Por Jaume Molet Pérez
Recientemente salió a la luz que desarrolladores inmobiliarios de la industria privada han ideado un plan que pretende que el Centro Histórico de la Ciudad de México vuelva a ser habitable.
La idea es, al menos lo que se ha comentado en estos últimos días, lograr la recuperación de 34 edificaciones que podrían convertirse en viviendas de renta temporal. Para lograr este propósito los representantes de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) dijeron que era necesario como sociedad aprender a preservar los monumentos históricos y que éstos se fusionen completamente con la ciudad, situación que además resolvería también el problema de movilidad que se vive en la enorme Ciudad de México.
La Ciudad de México presenta un rezago en materia de vivienda que puede verse controlado, además de la construcción de más viviendas como han propuesto los organismos como la Canadevi, a través de la recuperación del centro de la ciudad; esta tendencia no es algo nuevo ya que la revitalización de centro históricos se ha gestado no solo en América Latina sino en Europa como resultado de lo experimentado en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, ya que fue en ese tiempo en la expansión de las urbes hacia la periferia de las zonas urbanas dejaron de lado el valor arquitectónico de las construcciones antiguas y privilegiaron la modernidad.
Tanto en Europa como en Latinoamérica de una manera práctica, el asunto de la recuperación de los centros históricos comenzó a sumar importancia r desde la década de 1980 con un gran peso en el debate y la formulación de las políticas urbanas.
El Centro Histórico o primer cuadro de la Ciudad de México, la “ciudad de los Palacios”, le ha dado origen a la identidad de los mexicanos además de haber sido declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1987; actualmente tiene alrededor de 1400 edificios catalogados por su valor histórico y artístico de los siglos XVI al XX; sin embargo, el Centro Histórico no llega a ser una unidad ni un ensamble perfecto, ya que está lleno de huecos y lugares que fueron abandonados a su suerte o abatidos por los fenómenos naturales. También ha sucedido que la rigidez de las normas de conservación pudieron haber provocado que los dueños de estas propiedades las dejaran de lado haciendo que factores humanos y naturales carcomieran los edificios y fueran causa de los vacíos urbanos que se perciben en la ciudad.
Otro gran problema fue la ausencia de una política pública que lograra mantener de manera adecuada la normatividad causando que surgieran estacionamientos improvisados y espacios aprovechados por el comercio informal que generó un indebido uso de suelo que ha dado problemas al ordenamiento de la ciudad.
Según datos obtenidos en las búsquedas de portales inmobiliarios en línea, se ha demostrado que la gente prefiere vivir en lugares menos céntricos, con un número aproximado de 110 búsquedas mensuales durante el 2018 de viviendas en renta en el Centro Histórico; por lo que sí sería importante que se lleven a cabo esfuerzos para hacer esta zona habitable de nuevo.
En el marco del anuncio del VII Simposium de Centros Históricos el 23 y 24 de mayo en el Palacio de Minería, en la capital Gloria Arroyuelo, presidenta de la sección AMPI Ciudad de México, reconoció que en la parte de recuperación de edificaciones hay un importante nicho de oportunidad. donde las autoridades tienen como reto mantener las condiciones de habitabilidad, basados en seguridad, infraestructura, servicios, entre otros, para atraer el capital privado hacia ellos.
Jaume Molet Pérez
Director General para Lamudi México
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Jaume Molet Pérez es egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña, en donde obtuvo el título de Ingeniero Industrial. Por más de 10 años, Jaume ha sido consultor de estrategia y operaciones en grandes firmas de nivel internacional como AT Kearney, desarrollando estrategias de negocio para las firmas en Alemania, Reino Unido, Arabia Saudita y México, en el mercado Latinoamericano.