El concepto de contaminación lumínica se refiere al resplandor de luz artificial en ambientes nocturnos que altera las condiciones naturales de luminosidad
La Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Astronomía (IA), informó que a partir de la segunda mitad de 2021 comenzará a trabajar con la Semarnat y la Secretaría de Economía, para definir parámetros como cantidad de luz, rangos, niveles, lugares, zonas protegidas, entre otros rubros que contemplará la llamada Ley de Cielos Oscuros.
Al respecto, Fernando Ávila Castro, investigador del Instituto de Astronomía (IA), sostuvo que esta iniciativa de ley busca que se considere, a nivel nacional, a la luz artificial intrusiva como contaminación lumínica para de esta forma proteger los cielos oscuros y recuperar la salud de la flora y fauna silvestres de México.
En este sentido, el investigador señaló que para prevenir, reducir y controlar la contaminación lumínica, se establece promover la eficiencia energética del alumbrado exterior; preservar las condiciones naturales; corregir los efectos de la contaminación y reducir la intrusión lumínica en sitios diferentes a los que se quiere iluminar, por ejemplo, entornos naturales e interior de edificios.
Asimismo, Ávila Castro destacó que aunque otros países como Chile y España cuentan con leyes de cielo que protegen los espacios de observación astronómica a nivel local, México será el primero en contar con una regulación a nivel nacional, a fin de proteger y recuperar cielos oscuros, lo que al mismo tiempo hará posible fomentar el astroturismo.
“Hay otros países que tienen observatorios astronómicos y trabajan en este sentido, pero su ley regional o estatal es muy específica. La diferencia que tenemos aquí es que entra en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente definiendo la luz artificial o intrusa como un contaminante”, explicó el investigador del IA.
¿Qué es la contaminación lumínica?
El concepto de contaminación lumínica se refiere al resplandor de luz artificial en ambientes nocturnos o brillo en el cielo nocturno, producido por la difusión de la luz en la atmósfera que altera las condiciones naturales de luminosidad que dificultan las observaciones astronómicas de objetos celestes e impactan en los ritmos naturales de los seres vivos.
Esta definición fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) junto a las nuevas disposiciones en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, una reforma alcanzada gracias al trabajo de expertos del IA y del Observatorio Astronómico Nacional (OAN).
