CODA de Ithaca y Brooklyn, transformó cientos de sillas plásticas de jardín en un proyecto durante el Arts Quad de la Universidad de Cornell y explicó que «las características del objeto ya no se entienden en términos de su uso sino de su forma (picos, curvas, huecos) ya que, debido a su rotación alejada del suelo, pierden su relación con el cuerpo humano».
Detallaron que una de las inspiración para esta diseño arquitectónico fue el interés en usar un objeto cotidiano para jugar con la percepción del objeto. De lejos, la agregación aparece como un singular (y peludo) objeto diseñado. Al acercarse, el espectador se da cuenta de que la unidad de agregación es un objeto familiar: una silla común y corriente en la cual se han sentado antes.
«Era importante no dañar las sillas para que pudieran ser reutilizadas después de que el pabellón fuera desmontado. Necesitábamos hacer incisiones mínimas, permitiendo que la curva del pabellón general estuviera cambiando constantemente. También necesitábamos que las conexiones únicas fueran tan invisibles como sea posible para enfocar la atención en las sillas. Después de muchas pruebas, nos conformamos con barras roscadas de longitudes únicas que estaban conectadas por pernos a través de pequeñas incisiones (piercings) en la silla.», detalló Caroline O’Donnell, parte de CODA.
La obra arquitectónica se modeló digitalmente y realizaron simulacros para comparar resultados, «ya que son muebles al aire libre, las sillas no están clasificadas para el fuego y se requiere una clasificación de fuego de parte de las instituciones para obtener permiso de construcción», explicó.