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La naturaleza es chismosa

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El verdadero problema con los seres humanos es que con toda intención nos da por desconectar a conveniencia la función de memoria.

Es fácil encontrar nostálgicos que declamen la alineación con que el ya desaparecido Atlético Español jugaba en la década de los 70… O la de los músicos que participaron en el Sgt Pepper de los Beatles… O que sin dudar podrían recordar textos enteros de complejos libros técnicos o jurídicos.

Pero la memoria es selectiva…

Por eso se nos olvidan las terribles inundaciones que alguna vez anegaron grandes zonas de Chiapas, Nuevo León, Veracruz, Quintana Roo o Guerrero.

Y es que al parecer, la única forma en que quede inevitablemente conectada la función memoria, es que el tamaño del desastre sea mayúsculo, y no hay mejor ejemplo de ello que lo que pasó en materia de políticas, regulación y cultura ciudadana después del devastador sismo del 19 de septiembre de 1985.

Pero insisto, en ese caso el golpe fue tan fuerte, que irremediablemente provocó una respuesta de la misma dimensión que hoy vemos reflejada en estándares de construcción que reconocen la posibilidad de que nuevos sismos vuelvan a golpear la capital y otras regiones del país.

Pero ¿y cuando el golpe es menor, al menos en la mente de quienes no viven en los lugares afectados? En ese caso, lo triste es que lo que sigue es que el siguiente huracán se vuelva a llevar casas que fueron construidas exactamente en los mismos lugares y muy probablemente con tecnologías no suficientemente adecuadas.

Porque la naturaleza es chismosa… Y no se tienta el corazón ni considera sutilezas para gritar en el momento menos esperado que la falta de memoria provocó que no se tomaran las medidas conducentes a no volver a vivir los efectos de los poderosos fenómenos de la naturaleza.

Porque es evidente que no hay forma de evitar temblores o huracanes, lo que sí se puede hacer es planear considerando políticas, regulaciones y acciones que permitan minimizar los efectos de estas fuerzas de la naturaleza.

Y es que no hace falta hacer grandes estudios para darse cuenta de que buena parte de las casas dañadas por los diferentes huracanes corresponden a asentamientos irregulares construidos en zonas de alto riesgo como pueden ser lechos de lago, cauces de ríos o barrancas.

La naturaleza es chismosa… Y quizá al levantar la voz para decirnos que se están repitiendo desgracias que en parte se pudieron haber evitado si en su anterior grito se hubiera actuado con responsabilidad.

Quizás la naturaleza nos está recordando la urgencia de lograr que las políticas federales se conviertan en realidad a partir de acciones muy específicas de los gobiernos locales en cuanto a regulación, inversión en infraestructura y gestión urbana.

No es simpática la anécdota de que una de las comunidades dañadas se llame El Capricho porque sus habitantes se encapricharon y en varias ocasiones se negaron a que, pese a estar asentada en una zona de alto riesgo, su comunidad fuera reubicada después de haber sido devastada por inundaciones pasadas.

Hoy, la nueva política federal elevó al grado de Política de Estado los objetivos de ordenar el territorio y dar total prioridad a planeación y desarrollo urbano…

Lo que falta es crear mecanismos que reduzcan los tiempos que toma el implementar en los órdenes estatal y municipal el mandato de esta nueva política.

¿Urge atender el desastre y dar respuesta a los afectados? Por supuesto… Pero urge también crear mecanismos que además de ello, establezcan condiciones que permitan hacer del orden territorial una fuente de riqueza económica, social, urbana y ambiental.

No tenemos que esperar a que la naturaleza vuelva a gritar denunciando ineficacias e irresponsabilidades. Es tiempo de hacer un profundo ejercicio de coordinación institucional que permita que los tres órdenes de gobierno den forma a un planes nacionales de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, debidamente complementado con planes locales, regulaciones aptas e inversiones en línea con los objetivos que se pretende alcanzar.

Sí… Quizá sea tiempo de escuchar la voz de la naturaleza y responder con acciones de fondo… Con planeación, regulación e inversión que den forma a una verdadera cultura que prevenga y dé certidumbre al desarrollo.

Seguimos en contacto a través de twitter @horacio_urbano y recuerden, nos vemos mañana a las 11:30 pm en Vivienda en Verde. Es por Green TV en 410 de Cablevisión y 392 de Total Play.

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Horacio Urbano

Horacio Urbano es arquitecto. Su experiencia profesional se ha desarrollado en los diferentes ámbitos que definen la industria de la vivienda. En 1999 inició un proyecto editorial dirigido a los sectores inmobiliario y construcción que a lo largo de los años se ha convertido en una poderosa plataforma multimedios y en una verdadera referencia para esta industria. Fundador, junto con la también arquitecta Roxana Fabris, de Grupo Centro Urbano, firma que impulsa y desarrolla una serie de esfuerzos de comunicación relacionados con estos sectores. Como parte de su trabajo en México y el extranjero, ha escrito o participado en una serie de libros especializados, es colaborador de diferentes medios impresos y electrónicos, es activo conferencista y bajo diferentes modelos colabora también con diversas empresas e instituciones públicas y privadas del sector.


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