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Las mujeres en la actualidad de la arquitectura mexicana

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Por Gustavo López Padilla*

Con cariño para mi nieta Inés, esperanza de un mundo mejor.

Desde hace por lo menos quince o veinte años, se ha intensificado y diversificado la presencia de las mujeres, dentro del panorama de la arquitectura mexicana contemporánea. Cada vez un mayor número de ellas, ha realizado proyectos arquitectónicos y urbanos relevantes, de distinta temática, naturaleza y escala, ejecutados tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de las mismas, que han merecido reconocimientos tanto nacional como internacionalmente. Su actividad profesional se ha confirmado importante también, en actividades académicas que tienen que ver con la impartición de clases en distintas universidades, locales y extranjeras, incluyendo además su participación en foros y seminarios, dejando constancia de sus particulares puntos de vista sobre distintos temas, incluyendo posturas históricas, proyectuales, políticas, sociales y culturales, sumando a lo anterior actividades que tienen que ver con publicaciones de distinta naturaleza, libros, revistas y medios digitales, en donde han dejado constancia de sus capacidades y conocimientos relacionados con la documentación histórica y la reflexión crítica, relacionadas con el urbanismo, la arquitectura y el diseño de paisaje.

Naturalmente esta rica y diversificada presencia femenina, tiene valiosos antecedentes, que se remontan hasta los inicios del pasado siglo XX, con la primera arquitecta mexicana reconocida profesionalmente dentro del movimiento moderno, en la persona de María Luisa Dehesa Gómez Farías, nacida en Jalapa, Veracruz, (1912-2009), quién se recibió en 1939 en la Academia de San Carlos, formando parte de una generación de ciento tres estudiantes, dentro de la cual tan solo cinco eran mujeres. Trabajó para la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas y para la Secretaría de Desarrollo Urbano. Fundó la Federación de Universitarias Mexicanas, formó parte de la Unión Internacional de Mujeres Arquitectas de París y recibió el Premio Ruth Rivera en 1974.

Otra arquitecta importante dentro del desarrollo de la arquitectura mexicana contemporánea, fue la misma Ruth Rivera Marín (1927-1969), hija del pintor Diego Rivera (1886-1957) y Guadalupe Marín (1893-1983), siendo la primera mujer en ingresar en el año de 1950, a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional. Desde 1959 hasta su muerte, fue Jefa del Departamento de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes. Desde 1952 fue catedrática de la ESIA del IPN, impartiendo clases de teoría de la arquitectura, composición arquitectónica, taller de planificación y urbanismo, e incluyendo teoría del urbanismo. En términos de su postura teórica, rechazaba el internacionalismo del movimiento moderno, de la mano de la repetición acrítica e imitación de las arquitecturas centroeuropeas y las de los Estados Unidos de Norteamérica, proponiendo en otro sentido la defensa de una arquitectura plural, que tomara en cuenta las particularidades culturales de cada localidad donde se ejerciera la actividad proyectual. Participó en la realización del proyecto del Anahuacalli (1964), encabezado por su propio padre Diego Rivera y con la participación del arquitecto y pintor Juan O Gorman (1905-1982).

Estefanía Chávez Barragán (1930-2020) fue una arquitecta egresada de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el año 1954, obteniendo el grado de Maestría en Arquitectura con especialidad en Urbanismo en 1990 y Doctora en Urbanismo en 2009, ambos grados con mención honorífica. Estuvo involucrada en la lucha e inclusión con perspectiva de género en la problemática del estudio de las ciudades y en lo que tiene que ver con la enseñanza del urbanismo. Fue docente e investigadora en la Escuela Nacional de Arquitectura desde 1959, hoy Facultad, llegando a ser profesora emérita y junto con el Maestro Domingo García Ramos, promovió la creación de la licenciatura en urbanismo, que terminó por reconocerse en 1984, con un sentido profesional y humanista. Introdujo los temas de sustentabilidad, participación ciudadana y género en los planes de estudio de la carrera de urbanismo, siendo creadora de distintas instancias, organizaciones gremiales y estatales, todas ellas relacionadas con el urbanismo, entre las que destaca la fundación en 1969, junto con algunas otras colegas, de La Asociación Mexicana de Arquitectas y Urbanistas. Fue además Delegada en Xochimilco entre 1997 y el año 2000.

