El volumen reúne artículos de reconocidos investigadores del INAH, de la UNAM y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
Durante la 33° Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el doctor Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), presentó Pirámides, montañas sagradas, un compendio de 22 artículos sobre la arquitectura mesoamericana, del occidente a la costa del Golfo, y del centro al sureste y al norte del territorio mexicano.
Sánchez Nava explicó que los artículos abordan ampliamente las formas piramidales que predominan en la arquitectura de numerosas culturas, mismas que responden a soluciones pragmáticas, ya que estas formas se encuentran en la silueta de muchas montañas y volcanes.
“Las culturas mesoamericanas que poblaron hace siglos lo que conocemos como México, desde las primeras aldeas de grupos sedentarios hasta las grandes ciudades prehispánicas, recrearon esta forma. Los montículos de forma y sin explorar que aluden a edificios de la época prehispánica, tienen diferentes nombres de acuerdo con diversas regionales del territorio nacional. Por ejemplo, en la península de Yucatán existe la palabra multún para referirse a un amontonamiento de piedras relacionado con los edificios mayas; en Michoacán, a estas formaciones se les llama yácatas; en Puebla, teteles; guachimontones, en Jalisco; cúes, en la Huasteca; cuisillos o montezumas, en Tamaulipas; montecillos, en la región norte; mogotes, en Oaxaca; y chulumes, en ciertas áreas de Chiapas”, explicó.
En el caso de las pirámides mesoamericanas, el funcionario del INAH mencionó que no corresponden precisamente a una forma piramidal, sino que fueron evolucionando desde formas simples, como conos y pirámides, hasta formas complejas, truncadas, escalonadas y de base rectangular.
El libro Pirámides, montañas sagradas reúne artículos de reconocidos investigadores del INAH, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes, quienes coincidieron en que las pirámides pueden considerarse como referentes a partir de los cuales se establecían los patrones urbanísticos.
Además, Sánchez detalló que los artículos del libro también abundan en la carga simbólica de las pirámides y en su función como basamentos coronados por templos o residencias de élite, así como a los distintos sistemas de construcción que reflejan una adaptación única a los ambientes, por ejemplo, al medio lacustre en el caso de Tenochtitlan, o a la selva tropical en los casos de Calakmul, Palenque o Yaxchilán.