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Explora Servando Rojo historia de la arquitectura de Culiacán

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“No se trata de que la arquitectura se quede estancada, sino de recuperar las experiencias anteriores y aplicarlas de manera funcional”, dijo el director del Centro INAH Sinaloa

En el marco de la Conmemoración del 489 aniversario de la fundación de la ciudad de Culiacán, el director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Sinaloa, Servando Rojo Quintero, impartió la conferencia Arquitectura moderna de Culiacán y sus arquitectos.

El especialista explicó que la modernidad arquitectónica llegó a Culiacán en la década de 1940, de la mano de arquitectos provenientes del centro del país; entre ellos Juan Segura, Jaime Sevilla, Francisco Artigas, Germán Benítez, Fernando Best y Roberto Saavedra, quienes introdujeron formas, técnicas y tipologías acordes a esta región.

“Esta ciudad, durante muchos siglos, estuvo sumida en el total aislamiento. Y cuando logra comunicarse, primero, con el sur de los Estados Unidos, y después con el resto de nuestro país, buscó ser moderna”, dijo.

Rojo Quintero relató que, debido a su geografía, la capital sinaloense logró abrir la comunicación con el exterior hasta después de la Independencia de México. “En 1605, el obispo Alonso de la Mota y Escobar visitó Culiacán, y cuenta que estaba totalmente sumida en la pobreza y que sus pobladores estaban incomunicados del resto del país”.

Sin embargo, a mediados del siglo XIX, se abrió el comercio exterior con los puertos de Mazatlán y, en su caso, de Altata. Lo cual se puede apreciar en la arquitectura, pues se comenzó la construcción de la Catedral, del Seminario, del panteón de San Juan, de las arcadas de la Plaza de Armas, entre otros edificios.

Posteriormente, se construyó la línea de ferrocarril que conectó a la ciudad con el sur de los Estados Unidos, lo que permitió la exportación de la producción agrícola. Y, de este vínculo con el mercado norteamericano, Culiacán adoptó algunas costumbres.

De esta manera, para implementar el new look americano, se prohibió a los propietarios de terrenos construir casa o jacales, por “carecer por completo de la estética”. Había que “norteamericarse” y urbanizarse y parecer “civilizados”; y, por lo tanto, destruir todo lo que recordaba al indio.

Así, los grandes agricultores comenzaron a edificar casas modernas, al estilo colonial californiano. “Con tejas y elementos decorativos como las guardamalletas, que son muy propios de la arquitectura barroca mexicana. Eran construcciones que no estaban alienadas a la calle, se ubicaban dentro del terreno, al centro, con pequeños porches, nichos; se trata de una reinterpretación de una corriente nacional que se recreó en Norteamérica y que regresó a México”, explicó el especialista.

Años después, llegó la arquitectura neocolonial, cuyas edificaciones también estaban alienadas a la calle y utilizaban elementos propios de las corrientes nacionales. La cual representó la transición a la modernidad; “construcciones que entre sus principales características están sus columnas de concreto armado, hechas simulando ser de piedra o históricas”.

Al termino de las épocas neocaliforniana y neocolonial, se originó el art déco, que rompió totalmente con el pasado, dando paso a la arquitectura funcionalista. Esto de la mano de arquitectos como Germán Benítez y Fernando Best; quienes buscaron que tal estilo se adaptara al clima de Culiacán, con el uso de elementos como los parasoles, balcones y grandes ventanales, entre otros.

El director concluyó que “no se trata de que la arquitectura se quede estancada, sino de recuperar las experiencias anteriores y aplicarlas de manera funcional. Como el caso del clima, elemento central que ha sido tomado en cuenta en las edificaciones de Culiacán”.

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Fernanda Hernández

Reportera y redactora en Centro Urbano. Soy egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Me interesa la cultura, el urbanismo y la arquitectura. Amante del mundo digital, el cine, la música, la lectura y la escritura.


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