Para completar una mínima relación de mujeres destacadas, como antecedentes profesionales en el desarrollo de la arquitectura mexicana actual, mencionaremos ahora a la arquitecta Sara Topelson Freedman, nacida en Polonia en el año de 1947. Desde muy niña llegó a México y aquí estudió arquitectura en la entonces Escuela hoy Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, graduándose en el año de 1970. Su actividad profesional a incluido el diseño arquitectónico, planeación urbana, conservación del patrimonio construido, el ejercicio de la docencia y la política gremial. Desde 1973 fundó junto con su esposo José Grinberg su despacho profesional, desarrollando una gran variedad de proyectos que incluyen temas residenciales, educativos, comerciales, industriales y culturales. Entre 1993 y 1996 fue Vicepresidenta de la Unión Internacional de Arquitectos y Presidenta de la misma entre 1996 y 1999. Fue también Directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA del 2000 al año 2003, siendo Directora también del Museo de Arquitectura del propio Instituto. Suma a lo anterior el haber sido Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio de la entonces llamada Secretaría de Desarrollo Social entre 2007 y 2012 y es Presidenta actualmente del International Women´s Forum Capítulo México desde el 2018. Hasta el día de hoy, la arquitecta Sara Topelson continúa ejerciendo su fructífera actividad profesional.

Como se puede apreciar, la actividad y participación de las mujeres, en la construcción de la realidad de la arquitectura mexicana contemporánea, ha sido rica y diversa, abarcando distintos campos profesionales, pasando por el diseño mismo, urbano y arquitectónico, incluyendo docencia, investigación, ejercicio gremial y la actividad del ejercicio público gubernamental de la profesión, mostrando una presencia nacional e internacional. Pero si nos concentramos en lo que ha sucedido a lo largo de los últimos quince o veinte años, la participación de las mujeres se ha multiplicado y diversificado, en tanto que alguna vez en los grupos estudiantiles en las escuelas de arquitectura, hubieron de entre diez o quince mujeres y en la actualidad poco mas del cincuenta porciento de los grupos están constituidos por ellas. Lo anterior de manera natural implicará una mayor presencia de mujeres en el presente y futuro de la arquitectura mexicana contemporánea.

Vale la pena resaltar, que las arquitectas a las que haremos referencia ahora, que forman parte de la actualidad de la arquitectura mexicana, cuentan con la particularidad de que ejercen personalmente, el control y rumbo de sus propios talleres de diseño, con todo lo que ello implica, desde constituir legalmente dichos talleres, buscar fuentes de trabajo, conformar los grupos interdisciplinarios con los cuales desarrollar sus proyectos, definir los criterios proyectuales para realizar dichos proyectos, manejar la administración de sus talleres, llevar en muchos casos la dirección de la realización material de sus diseños y dejar constancia histórica además de los resultados de su actividad. Naturalmente en sus grupos de trabajo existen hombres y mujeres, pero ordenados siempre bajo su dirección. Esta condición profesional hace la diferencia entre muchas otras mujeres, que si bien han demostrado constantemente sus habilidades, capacidades creativas y proyectuales, forman parte de equipos de trabajo, conformados en sociedad o dirigidos por hombres. Así las cosas, en adelante nos vamos a referir a un pequeño grupo representativo de mujeres, que hoy en día enriquecen la actualidad de la arquitectura mexicana contemporánea. Comenzaremos con Elena Tudela Rivadeneyra y seguiremos en adelante con Fernanda Canales González, Frida Escobedo López, Gabriela Carrillo Valadez, Isadora Hastings García, María de Lourdes Cruz González Franco, el equipo de Mariana Ordoñez Grajales y Jessica Amezcua Cabrera, se sumará Rozana Montiel y terminaremos con Tatiana Bilbao Spamer.

