Como solución temporal a la escasez de vivienda, el gobierno neerlandés ha convertido antiguos cruceros de lujo en centros para refugiados
De acuerdo con Jeroen Doomernik, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Ámsterdam, actualmente, Países Bajos atraviesa por una ‘tormenta perfecta’, causada por un incremento en las solicitudes de asilo y la cada vez más escasa oferta de vivienda asequible.
“Hay una crisis de vivienda. Simplemente no hay suficientes viviendas asequibles en este país, especialmente en las ciudades más grandes, pero básicamente en todas partes”, aseguró el especialista.
Lo anterior sin contar que los refugiados no son los únicos que demandan vivienda asequible; además de que esta crisis también ha sido resultado de otros factores, como la inflación y los problemas medioambientales que impiden construir nuevas viviendas.
“Hay una gran competencia entre las personas que pueden optar a una vivienda social, los nativos neerlandeses que pueden optar a una vivienda social asequible. Hay una competencia entre esas necesidades y las de los refugiados reconocidos”, apuntó Doomernik.
Al respecto, el portal Euronews reportó un importante incremento en las peticiones de asilo durante 2022, lo que llevó al Gobierno de Países Bajos a abrir diversos centros de acogida ‘de emergencia’ por todo el país.
Cada centro acoge, en promedio a 150 personas, en su mayoría hombres jóvenes y personas provenientes de Siria; quienes reciben tres comidas al día y 12 euros semanales para gastos personales.
Algunos refugiados pueden pasar hasta más de un año en estos centros mientras esperan a que se evalúe su solicitud de asilo; y, durante ese tiempo, pueden salir durante el día y trabajar un máximo de 12 semanas al año.
Quienes obtienen el estatuto de refugiado tienen derecho, por ley, a un alojamiento privado y a la reagrupación familiar. Sin embargo, la escasez de vivienda deja a muchas personas en lista de espera y contribuye al abarrotamiento de los centros de acogida.
Por lo anterior, el gobierno neerlandés ha habilitado soluciones temporales, como la conversión de antiguos cruceros de lujo en centros para refugiados. Tal es el caso de un barco atracado cerca de Ámsterdam que alberga a cientos de personas que esperan una respuesta a su solicitud de asilo.