben transformarse en espacios preparados para convivir con el agua, no en su contra”, enfatiza el documento.
En un contexto de cambio climático y urbanización acelerada, apostar por la resiliencia urbana no es una opción, sino una necesidad urgente para proteger vidas y garantizar un desarrollo sostenible a largo plazo.