– Elena Tudela Rivadeneyra (ciudad de México 1979), estudió en el Taller Max Cetto y recibió su titulo de arquitecta por la Facultad de Arquitectura de la UNAM en el año 2008 y su grado de Maestría en Diseño Urbano por la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard en 2012. Es profesora de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y tutora de Posgrado de las Ciencias de la Sostenibilidad de la misma Facultad. Desde el año 2013 fundó su taller ORU Oficina De Resiliencia Urbana, especializado en infraestructuras hídricas, paisaje y espacio público, haciendo equipo con Adriana Chávez, Víctor Rico, Carolina Crespo, Sofía Vignette, Bernal Pérez y Guillermo Chávez. Ha incursionado en la administración pública como parte del equipo de la Autoridad del Espacio Público, del Gobierno del Distrito Federal y en la Dirección General de Proyectos Estratégicos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.

Unidad Deportivas Jardín de las Sombras –  2019

Como parte de sus proyectos profesionales relevantes podemos mencionar en términos de arquitectura: la Unidad Deportiva Jardín de las Sombras, 2019, ubicada en la ciudad de los Cabos, en el estado de Baja California Sur, propuesta proyectual que se sitúa en una zona marginal del norte de la ciudad, planteada como un espacio público que promueve las relaciones comunitarias, proyecto racional, eficiente, recordando imágenes fabriles, formalmente atractivo, poroso, bien ventilado, tomando en cuenta primordialmente las condiciones climáticas, cálidas y húmedas del lugar. En términos urbanos, Elena Tudela fue coordinadora de un grupo plural e interdisciplinario, que se avocó al diseño del Proyecto Parque Hídrico la Quebradora (IIS UNAM) 2018, ubicado en Iztapalapa, en el cual se conformaron una serie de plataformas sobre el terreno natural, proponiendo paseos peatonales a través de plazas escalonadas y andadores, buscando sustancialmente contener y almacenar las aguas de lluvia, aguas residuales para ser tratadas, complementando la propuesta con equipamientos como sanitarios públicos y talleres comunitarios.

– Fernanda Canales González (ciudad de México 1974), egresada de la Universidad Iberoamericana en 1997, con Maestría en Teoría de la Crítica por la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, 2001 y Doctorado en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid, 2013. Inició su práctica profesional independiente en el año 2006 y ha impartido clases en el Taller Max Cetto de la Facultad de Arquitectura de la UNAM entre 2001 y 2003, en su propia Universidad Iberoamericana entre 2005 y 2010 y clases en el extranjero como invitada en Yale School of Architecture 2019, en Princeton 2021, Harvard University GSD 2022, además de impartir clases en el Politécnico de Madrid en el año 2023.

Conjunto Casas Bruma – 2017

En su trayecto profesional de casi veinte años, ha tenido la oportunidad de desarrollar proyectos variados que incluyen temas como casas habitación, conjuntos de departamentos, edificios culturales y algunos otros de servicios. De entre el conjunto de sus proyectos, que ha realizado por un lado para la iniciativa privada y otros más, solicitados por distintas entidades gubernamentales con un carácter mas social, se pueden destacar las casas Bruma, 2017, realizadas en colaboración con Claudia Rodríguez y el Centro Cultural Elena Garro, 2012, ubicado en Coyoacán, ciudad de México, diseñado en colaboración con arquitectura 911sc. Al detenernos a reflexionar sobre los resultados proyectuales de sus proyectos, nos encontramos con una postura que implica claramente criterios racionalistas, empleando fundamentalmente formas geométricas simples, ordenadas regularmente, buscando expresividades relacionadas con contrastes y dinámicas volumétricas, acentuadas por diferentes calidades de luz, sombras, combinando con habilidad distintos materiales y texturas. Pero la actividad profesional de Fernanda Canales se ha vuelto rica y variada, al incorporar lo que tiene que ver con la curaduría de algunas exposiciones y practicando también el ejercicio de historiadora y crítica de la arquitectura, esto último quedando documentado en publicaciones como Arquitectura México 1900-2010, editada por Arquine en 2013, de la cual hizo la curaduría correspondiente de una exposición que se realizó con el mismo tema en el Palacio de Iturbide, ubicado en la ciudad de México, a lo que se suman los libros Vivienda Colectiva en México, editada por Gustavo Gili en 2017 y Mi casa, tu ciudad, Privacidad en el mundo compartido de Puente Editores, del año 2021.

