Foster afirmó que las crisis actuales podrían llevar a que las ciudades se conviertan en lugares más atractivos para vivir; y se vuelvan más resistentes a futuras pandemias
En el marco del Foro de Alcaldes 2020, organizado por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, el arquitecto británico Norman Foster señaló que la pandemia por Covid-19 brinda a los gobernantes la oportunidad de impulsar cambios positivos para las ciudades.
Foster comentó que, si bien el Covid-19 no cambiará las ciudades, sí podría conducir a tener más edificios y transportes más sostenibles.
“¿El Covid-19 va a cambiar nuestras ciudades? Podría parecerlo ahora, pero en el arco más amplio de la historia, la respuesta es no. En lugar de cambio, simplemente se han acelerado las tendencias de cambio que ya eran evidentes antes de la pandemia”, dijo.
De acuerdo con la ciencia, los edificios ecológicos con ventilación natural no sólo son benéficos para la salud, sino que también permiten tener un mejor desempeño; explicó el ganador del Pritzker 1999, y sugirió que las edificaciones sustentables se conviertan en la corriente principal.
Por otro lado, Norman Foster consideró que las tendencias actuales en materia de movilidad, como los vehículos eléctricos, bicicletas y scooters, cobrarán aún más fuerza en el futuro.
Asimismo, estimó que los estacionamientos dejarán de usarse; y que la agricultura podría regresar a las ciudades con el fin de que las áreas urbanas sean más verdes.
“El efecto acumulativo de estas tendencias está transformando los centros de las ciudades y los vecindarios locales, haciéndolos más tranquilos, limpios, seguros, saludables, amigables; así como para andar en bicicleta, caminar y se aprovecha la posibilidad de que sean más ecológicos”, mencionó.
El arquitecto indicó que las crisis anteriores que han afectado a las ciudades resultaron en mejoras en los estándares de construcción y arquitectura impulsada por la salud. Por ejemplo, la epidemia del cólera, a mediados del siglo XIX, limpió el Támesis de una alcantarilla abierta; y, de esta manera, nació el saneamiento moderno, y, con esto, vino la dimensión saludable de los parques públicos.
De igual manera, la tuberculosis ayudó al nacimiento del movimiento moderno de la arquitectura; es decir, empezaron a existir los grandes ventanales, luz natural, terrazas, entre otras características.
“Cada una de las edificaciones como inmuebles a pruebas de incendios, alcantarillados, parques verdes o modernismo habría ocurrido de todos modos; y no sólo en Londres sino en ciudades de todo el mundo. Las ciudades aprenden unas de otras, cada crisis acelera y magnifica lo inevitables”, destacó.
Finalmente, Foster afirmó que las crisis actuales podrían llevar a que las ciudades se conviertan en lugares más atractivos para vivir; y se vuelvan más resistentes a futuras pandemias.
“Al dar un paso atrás, estoy seguro de que las ciudades demostrarán su resistencia y atractivo, como consecuencia se recuperarán y serán más fuertes”.