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Hogar 2025: oportunidades y retos

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Por Aurora García De León*

Cuando al inicio del año hablamos de perspectivas para lo que se veía como un 2025 lleno de enormes retos, hablábamos de ampliar la mirada tanto como quisiéramos.

En el ámbito internacional solo con las declaraciones polémicas del entonces próximo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por la estrecha relación que este país tiene con México, nos da tema para rato.

Los industriales o empresarios podemos quebrarnos la cabeza tratando de deducir las implicaciones que todo este revuelo mundial tendrá en nuestro actuar diario, sin embargo, considero que, en el caso del sector vivienda, funciona mejor analizar las cosas de forma un poco más terrenal.

La vivienda en México sigue siendo en su mayoría un mercado doméstico, aunque existen proyectos con perfil turístico o para extranjeros, la gran necesidad se centra en la población nativa, todavía no hemos sido capaces de abatir el rezago local y de resolver la necesidad de un gran número de mexicanos. La cifra más reciente proporcionada por la SEDATU sitúa el déficit en 8.5 millones de hogares por lo que, agregando el bono poblacional derivado de las familias que se forman anualmente, se requiere un estimado que sobrepasa el millón de soluciones de vivienda por año para atenderlo, yo llamaría a eso oportunidad.

Uno de los retos más grandes es que esta necesidad se encuentra en personas con ingresos muy bajos y si sumamos a este punto que no solo queremos tener unidades, sino vivienda que cumpla con la definición de la ONU para considerarse como adecuada el grado de dificultad se acentúa, es decir, tenemos un reto tanto cualitativo como cuantitativo.

La búsqueda por mantener un adecuado equilibrio entre calidad y volumen de producción de vivienda en México ha derivado en un asunto complejo. Por un lado, la industria ha tenido que lidiar con los altos costos generados por la inflación, encarecimiento de los terrenos y financiamiento para la construcción, tiempos prolongados y alta regulación local a la que se añadieron nuevas disposiciones del Infonavit en 2022, lo que encareció y redujo la oferta. Por otro lado, el número de empleos formales sigue creciendo y las distintas hipotecarias continúan innovando con productos de crédito individual, lo que permite que más personas cuenten con un financiamiento para adquisición de casas, ampliando con esto la demanda.

En síntesis, hay una población numerosa con acceso a crédito, pero no le alcanza para adquirir las pocas opciones existentes.

Ya a mitad de este 2025, en cuanto a la oferta, podemos observar señales que pueden significar un cambio de tendencia en la producción. El anuncio por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la construcción adicional de un millón de viviendas ha provocado ya un giro en la conversación que puede traducirse en mejora del desempeño.

Sin duda entre decir y hacer siempre hay un espacio, pero la declaración de intenciones positivas hacia nuestro sector y lo que en un semestre ha avanzado este programa,  modifica la disposición que algunos funcionarios locales están mostrando en torno al tema, en las mesas regionales se empieza a percibir un cambio y a nivel federal, la cantidad de días que nuestro sector ha sido protagonista en la denominada Mañanera del Pueblo manda un mensaje claro: resolver la problemática de hogares en México tiene alta prioridad. ¿Cómo no ver una oportunidad en ello?

Quizás los resultados requieran algo de tiempo para hacerse notar, recordemos que las viviendas que se construyeron durante el primer semestre estaban ya contabilizadas en los números actuales del Registro Único de vivienda (RUV) que permanecen relativamente estables en niveles bajos después de una caída consecutiva de casi diez años en la producción, pero si las cosas caminan adecuadamente, gradualmente se podría percibir un cambio en la tendencia que es posible monitorear a través del seguimiento de los inicios de obra con la expectativa de notar mayor ritmo de casas terminadas para el segundo semestre del año.

La gran incógnita radica en la forma específica en que los actores aterrizarán sus planes, por ejemplo, existía inquietud con relación al concepto de Infonavit constructor, pero las autoridades han sido insistentes en que cuentan con la fuerza de la industria para aportar a los resultados ya que el deslumbrante millón que anunció la presidenta por sí solo no basta para resolver la necesidad nacional, la respuesta se encuentra en tener la inteligencia y habilidad para sumar esfuerzos ya que si algo han probado los productores es que se cuenta con capacidad instalada que resultaría absurdo ignorar.

En resumen, los intereses podrían estar alineados, se tiene un sector bancario sólido y opciones de hipoteca individual únicas a nivel mundial (INFONAVIT y FOVISSSTE), la proveeduría es en su mayoría nacional y hay industriales con experiencia suficiente, quizás deberíamos distraernos menos con asuntos internacionales.

Esperemos vengan buenos tiempos. Me encuentro en el bando de los optimistas.

*Aurora García de León

Directora general de Derex

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