– Frida Escobedo López (ciudad de México 1979), egresada como arquitecta y urbanista de la Universidad Iberoamericana en 2003 y con Maestría en Arte, Diseño y el Dominio Público en la Graduate School of Desing en Harvard. Desde el año 2007 ha sido profesora de la Universidad Iberoamericana, dando clases además en la Universidad de Columbia en 2016, en el Architectural Association de Londres también en 2016, en la Universidad de Harvard entre 2016 y 2019, en la Universidad Rice en 2019 y mas recientemente en 2022, en la Universidad de Yale. A partir del 2006 se inicia profesionalmente de manera independiente, desarrollando proyectos que van desde la vivienda mínima, hasta intervenciones en museos, algunos de presencia internacional.

En el año 2010 recibió su primer encargo proyectual importante, que tuvo que ver con la restauración de la Tallera de Siqueiros, edificio que de origen tenía un relevante carácter simbólico. La obra fue creada inicialmente por el propio David Alfaro Siqueiros (1896-1974) en 1965, para desarrollar en su interior algunos de sus trabajos de gran formato. La intervención implicó la reordenación del espacio y la regulación de la luz al interior del recinto, condiciones fundamentales para la operación del mismo, tomando en cuenta además criterios de sustentabilidad ecológica. Como parte sustancial de la propuesta relocalizó algunos murales, mostrando los mismos ahora hacia el exterior, como parte de la imagen pública de la obra, dando frente a una nueva plaza que forma parte de los espacios colectivos de la ciudad. El resultado formal de la propuesta como imagen urbana, mediante juegos de planos inclinados y calificados por la dinámica compositiva y fuerza de color de la propia obra de Siqueiros, hace interesante y atractivo el lugar.

La Tallera – 2010

En el año 2018 le fue encargado el diseño del Pabellón Anual Serpentine, ubicado en los jardines de Kensigton en Londres, dando inicio así a su reconocimiento y presencia internacionales. En 2022 le fue encargado el diseño de una nueva ala Oscar L. Tang y H.M. Agnes Hsu Tang, como parte del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y su encargo proyectual actual mas importante, tiene que ver con la invitación que recibió recientemente, para la renovación del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, 1977, ubicado en París, proyecto originalmente diseñado por Richard Rogers (1933-2021) y Renzo Piano (1937). El proyecto de renovación se plantea realizarse haciendo equipo con el estudio Moreau Kusonoki Architectes.

– Gabriela Carrillo Valadez (ciudad de México 1978), egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM en el año 2001, es profesora en la misma Facultad desde 2003, impartiendo también clases en Harvard GSD y en Kent State University. Desde el 2001 hasta el año 2019, hizo equipo con el Arq. Mauricio Rocha Iturbide, (1965) desarrollando una buena cantidad de proyectos que han merecido importantes reconocimientos. A partir del 2019 decidió formar su propio taller e independizar su lápiz y sus ideas, sus propuestas proyectuales, desarrollando ahora trabajos individualmente, pero estableciendo además relaciones profesionales para desarrollar proyectos de obra pública, con el taller denominado c733 del cual es también cofundadora y del que forman parte José Amozurrutia (1983), Carlos Facio (1983), Eric Valdez (1977), e Israel Espín (1987).

Casa de Cultura y Escuela de Música – 2021

De entre sus últimas realizaciones proyectadas conjuntamente con el colectivo c733, se pueden destacar la Casa de Cultura y Escuela de Música, ubicada en Nacajuca, estado de Tabasco del año 2021 y el Mercado Matamoros, en el estado de Tamaulipas, del 2022. Ambas obras que significan un claro compromiso social profesional, contribuyen a fomentar los lazos comunitarios de las localidades donde se ubican, mejorando e impulsando las calidades urbanas en el sitio y sus alrededores. Proyectualmente experimentan con propuestas racionales, de formas geométricas simples, regulares, que muestran una fuerte expresividad a partir de la presencia dominante, riqueza y contrastes formales entre sus cubiertas y las bases volumétricas sobre las cuales se apoyan. Tomando en cuenta claras referencias en relación con los climas donde se ubican ambas obras, plantean ventilaciones naturales cruzadas, experimentando formalmente con juegos de celosías, protegiéndose con ello de las incidencias del sol y sus ganancias de calor, matizando y regulando las incidencias lumínicas, logrando sombras y confort al interior de sus espacios. Emplean constructivamente sobretodo estructuras metálicas, concreto y las posibilidades de textura, color de muros y losetas de barro rojo y componentes de madera. Planteando algunas plazas abiertas públicas, extienden las posibilidades de uso del espacio interno colectivo de los proyectos, enriqueciendo con ello también sus presencias urbanas.

