La industria de la construcción está inevitablemente ligada a todo tipo de aspectos sociales, que van desde el papel que juega como generador de satisfactores fundamentales, como pueden ser carreteras, hospitales o viviendas, hasta la enorme y profunda responsabilidad que implican los millones de empleos que genera.
Este segundo aspecto se hace particularmente relevante porque del total de empleos que esta industria genera, un gran porcentaje corresponde a grupos de población tradicionalmente desprotegidos en todos los aspectos y que tienen como mejor referente al albañil.
El albañil se caracteriza por pertenecer a segmentos de población pobres y con escaso acceso a satisfactores fundamentales, entre los que destaca por sus implicaciones, la educación.
Es por eso tan importante el papel de Construyendo y Creciendo, fundación que tiene como objetivo llevar aulas y servicios educativos a los lugares de trabajo de los albañiles, para ofrecerles la oportunidad de tener estudios que van desde la alfabetización, hasta estudios medios (y en pocos y afortunados casos incluso superiores), así como computación, oficios o finanzas personales.
Operando fundamentalmente en la ciudad de México, la fundación cuenta con 22 aulas ubicadas en obras en proceso, con las que en lo que va de año ha beneficiado a 1,315 trabajadores de la construcción, de los que 55% han sido hombres y el restante 45% mujeres.
No es poca cosa la misión que asumió esta fundación, y menos aún si consideramos que la industria de la construcción es la segunda actividad productiva si se mide su aportación al PIB, pero la primera si lo que se considera es la generación de empleos.
Los retos para Construyendo y Creciendo se dan en tres vertientes; convencer aportantes individuales para que “Bequen un Albañil”, abrir más aulas y llevar más trabajadores a las mismas…. Ojalá y se logre, la causa lo merece…
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