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La geografía real y la imaginaria

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¿En realidad, en el centro administran lo que en el norte trabajan para que en el sur descansen?

Por Tonatiuh Meaney*

El dolo bueno de las campañas políticas

Se acabaron las campañas políticas y lo que queda pendiente es un control de daños a la verdad. Identificaba Jonathan Swift, a la política con el arte de la mentira. Así, la política tendría como fin hacer creer a un pueblo cosas que no son ciertas.

La época electoral es una fiesta de mentiras donde prácticamente se puede decir lo que sea y en cierta forma ser comprendido. Incluso se acepta cierto nivel de violencia verbal, “por el calor de las cosas”. Se perdona hacer promesas que no se han de cumplir y que la lengua se vaya un poco.

En esencia se considera que las mentiras políticas forman parte de lo que los juristas llaman dolo bueno, muy recurrido en la publicidad de productos, si en la televisión aparecen unas personas volando porque tomaron una bebida, o un hombre elevándose con un paraguas tras tomar una pastilla de miel y limón, intento repetir la hazaña sin lograrlo, no puedo ir a la Profeco a quejarme de que no pude volar, porque me explicarán que se trata de un dolo bueno, es decir, al mentir sobre lo fascinante que es un producto, para la ley, simplemente estoy haciendo lo que haría cualquier contador de fábulas, quien lo escucha, sabe que se trata de un recurso retórico o lúdico. Más o menos así aplica la ley en cuanto al fraseo electoral. Pero llega el final, y se debe de recoger el tiradero de la fiesta, al menos en cuanto a como quedó la verdad de maltratada.

El candidato ganador a gobernador Samuel García dijo en una entrevista:  “Me consta, que es real, que en México, en el norte trabajamos, en el centro administran y en el sur descansan”. De forma muy somera y sin saberlo, nos hizo una descripción de la visión de los tres reinos: Nueva Vizcaya, Nueva Galicia y Nueva España.

La creencia de que hay tres Méxicos está muy arraigada pero ya acabadas las campañas, debemos revisar la distancia entre la geografía real y las geografías imaginarias que cada quien pueda tener, ya tras campañas, el dolo deja de ser “bueno” para ser simplemente dolo.

Como dice Switf, decir la verdad no requiere talento. Con puro sentido común se puede saber que en realidad a lo largo de todo el país se trabaja. Pero también hay que recalcar que en el sur no solo sí se trabaja, sino que proporcionan muchos satisfactores para el resto del país. ¿Pero qué tantos? Y también se requiere talento para ocultarlo, pues es muy evidente. ¿Dónde trabaja más la gente en el país?

Prescindir del talento

Inegi, en el sentido anterior, tiene menos talento que el usado en las campañas políticas, y solo nos puede proveer de datos. Aunque es un logro para el país, no tiene la creatividad para construir realidades alternas. Para saber si la aseveración de que el sur descansa mientras el centro administra lo que el norte trabaja, no se necesita un discurso, o someterlo a elección, basta consultarlo en los datos. En este caso tenemos la Encuesta de Uso del Tiempo (ENUT), que su última versión es de 2019.

Sería más fácil si cada discusión que hubiera, nos llevara a los datos y ahí se resolviera en vez de soltarse una tormenta de bots, y un inútil derramamiento de tinta.

Esta encuesta contiene microdatos, es decir, los registros individuales de las personas entrevistadas y las procesa en dos partes, el ámbito rural y el urbano, aquí solo procesaremos las urbanas. Obtuvimos el conteo de cuántas personas trabajan en cada estado, y cuánto trabajan en promedio, así como cuánto gastan en trasladarse a su trabajo, en promedio durante una semana.

Dentro de la lógica muy difundida de los tres Méxicos, podemos pensar que centro es la CDMX y el Estado de México que son de alguna forma el territorio donde descansan gran cantidad de las sedes de las operaciones gubernamentales.

El norte clásico lo podríamos definir como el conjunto de estados que tienen frontera con Estados Unidos, pero el clima y motivos culturales nos harían bajar casi hasta el centro. El sur es más fácil de definir. Hay algunas regionalizaciones científicas, pero dado que ninguna lo divide tan tajantemente, lo hemos hecho como se muestra en el mapa 1, a simple plumón.

El criterio es, del norte son los pegados a Estados Unidos, los vecinos de esos estados y los vecinos de los vecinos. Excepto para el caso de Veracruz porque por su alargamiento en latitud, cubre principalmente el sur. E hidalgo, que tiene mayores características del sur que del norte. Si definimos así el territorio, veremos que en el sur está la tierra más fértil, la mayor diversidad indígena, la mayor cantidad de recursos naturales, y paradójicamente, también la mayor pobreza e inequidad.

Figura 1. Dos Méxicos básicos

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En la tabla 1 aparece cada estado, con su definición geográfica y el cálculo de las horas totales trabajadas por todas las personas que trabajan, cuantas horas dedicadas al traslado y la suma, así como que promedio por persona tienen. Para calcularlo se tomaron los factores de expansión.

Tabla 1. Horas trabajadas por persona según Estado y Zona del País

Si ahora los datos los ordenamos por cada concepto promediado y los ordenamos, como en la tabla 2, veremos que el menor ranking de horas trabajadas está en estados del norte. De hecho, en Nuevo León es el estado donde en promedio la gente trabaja menos horas.

Es paradójico, se nos dijo que era el estado donde más se trabajaba y resulta al revés. Sin embargo, es de los estados donde la gente gasta más tiempo en ir a trabajar, es decir, en trayectos. Si consideramos que el tiempo en ir a trabajar, es básicamente tiempo dedicado al trabajo, y hacemos la suma, obtenemos la columna 5 y 6.

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Tabla 2.

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Si queremos saber en conjunto que lugar representan los estados del norte y los del sur, podemos obtener sus promedios y verificar si son significativos con una sencilla prueba estadística llamada ANOVA, cuyas gráficas se presentan en la figura 2. En cuanto a la primera gráfica, de horas trabajadas semanalmente nos dice que en conjunto, el norte trabaja significativamente menos que el sur, aunque no se puede decir nada seguro del “centro”.

En cuanto al traslado por el contrario, nos dice que la gente del centro, es decir de CDMX y el estado de México, gastan significativamente más tiempo que los del sur y del norte, que entre ellos usan el mismo tiempo, lo cual es fácil de entender apreciando el tamaño de la ciudad de México. Y en cuanto a las horas horas totales, nos dice la gráfica tres, que el norte usa un poco menos que el sur, aunque ligeramente significativo, y el centro usa mucho más que ellos.

Figura 2. Medias comparadas de horas trabajadas por región

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Así, lo que podemos establecer es que en el norte la gente trabaja menos que en el sur, por lo tanto sería difícil, sabiendo lo duro que trabaja la gente del norte, que en el sur se dedicaran a descansar. Queda por conocer más sobre la aseveración subjetiva de que en el centro administran. Pero quede como anécdota que es mejor hablar con datos que sin ellos.

Referencias

Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (2019). INEGI. inegi.org.mx/programas/enut/2019/#Microdatos

Swift, J., Arbuthnot, J., & Courtine, J. J. (2009). Arte de la mentira política. Madrid: Sequitur.

Villalobos, O. (2002). El concepto de verdad en Hannah Arendt. Una lectura desde la óptica de la comunicación. Utopía y Praxis Latinoamericana, 7(16), 53-66.

*Tonatiuh Meaney

Coordinador de impacto social Plurmac

Twiter @meaneysuarez

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