– Isadora Hastings García (ciudad de México 1973), tiene maestría por la Facultad de Arquitectura de la UNAM, 2007 y por la Universidad Politécnica de Madrid también en 2007. En el año 2003 tuvo la oportunidad de viajar a Brasil y reflexionar sobre la arquitectura moderna, interesándose en particular por la vida comunitaria en las favelas y sus arquitecturas autoproducidas. Con el mismo interés realizó estudios y reflexiones sobre arquitectura participativa en Berlín y a su regreso a México tuvo la oportunidad de comenzar a promover comunitariamente la construcción de algunas viviendas, donde puso en práctica sus conocimientos adquiridos de arquitectura con tierra. En el año 2010 comenzó a trabajar en comunidades rurales y en 2012, junto con el Ing Gerson Huerta García (1971) fundaron Cooperación Comunitaria, con la finalidad de recuperar e impulsar las posibilidades de ejecución de vivienda tradicional en distintas regiones del país. Desde ese tiempo a la fecha ha dedicado su labor profesional en coordinar y participar en proyectos de Producción y Gestión Social del Hábitat (PyGSH).

Centro Comunitario – 2014

Entre sus trabajos realizados a la fecha se pueden destacar: la reconstrucción participativa e integral de comunidades en el Istmo de Tehuantepc, Oaxaca, (2018-2022) otros mas en la Montaña de Guerrero, afectada por los huracanes Ingrid y Manuel en el año 2013, realizándose aquí entre otros proyectos, el levantamiento de un Centro Comunitario, 2014 y actualmente participa de manera activa en Cacahuatepec, Acapulco, en el mismo Estado de Guerrero, comunidad afectada por el Huracán Otis en el año 2023. Su labor profesional implica, organizar conjuntamente con las propias gentes involucradas, la identificación de las necesidades y carencias de sus comunidades, la identificación y selección de los lugares en los cuales se pueden llevar a cabo las obras necesarias, la gestión y obtención de los recursos requeridos para ejecutarlas, la realización de los proyectos respectivos y la organización de las propias personas, para ir levantando poco a poco las edificaciones resultantes, que se convierten en experiencias vividas de modelos replicables por las propias comunidades. Naturalmente en estos proyectos se utilizan materiales de la localidad, pensando sobretodo en su economía, facilidad constructiva y en su pertinencia de uso, tomando en cuenta sus realidades construidas ya experimentadas en el tiempo en términos climáticos, ambientales y de confort al interior de los espacios resultantes. Se trata evidentemente de una labor profesional, entendida como arquitectura participativa, que representa máximo compromiso social y que termina por ser trascendente al final del camino.

– María de Lourdes Cruz González Franco (ciudad de México 1960). Egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM en 1984, con Maestría en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1990 y Doctora en Arquitectura en 2002, por la UNAM, imparte clases en la misma Facultad de Arquitectura de la UNAM y es investigadora en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje, especialista en Historia de la Arquitectura del siglo XX en México. Como resultado de su fructífera actividad de investigadora, han aparecido un buen número de publicaciones de su autoría, entre las que se pueden destacar: Francisco J. Serrano Ingeniero civil y Arquitecto, editado por la UNAM en el año 1998, El Estadio Olímpico Universitario lecturas entrecruzadas, editado por la UNAM en 2001, Los dibujos del Taller de Augusto H. Álvarez, realizado en equipo con Alejandro Aguilera González, coedición del año 2013 entre la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Iberoamericana y La Casa en la Ciudad de México en el siglo XX, editado en el año 2016 por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Como investigadora además, fundó en el año 2002 el Archivo de Arquitectos Mexicanos, dentro de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, labor que desarrolló, siendo su coordinadora hasta el año 2023, haciendo equipo con las arquitectas también de la UNAM, María Eugenia Hernández Sánchez (ciudad de México 1947) y la Dra. Elisa María Teresa Drago Quaglia (ciudad de México 1970). Esta última se ha convertido ahora en la nueva Coordinadora del Archivo, que cambió su denominación por Acervo de Arquitectura Mexicana y cuenta actualmente con la documentación de 38 autores, misma que se compone de planos originales, copias, croquis, dibujos de detalles constructivos, perspectivas, carpetas de presentación, láminas de exposiciones, maquetas, documentos, 100000 fotografías, negativos y diapositivas. Este valioso trabajo se ha convertido en importante instrumento de preservación y documentación histórica de nuestra arquitectura, que diariamente es consultado por un creciente número de alumnos, profesores e investigadores interesados en la materia y que promete la realización presente y futura de nuevas investigaciones y publicaciones, que enriquecerán y diversificaran la historia y crítica reflexiva de la Arquitectura Mexicana Contemporánea.

