Por Jorge A. Mc Loughlin*
Es un noble objetivo querer facilitar el acceso a la vivienda para todos los mexicanos, especialmente para aquellos de menores ingresos. El programa «Viviendas del Bienestar» del gobierno actual apunta a este objetivo, y con un déficit habitacional de casi 8 millones de viviendas, cualquier iniciativa para mitigar este problema debe ser bien recibida.
No podemos ignorar la fuerte caída en la producción de vivienda de interés social, especialmente desde el inicio del sexenio anterior. Existen muchos factores que explican esta disminución, entre los que podemos destacar: la falta de subsidios, el encarecimiento del suelo, la pérdida de rentabilidad para los desarrolladores y la reducción del poder adquisitivo de los compradores. Pero…
De las ideas a la realidad
A pesar de las buenas intenciones, existe una gran brecha entre las ideas y su implementación exitosa. En este contexto resulta difícil entender las recientes declaraciones del actual Director General de INFONAVIT, Ing. Octavio Romero Oropeza. Afirmaciones, como «hace más de quince años que no se hacen casas de interés social en el país» o que las viviendas pasadas eran «cuchitriles de 35 o 40 metros» a diferencia de las actuales «casas bonitas de 60 m2», deben ser consideradas – cuando menos – como inexactas.
Los «otros datos» que sí importan
Cuando las afirmaciones periodísticas no están respaldadas por datos concretos, es crucial oponerles información rigurosa. A continuación, presentamos algunos hechos que contradicen las declaraciones mencionadas.
Gráfica 1
Entre 2020 y el 30 de junio de 2025, se otorgaron aproximadamente 620 mil créditos para la adquisición de viviendas con valores entre $566,000 y $774,000. De este total, el 98% de las propiedades eran de obra nueva y sin duda se produjeron después de 2005, lo que desmiente la afirmación de que no se ha construido vivienda social en más de quince años.
Gráfica 2
Si bien la belleza de una casa es subjetiva, los datos sobre la superficie vendible no lo son. Aunque es cierto que las superficies han disminuido en los últimos años, en ningún caso los promedios han sido de 35 o 40 m2, como se afirmó.
Gráfica 3
La idea de que no ha existido oferta de vivienda de menos de un millón de pesos también es desmentida por los datos. De hecho, en el segmento de viviendas de menos de $1,000,000, el mayor número de transacciones (el 22.36% del total) fue justamente el de las viviendas con valores entre $500,000 y $600,000.
Gráfica 4
Solo entre INFONAVIT y FOVISSSTE, se otorgaron casi 260,000 créditos para vivienda nueva entre 2020 y junio de 2025, con un rango de precios entre $472,000 y $554,000. El promedio de toda la serie fue inferior a los $500,000, lo que demuestra la existencia de una oferta constante en este segmento de bajo costo.
Tabla 1
Las operaciones de compra de vivienda social se distribuyeron en 32 entidades federativas. La única excepción fue la Ciudad de México, lo cual se explica por la dificultad para encontrar suelo con los costos necesarios para desarrollar este tipo de proyectos.
Conclusión
Es admirable que el gobierno de la Presidenta Sheinbaum priorice la vivienda para los mexicanos de bajos recursos. Sin embargo, no se entiende la necesidad de denostar los logros de administraciones anteriores con datos inexactos. Si bien es innegable que hubo errores y abusos en el pasado que afectaron a miles de familias, no se puede afirmar a la ligera que todo fue negativo.
El pasado y el presente deben ser evaluados con la misma objetividad. La crítica constructiva y basada en datos sólidos es fundamental para mejorar las políticas de vivienda. ¿No sería más beneficioso centrarse en la solución de los problemas actuales que en la descalificación de lo que ya se hizo?
*Jorge A. Mc Loughlin
Director General De Metric Analysis SA de CV.
