El síndrome del edificio enfermo afecta a las personas que pasan mucho tiempo en inmuebles cerrados y con poca ventilación
Los inmuebles con poca ventilación natural encierran contaminantes que afectan la salud de las personas que se encuentran en su interior, a tal grado que desarrollan mayores niveles de estrés y disminuyen el rendimiento de sus actividades diarias. Cuando estos síntomas se desarrollan en más del 20% de la población en el inmueble se habla del ‘Síndrome del Edificio Enfermo‘.
Las oficinas, escuelas y residencias particulares pueden generar este síndrome debido a la mala calidad de aire y a las partículas suspendidas en el aire con polvo, polen, hollín, humo y esporas de moho. La mayoría del aire contaminado se desplaza por medio de los sistemas de ventilación donde llenan de bacterias, hongos y moho a los ductos que esparcen aire en el inmueble.
El National Institute for Occupational Safety (NIOSH), entidad preocupada por salud ocupacional de los trabajadores en Estados Unidos, señala que 50% de los edificios enfermos sufre de una inadecuada ventilación por la escasa filtración del aire que entra al edificio, ya que no es purificado para mantenerlo libre de partículas contaminantes.
Jesus Nava, director de Salud, Seguridad y Medio ambiente en SGS México, menciona que existen medidas básicas para tener un aire más limpio en los espacios cerrados como evitar el uso de materiales que liberen sustancias contaminantes, utilizar extractores para controlar la generación de contaminantes, comprobar la eficacia de los sistemas de ventilación y lo más importante permitir la entrada de aire fresco en los espacios cerrados. Además, el uso de plantas dentro del inmueble puede beneficar a sus habitantes.