– Mariana Ordóñez Grajales (Chetumal. Quinta Roo 1986) y Jessica Amezcua Cabrera (ciudad de México 1986) haciendo equipo fundaron en 2015 Comunal Taller de Arquitectura. Mariana estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán y cuenta con una maestría en Arquitectura Diseño y Construcción Sustentable por la Universidad del Medio Ambiente. Es profesora en la Universidad Iberoamericana. Por otro lado Jessica estudió en la Universidad Iberoamericana y cuenta con una maestría en Análisis, Teoría e Historia de la Arquitectura por la UNAM y es Dra. Del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales. Es profesora también dentro de la Universidad Iberoamericana.

Escuela Rural Productiva – 2018

Profesionalmente han desarrollado una intensa labor, practicando arquitectura participativa, elaborando y realizando obras, directamente en equipo con las comunidades involucradas, que definen de inicio sus necesidades, localización de los lugares para edificar las obras, programas a realizar, incluyendo la definición de materiales del lugar y procedimientos constructivos que se deben emplear, tomando en cuenta costumbres de vida, cualidades culturales y experiencias milenarias que tienen que ver con como relacionarse amablemente con el paisaje y el clima, para lograr espacios comunitarios habitables. De entre sus obras realizadas a la fecha se pueden destacar: la Escuela Rural Productiva del año 2018, ubicada en Tepetzintan, en la Sierra de Puebla y la Cocina Laboratorio Espacio Comunitario del año 2022, ubicada en la Sierra Lacandona, en el Estado de Chiapas. Los proyectos ejecutados se relacionan con naturalidad con el lugar donde se ubican, tomando en cuenta las formas tradicionales de realizar arquitectura en la región, a partir de los materiales con los que se construyen y valorando los usos y costumbres, formas de vida, que forman parte de la cultura de las gentes del lugar. A partir de estas experiencias, resulta por demás valioso e interesante, que cada vez mas grupos, sobretodo de jóvenes, se vayan incrementando en el tiempo, realicen estas prácticas profesionales arquitectónicas, urbanas y de paisaje, entendidas participativamente, que significan un gran compromiso social, logrando trascendencia y personalidad en el tiempo, a partir de la calidad de ejecución de sus trabajos.

– Rozana Montiel (ciudad de México 1972) Investigadora y arquitecta, estudió su licenciatura en la Universidad Iberoamericana en 1998, una Maestría en Teoría y Crítica de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid en el año 2000 y es Directora de su despacho Rozana Montiel Estudio de Arquitectura desde 2008. Ha sido profesora de la Universidad Iberoamericana y como investigadora practicante de la arquitectura, ha experimentado con diversas alternativas de cómo entender y manejar el espacio habitable y sus posibilidades en relación con las expresividades relacionadas con los componentes estructurales que materializan, definen y delimitan los propios espacios.

