Gerardo Velázquez, de la firma Bioarquitectura, afirma que aunque opera ya la “Certificación de la Ciudad de México” y la norma 164 de edificación sustentable, deberían ser obligatorias para impulsarla
Una de las nuevas tendencias en arquitectura es la bioarquitectura. Los ejemplos más destacados están en Copenhague (el complejo Orestad) y en Reino Unido (el desarrollo BedZED, conocido por sus siglas Beddington Zero Energy Development, urbanización de energía cero), que se encuentra en Sutton, al sur de Londres, en Reino Unido; en México destaca el edificio CIHAC, que ganó un premio mundial en sustentabilidad, poco conocido en el país, el cual implementó.
“El Edificio en Minerva 16 en la delegación Benito Juárez fue una reconversión que tuvo la certificación LEED Platino, que es la número uno en Latinoamérica y número dos en el mundo. En el mundo hay ejemplos muy buenos y sustentables que nos muestran que cuando el clima aprieta tienes que orientar adecuadamente la construcción”, afirma Gerardo Velázquez Flores, jefe de la Oficina de Alianzas Estratégicas y profesor de la Universidad Iberoamericana.
La bioarquitectura es un tema que dentro de pocos años será tendencia nacional, destaca el también director de la firma Bioarquitectura. “El día de mañana en la CDMX va a pasar lo mismo que en Europa, donde ya no hay terrenos disponibles para construir. En Reino Unido por ejemplo, los arquitectos no hacen proyectos nuevos, es difícil que los hagan. En las ciudades ya consolidadas sólo se hace reconversión. En México, todavía hay, pero poco a poco se está acabando y la búsqueda ahora será cómo renovar estos edificios, pero ahora que funcionen bien, energéticamente hablando”.
Dijo que en su despacho, Bioarquitectura, desde que empezaron han estado en la búsqueda de hacer proyectos bioclimáticos y últimamente el tema se concentra en la reconversión, que es un gran mercado cautivo que hay en México, y que prevén al respecto publicar un libro, donde se destaque lo que se puede hacer en cuanto al ahorro de energía y el cambio de la ciudad a través de una reconversión sustentable y ahorradora.
Señaló que en México contamos con un clima benigno y por eso no se ha hecho tanto uso de la bioarquitectura, pero que poco a poco los están buscando más porque hay edificios que son muy fríos en invierno y muy calientes en primavera, lo que han detectado como edificios enfermos (sick building), que fue el primer diagnóstico que tuvieron al respecto en el tema de la bioarquitectura.
Finalmente aseveró que aunque la reconversión no tarda en tener un boom inmobiliario en nuestro país, se necesita de la voluntad y la visión de los propietarios porque la normatividad no obliga a tomar acciones decididas. “Hay un programa que se llama “Certificación de la Ciudad de México”, que está creciendo y además está la norma 164 de edificación sustentable, pero no es de cumplimiento obligatorio que muy poca gente sigue, hasta que no se norme como algo definitivo”.
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Pie de foto: El arquitecto por la Ibero destaca que la normatividad debe ser obligatoria en el tema
Certificación LEED se otorga a aquéllos edificios donde se aplican parámetros de sustentabilidad.