Para Gene Towle, uno de los retos que deberá enfrentar la industria será el atraer capital
La nueva normalidad que atravesará el país tras el impacto del Covid-19 impondrá una serie de retos al sector de la vivienda. Uno de ellos, tiene que ver con el tema de la demanda y la venta de casas. Y es que, de acuerdo con proyecciones de la firma de consultoría Softec, la comercialización de unidades en 2020 podría sufrir un impacto de alrededor 40 por ciento.
A decir de Gene Towle, socio-director de Softec, este escenario de baja en la venta de unidades estaría impulsado no sólo por las medidas de aislamiento derivadas de la estrategia para contener la propagación de la pandemia, sino también por una baja en la oferta.
El especialista destacó que antes de la contingencia, las proyecciones para el año indicaba que la comercialización de vivienda se contraería. No obstante, añadió, la llegada del Covid-19 profundizó la perspectiva de baja para el ejercicio.
“Antes de esta bronca (el Covid-19) pensábamos que se iban a vender 200,000 unidades, por el simple hecho de que si no lo tienes, no lo puedes vender. Bajó la mercancía, el producto en proceso; baja el producto del proceso y entonces baja la disponibilidad de lo que puedes vender (…)
“Nos pega el coronavirus y nosotros calculamos que vamos a perder un cuatrimestre de producción y un cuatrimestre de ventas. Entonces eso lo que provoca es que te bajan las ventas”, indicó.
Escenario precovid
Al inicio del año, las proyecciones de la firma pronosticaban una baja en la venta de vivienda para el año de 17%. Es decir, de las 242,136 unidades vendidas en 2019, para 2020 la cifra se colocaría en 200,361 viviendas.
Con la llegada del Covid-19, la firma ajustó a la baja este pronóstico. Así, con el nuevo escenario traído por la pandemia, la colocación de vivienda se estima en 136,684 unidades para 2020, lo que representa una variación de 31.8% en comparación con el primer pronóstico lanzado.
“Antes de la crisis generada por el Covid, la industria tenía perspectivas de contracción como consecuencia de los pocos inicios de proyectos y la reducida inversión de los últimos 5 años, en particular en los segmentos de vivienda Económica, Tradicional y Popular (precio inferior a 850,000 pesos)”, señaló la firma.
Retos en el sector
Para Gene Towle, de cara a la nueva normalidad, el sector de la vivienda deberá enfrentar tres retos principales. Por un lado, dijo, la industria deberá fijarse como meta captar más inversiones.
“El reto más grande que tenemos es volver a traer capital a la industria, que se rentabilice el capital, que haya incentivos para que la gente invierta en el sector inmobiliario. Y no te digo incentivos de que tienes que tener algún beneficio fiscal, que sea simplemente que no te anden cambiando las reglas cada cinco minutos y que tengas la oportunidad de movilizar los recursos que se necesitan.
“O sea, para hacer 1 millón de casas al año, a un precio promedio de 500,000 pesos, necesitamos movilizar 500,000 millones de pesos al año a la industria. Y ahorita nuestra industria, contando todas las viviendas caras y todo lo que tú quieras, seguimos bajos: vale 200,000 millones de pesos”, apuntó.
Capital y suelo
Sumado a lo anterior, dijo, además de poner énfasis en las ventas, la industria deberá poner el ojo en el tema de contar con más suelo desarrollable. Sobre todo, ante un escenario en donde “el producto en proceso es cada vez menos y cada vez hay menos inventarios”.
“Tenemos que atraer más capital de inversión y tenemos que habilitar más suelo. Y para habilitar suelo tenemos que ponerle infraestructura urbana y municipal.
“Entonces lo que yo veo como grandes retos es eso: la habilitación del suelo, la captación de capital y la parte comercial y de ventas; ponerse las pilas y salir a ver que tu producto como para qué cliente le sirve”.
Por otro lado, Gene Towle habló sobre el panorama para la recuperación. Enfatizó que la reactivación económica no será homogénea, y dependerá de cada región del país.
Al respecto, detalló que las zonas con procesos de exportación industrial, como la franja del norte y parte del Bajío, tendrán una recuperación en ‘V’. Para las zonas turísticas, dijo, la recuperación se daría como una tina; es decir, una caída, un periodo estabilizado a la baja, y luego un repunte.