Entre las obras que ha realizado a la fecha la arquitecta Montiel, sobresalen: el proyecto de Rehabilitación de un espacio público en la Unidad Habitacional San Pablo Xalpa, ubicada en la Alcaldía de Atzcapotzalco, del año 2015 y la propuesta de la Casa Pórtico, que forma parte de un proceso de investigación denominado Del territorio al habitante, convocado por el Infonavit y realizada como prototipo en el año 2018. Por un lado, en la propuesta de rehabilitación en el conjunto San Pablo Xalpa, realizada involucrando a los mismos vecinos de la unidad habitacional en el proceso de diseño, se lograron renovar y revitalizar espacios comunes que mostraban un cierto deterioro, un deficiente aprovechamiento y mediante una habilidosa propuesta con base en estructuras metálicas ligeras, de tan solo trabes y columnas, se califican y definen de manera transparente, diferentes espacios abiertos, en donde la comunidad, sobretodo los niños y los jóvenes, desarrollan ahora diferentes actividades recreativas y de convivencia. El resultado formal y constructivo ha resultado atractivo, la gente del lugar se ha identificado con la propuesta de diseño, han hecho suyos los nuevos espacios, se ha renovado el uso y vigorizado la convivencia de la comunidad en el lugar

En lo que tiene que ver con la propuesta de la Casa pórtico, el objetivo planteado fue renovar las propuestas de diseño de la autoproducción de la vivienda asistida, logrando excelentes resultados. Se trata de un diseño funcional, flexible y reconfigurable, conformado y estructurado fundamentalmente, por un juego de cubiertas semiabiertas, inclinadas, de altura mayor que las propuestas convencionales para viviendas de este tipo. La casa cuenta con pórtico alto, definiendo una amable terraza, a la que se suman un amplio espacio interior de dormir divisible, cocina-comedor abierta de doble altura, tapanco y baño. La propuesta implica estar rodeada de vegetación, de ser posible árboles frutales, estableciendo una relación amable entre lo construido y la naturaleza. La propuesta de proyecto implica el uso de componentes de bambú en los soportes estructurales del pórtico y la cubierta y cerramientos de muros con biopanel de bambú, terminados con acabados de cerofino.

Cas Pórtico – 2018

Los juegos de cubiertas inclinadas, son de polialuminio con cualidades aislantes en términos de ganancias de calor. Los pisos son de cemento pulido. Es interesante formalmente, la solución de sus detalles constructivos, en relación con los componentes de columnas y soportes de la cubierta. Es atractivo el contraste entre la masividad de la parte baja del volumen resultante y la transparencia y porosidad de la sección alta de las cubiertas del proyecto, generando juegos de luces y sombras, permitiendo con ello además una ventilación cruzada, que contribuye al mejoramiento y disipación de las ganancias de calor al interior de los espacios resultantes, que terminan siendo frescos y confortables. Al final de cuentas resulta importante la propuesta de diseño, como una posibilidad de renovación tipológica, de la arquitectura tradicional de la región donde se ubica.

– Tatiana Bilbao Spamer (ciudad de México 1972), egresada de la Universidad Iberoamericana en el año 1998, fundó su estudio de proyectos en 2004. Tatiana ha sido profesora recurrente en distintas escuelas de arquitectura, desde la misma Universidad Iberoamericana, pasando por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale, Harvard y la Architectural Association en Londres. De entre las obras que ha realizado a la fecha se pueden destacar: la Sala de Exposiciones Jinhua Architecture Park, ubicada en Zheijiang, China, del año 2004, el Parque Tecnológico Bioinnova del Tec de Monterrey, ubicado en Culiacán, Sinaloa, del año 2012, proyecto polémico y discutible en términos ambientales y mas recientemente en el año 2019, el proyecto del Centro de Investigación del Mar de Cortés, Acuario de Mazatlán, Sinaloa, a orillas del Pacífico.

De complejidades proyectuales mayores, el proyecto del Centro de Investigación, forma parte del Programa de Regeneración del Conjunto del Parque Central de Mazatlán, de 30.6 has. en el cual la misma Tatiana Bilbao ha estado involucrada. El Centro en cuestión, se plantea en términos funcionales, como un ámbito de esparcimiento, educativo y de investigación, en relación a uno de los ecosistemas mas completos en el mundo, que tiene que ver con la riqueza del Mar de Cortés, sumando integralmente ecosistemas marinos y tomando en cuenta también los ecosistemas terrestres de los alrededores del lugar. La propuesta proyectual plantea tratar de lograr al final del camino, un diseño que logre pertenencia y mimesis en relación con el lugar, dando prioridad a la presencia de la naturaleza, incluyendo sus ámbitos verdes e hidráulicos. El diseño de conjunto del Centro es complejo en su composición y en sus posibilidades de recorridos, dando prioridad a una vida interior, a partir de combinaciones de nodos espaciales y juegos de muros ciegos hacia los exteriores que definen espacios interiores, estableciendo juegos formales que recuerdan imágenes neoplasticistas.

