Según expertos, en el sur de Nayarit, el motor de la riqueza para los empresarios ha sido la apropiación del territorio, y su urbanización “a lo loco”
De acuerdo con Ana María Salazar Peralta, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante los últimos años se ha registrado mayor precariedad y desigualdad en las comunidades de la Riviera Nayarit.
La experta indicó que, aunque la población local obtiene empleos, generalmente tiene salarios bajos, además de que, durante la pandemia, muchos perdieron sus empleos debido al confinamiento.
“La emergencia sanitaria ha tenido impacto a diferentes niveles; en contextos turísticos como este, ha provocado mayor precariedad y desigualdad”, dijo.
Y, a lo anterior se suman anomalías ambientales, por lo que afirmó que la situación en la Riviera Nayarit es complicada.
“Sistemas costeros, como los del estado de Nayarit, sufren importantes conflictos ambientales por la imposición de enclaves turísticos, principalmente a cargo de capital extranjero, por la inversión directa que en realidad es una amenaza para los recursos ambientales y las poblaciones locales, la cual debería llegar, pero con respeto a los bienes comunes”, comentó.
La investigadora agregó que, en el sur de Nayarit, el motor de la riqueza para los empresarios ha sido la apropiación del territorio, y su urbanización “a lo loco”. Por ello, la región requiere soluciones en materia de planeación urbana y territorial.
Ante esta situación, Salazar destacó que han emergido organizaciones sociales que buscan atender estas problemáticas, pues la porblación local de la Riviera Nayarit ya no está dispuesta a dejar pasar las situaciones que la afectan y la opacidad en el manejo de los recursos.
“Los sitios turísticos generan una cantidad enorme de riqueza. Punta de Mita, por ejemplo, atrae la inversión de multimillonarios como Bill Gates. Los pobladores locales saben que ingresa mucho dinero, pero no se distribuye adecuadamente, de forma que también se satisfagan sus propias necesidades”, acotó.
Asimismo, señaló que,al día de hoy, se han contabilizado más de 40 organizaciones de todo tipo, pero pricipalmente ambientales, que se ubican desde Cabo Corrientes, Jalisco, a San Blas, Nayarit.
Dichas agrupaciones civiles tienen a su cargo huertos urbanos y jardines botánicos, se dedican a la reforestación y han establecido comunicación directa con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Poco a poco han habido logros. Hasta ahora, se han recuperado playas como un bien público, porque estaban privatizadas hasta con malla ciclónica para evitar que los pobladores pudieran entrar libremente. El Estado está recuperando su papel de ser árbitro de lo público y garantizar a todo ciudadano la administración de esos bienes”, mencionó la investigadora del IIA UNAM.
