Por Rodrigo Gutiérrez Porter Villegas
Tras varios meses al frente de la Subdirección General de Crédito del Infonavit me queda claro que el Instituto no puede esperar para atender las necesidades de los trabajadores de México.
Los cambios poíticos, económicos y sociales que ha México ha experimentado a lo largo de las últimas décadas han representado diversos retos para los trabajadores que integran la planta productiva del país, tanto en la manera como desempeñan sus actividades profesionales como en la forma en que están organizados en su estructura familiar.
En este sentido, en la Subdirección General de Crédito del Infonavit decidimos adoptar un comportamiento dinámico, siempre con el trabajador mexicano al centro de nuestra toma de decisiones, retando las fórmulas preestablecidas que no generaban una profundidad en el cambio, y de esta forma resolver las necesidades que plantea la nueva realidad de nuestro país.
En los últimos seis meses definimos tres ejes de acción para el actuar diario de la Subdirección General de Crédito: 1) proximidad con nuestros afiliados; 2) eficiencia en las decisiones y operación, y 3) transparencia en todas nuestras actividades.
Atendiendo a los dos primeros ejes, el 3 de julio de este año incrementamos los montos de crédito para quienes ganan hasta 7 mil pesos con base en el aumento al salario mínimo de 2019 (16%). En esa proporción aumenta el monto de financiamiento para los trabajadores de menor salario, y ese porcentaje va disminuyendo en la medida que se acercan a los 2.8 UMA de salario mensual (aproximadamente $7,200 de pesos).
Como ejemplo, aquellos trabajadores que perciban en su ingreso mensual 1 UMA ($2,568) han visto incrementado su monto máximo de crédito de 231 mil pesos a 269 mil pesos, que sumando su ahorro en la Subcuenta de Vivienda quiere decir que ahora les alcanza para una casa de hasta 300 mil pesos.
Cabe señalar que la implementación de esta medida coincidió con el menor monto de subsidio para la adquisición de vivienda que se destinó en el Presupuesto de Egresos de la Federación en 2019, con lo cual se ha otorgado certeza al sector de la construcción sobre la capacidad de compra de los trabajadores que menos ganan. Así lo muestran los primeros resultados positivos en el Registro Único de Vivienda (RUV) con registro de vivienda nueva en el mes de agosto.
Sobre el tercer eje, y como una directriz primordial de nuestro Director General, Carlos Martínez Velázquez, estamos trabajando con los diferentes sectores para establecer parámetros que nos permitan asegurar los niveles de calidad de la vivienda que nuestros derechohabientes adquieren, de forma que sea adecuada para ellos como habitantes y para el resto de los trabajadores participantes del fondo como garantía de los créditos colocados.
Como menciono líneas arriba, hemos tomado estas acciones poniendo a los trabajadores en el centro de las decisiones del Instituto; y en este sentido, hemos identificado otra oportunidad al reconocer las nuevas formas de organización de los hogares en México, en donde encontramos que la familia tradicional es un concepto que también ha experimentado cambios, que no habían sido considerados en el Infonavit.
Lo anterior nos llevó a diseñar un esquema que les permitirá a los trabajadores de México, organizados en una forma distinta de hogar a la tradicional, sumar sus capacidades de compra para la adquisición de una vivienda. Es decir, evolucionamos del crédito individual o conyugal, al crédito entre familiares o corresidenciales, mediante un crédito solidario. Este cambio fortalecerá el derecho a elegir de nuestros derechohabientes para decidir con quién ejercen su crédito Infonavit, lo que incrementará su capacidad de compra para adquirir un inmueble que cuente con los servicios necesarios para alcanzar una mejor calidad de vida.
Para inicios de 2020 veremos que el padre y un hijo, la madre y su hija, o dos hermanos podrán sumar su monto máximo de crédito para adquirir un patrimonio, mismo caso para las parejas en unión libre de diferente o mismo sexo.
Identificar este dinamismo nos ha servido para establecer una estrategia de opciones de financiamiento que, en una primera etapa, empareje al Infonavit con las necesidades de los trabajadores y, en una segunda, nos permita innovar en opciones de financiamiento para necesidades más complejas de nuestros afiliados, las cuales están en periodo de evaluación.
Para retarnos aún más, en la Subdirección General de Crédito hemos firmado dos convenios que nos permitirán alcanzar nuestros objetivos en el corto plazo: uno con el Fovissste y otro con la Asociación de Bancos de México (ABM).
Con el primero, en el primer semestre del siguiente año estaremos implementando el crédito individual Infonavit-Fovissste, que permitirá a los afiliados a ambas instituciones obtener un crédito hipotecario de cada organismo y hacer uso de ambas subcuentas de vivienda, lo que se verá reflejado en residencias de más valor y mejor ubicadas.
Con la ABM estamos trabajando en el diseño de nuevas opciones de financiamiento y, en breve, comenzaremos un programa piloto para originar créditos Cofinavit desde los centros hipotecarios de los bancos que participan en este esquema. Esto permitirá tener una ventanilla única de atención, disminuyendo los tiempos de trámite para la obtención de esta opción de financiamiento y, de resultar exitoso, comenzaremos con las otras opciones que tiene el Infonavit, como el propio crédito Tradicional.
Así es como hemos comenzado a dinamizar a la Subdirección General de Crédito de la hipotecaria social más grande de Latinoamérica, teniendo muy claro que los trabajadores afiliados al Infonavit, dueños de este fondo, siempre deben ser y estar el centro de las decisiones que tomamos cada día, y su bienestar contribuye al país que todos aspiramos y merecemos.
Rodrigo Gutiérrez Porter Villegas
Subdirector General de Crédito del Infonavit