La ciudad hoy

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Arq. Félix Sánchez*

Aún no salimos de la pandemia, y probablemente se irá el resto del año con la cadencia actual. Ojalá y no llegue una tercera ola. Por lo pronto los vacunados deberemos tener precauciones. Es posible que en el contacto diario con los que no conozcamos, baste mantener la sana distancia, estar en lugares ventilados y tener  el tapabocas para interactuar. A las personas que conocemos y con   los amigos tendremos un trato diferente y podremos vernos en espacios abiertos deberá ser una nueva manera de comunicarnos, por ejemplo en los lugares que antes ocupaban los autos en la calle, hoy son lugares amables con mesitas, plantas y algunos aportan buen diseño a estos espacios, como lo que hace Kineki. 

Las calles, banquetas, parques  y cafés al aire libre serán muy demandados. En efecto los we-work  son una gran solución, con pagar  3 cafés al día resultarán unas  oficinas de lujo, estarán muy demandadas. Todos los días surgen nuevos espacios en este sentido, como el que se acaba de ubicar en Ámsterdam y Sonora, un lugar de moda que vende bicicletas hechas a la medida y que comparte el espacio con un café que además vende libretas para rayar ideas. Como dije, está lleno con usuarios tomando café y teniendo juntas virtuales, en estas sus oficinas estilosas. Un gran cambio en el equipamiento citadino.

Por otro lado es posible imaginar que un veinte porciento o más de las personas no volverán a trabajar en oficinas, lo harán desde sus casas con ocasionales salidas a juntas de trabajo en lugares cerrados específicos. Por otro lado  es posible que la mitad de la fuerza trabajadora se escalone en días y horas de oficina. Será en ese sentido una nueva manera de vivir la ciudad. Creo con firmeza que mucha gente caminará como norma de salud no solo física sino mental. Recorrer una calle, caminarla, ser un pasajero que observa la vida que tiene esa calle es algo fantástico. Es cierto patrullar tu barrio  te da el pulso de lo que pasa. Es el nacimiento de una nueva conciencia urbana, un  civismo al día.

Retomar la ciudad significa verla con nuevos ojos, sobre todo apreciar a los vecinos,  los otros habitantes y entablar una dinámica de intercambio diferente. Se antoja experimentar y redescubrir los espacios como filtros entre lo construido y el espacio vacío resultante. Aquí sucederán muchas nuevas interrelaciones. Doy por hecho que lo que hay que lograr es que las calles estén vivas con usos del suelo complementarios. Casi el ideal sería que en una cuadra o dos que camines por todos los lugares abiertos, resuelvas el 80 % de tus necesidades. Lograr esa utopía nos haría llenarnos de tiempo para disfrutar  y compartir la vida.

¿Que se viene a futuro después de la pandemia en las ciudades? Es posible que exista un replanteamiento  de los usos; por ejemplo reconversión de edificios de oficinas en vivienda. Estacionamientos en granjas de comida, o en vivienda, pero sobre todo una nueva mirada al espacio abierto público y privado. No será extraño intentar en los barrios de la ciudad el replanteamiento de las calles y banquetas, no resulta imposible de pensar que algunas calles se vuelvan como salas públicas, con circulación muy restringida de automóviles o incluso con solo circulación contenida de autobuses públicos. Yo recomendaría hacer algunos estudios piloto de este planteamiento de la nueva calle.  Y al interior de la arquitectura de los edificios construidos, se presentan grandes opciones a darles vida con una revisión para reciclarlos  y aprovechar una táctica urbana que apela a la reconversión y reutilización de construcciones. Sin tener los datos duros a la mano, se puede pensar que un 30 % del espacio edificado – sin contar la casa habitación cuya flexibilidad de cambio es amplísima- es sujeto de esta nueva visión de : remodelar, reutilizar, refuncinalizar  los espacios. 

El mayor desperdicio de una ciudad son los espacios  vacíos, sin uso; los vacantes diríamos. Significan un trayecto más largo para satisfacer las necesidades cotidianas de una ciudad. Aquí hay que hacer una estrategia urbana tipo comando y atacar mediante acupuntura ciertas áreas de la ciudad.

Lo que nos debe quedar claro a los urbanitas es que tenemos que repensar la ciudad. ¿Cómo la queremos, como imaginamos la Urbe? Es la gran pregunta y a eso habrá que dedicarle tiempo y espacio. 

 

*Félix Sánchez

Arquitecto, Fundador de Sánchez Arquitectos y Asociados
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