Centro de Investigación del Mar de Cortés – 2019

Entre la presencia de los muros y algunas terrazas que incluyen vegetaciones, se establecen juegos de luces y sombras, que dramatizan texturas y vuelven dinámicas y atractivas las imágenes del conjunto resultante. Mayoritariamente la obra está construida a partir de muros enduelados de concreto aparentes, acercando sus expresiones visuales a ideas brutalistas. Para el proyecto se instrumentaron criterios de sustentabilidad, que tienen que ver con el reciclamiento de aguas residuales, de lluvia y la utilización de energías renovables, que se combinan con una vegetación que se volverá exuberante, entre muros, terrazas y techos, hasta el punto planteado de origen por la propia Tatiana Bilbao, de que el edificio llegue casi a perderse y mimetice con la naturaleza de los alrededores de la obra, llegando al punto de un conjunto que podría entenderse como una ruina habitable preexistente colmada de elementos verdes.

De las valoraciones reflexivas del conjunto de nueve arquitectas que ahora hemos realizado, podemos recapitular: ellas oscilan entre los 38 y 64 años de edad, desarrollando obras relevantes recientemente, reconocidas nacional e internacionalmente, a lo largo de los últimos quince o veinte años, siendo una muestra representativa de sus capacidades, habilidades y sensibilidades creativas, que suman, enriquecen y diversifican la presencia de las mujeres, en los ámbitos de la arquitectura mexicana actual. Entendiendo siempre el ejercicio de la arquitectura como un servicio y compromiso sociales para la comunidad, es identificable su actividad proyectual arquitectónica, urbana y de paisaje, con obras que implican distintos temas, escalas y naturalezas, que pueden ser de carácter privado o público y dentro de estas últimas incluyendo arquitectura participativa, a lo que se suman paralelamente otras actividades que tienen que ver con la docencia, la investigación y otras relacionadas con el ejercicio de la historia y la critica arquitectónica.

Como se ha visto, en relación a la realización de sus obras y actividades educativas, muchas de ellas han tenido experiencias tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, con buenos y reconocidos resultados. Se pueden apreciar actividades proyectuales que aluden y se identifican con claras pertenencias culturales locales, pudiendo ser universales al mismo tiempo. La calidad del conjunto de sus obras realizadas, les ha permitido contar con voz y personalidad propias, claramente identificables. Cada vez es mayor el número de mujeres arquitectas en México, que practican el oficio, fundando, dirigiendo, manteniendo y conformando a partir de grupos interdisciplinarios, sus propios talleres de diseño y sería deseable que hubiera mayor participación de ellas, nacidas en diferentes regiones y ciudades del país y no solo representando mayoritariamente la ciudad de México. En términos generales, la mayoría de sus trabajos de buena manufactura y buenos resultados en cuanto a su imagen urbana y calidad habitable, los podemos asociar al ejercicio de una arquitectura moderna, racional, eficiente, clara, buscando economías, pensando en las particularidades de las gentes, arquitectura desarrollada con base en formas geométricas simples y regulares, utilizando mayoritariamente procedimientos constructivos convencionales, a veces experimentando con algunas expresividades y complejidades mayores. Finalmente, es constante también en sus trabajos, la preocupación y ocupación, porque en ellos estén presentes soluciones ambientales sostenibles, procurando respetar y relacionar de la mejor manera sus obras con la naturaleza.

Nota: Quiero agradecer a la Arquitecta Natalia González Piña (1987), egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM en el año 2012, por sus espléndidos dibujos, que acompañan la realización de las presentes reflexiones.


*Gustavo López Padilla
Arquitecto
navegandolaarquitectura.wordpress.com

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