Por Daniel Flores Aguilera*
Colombia se ha convertido en el país de América Latina con mayor proporción de hogares que viven en arriendo: un 40%, muy por encima del promedio regional del 21%. En 2022, por primera vez, hubo más arrendatarios que propietarios. ¿Qué está pasando?
El reciente informe “Situación Inmobiliaria 2025” de BBVA Research y cifras del DANE revelan una transformación estructural en la manera en que vivimos. Más de 7,3 millones de hogares viven en arriendo, frente a 7,1 millones que habitan en vivienda propia.
¿Por qué este cambio?
- Urbanización acelerada: La migración del campo a las ciudades ha impulsado la demanda por soluciones habitacionales más flexibles.
- Costos altos de suelo y construcción: Adquirir vivienda propia se ha vuelto cada vez más difícil, especialmente para los estratos 1, 2 y 3, que representan el 88% de los hogares en arriendo.
- Nuevas generaciones, nuevas decisiones: Muchos jóvenes, especialmente millennials, prefieren arrendar como una elección consciente, atraídos por la movilidad laboral, los modelos híbridos y una visión distinta del patrimonio.
A esto se suma un desfase estructural entre la formación de nuevos hogares y la oferta de vivienda formal, lo que ha intensificado el déficit habitacional en el país.
Este fenómeno no es solo un cambio de números, sino una reconfiguración cultural y económica del modelo de vivienda en Colombia. Ya no se trata solo de tener una casa, sino de vivir de forma más flexible, conectada y adaptada a nuevas realidades.
¿Estamos ante el fin del paradigma de la vivienda propia? ¿Cómo deben responder el sector inmobiliario, el gobierno y la sociedad ante este cambio?
*Daniel Flores Aguilera
Arquitecto | Real Estate Business | BIM | Facility Management | Blockchain | Proptech | Digital Assets | Project Management | Construction