Por Gustavo López Padilla*
Referirse al pensamiento y realizaciones proyectuales de Richard Rogers (1933-2021), es tener presente el ejercicio de la razón, la confianza en el desarrollo presente y futuro de las ciudades y la arquitectura, aplicando las oportunidades conceptuales que se desprenden del desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas. Se trata además de una arquitectura que se desarrolla comprometida con su tiempo, pero que entiende claramente ser el resultado de un proceso histórico que se inicia con la Revolución Industrial de mediados del siglo XVIII, seguida entre otros movimientos por la Escuela de Chicago ya en el siglo XIX, por el Protoracionalismo de finales del mismo siglo, por las ideas del Futurismo del italiano Antonio Sant Elia, como una de las vanguardias figurativas mas representativas, hasta llegar al Movimiento Racionalista que se consolida a principios del siglo XX. Este último movimiento, el racionalista, entrará en crisis a finales de los años cincuenta del siglo pasado, pero retomará impulso a inicios de los años sesenta, apoyado nuevamente, entre otras cosas, en la confianza en el progreso y el desarrollo de la tecnología, que se verá conceptualizado en las propuestas visionarias de futuro del movimiento inglés llamado Archigram, representado entre otros por los arquitectos Peter Cook, Warren Chalk, Ron Herron, Michael Webb y David Greene. Está claro que a todo lo largo de este proceso histórico, la conceptualización de las ciudades y la arquitectura inglesa están presentes y juegan un papel fundamental.
Del conjunto de lo anterior aparecerá a finales de los años sesenta del siglo pasado, el movimiento arquitectónico y urbano reconocido como High Tech, dentro del cual igualmente la participación de los arquitectos y el conjunto de la cultura inglesa, tendrán una significación importante. En términos generales de cultura, no podemos dejar de tener en cuenta el desarrollo y consolidación del movimiento filosófico inglés, reconocido como Empirismo, que surgió en Inglaterra entre los siglos XVII y XVIII, que se sustenta en la idea de la experiencia como el origen del conocimiento, entendiendo el método de aprendizaje de manera experimental e inductiva. Entre los representantes del Empirismo debemos tomar en cuenta a John Locke (1632-1704), George Berkeley (1635-1753) y David Hume (1711-1776). Mas recientemente habría que referirse a las contribuciones del filósofo inglés Bertrand Russell (1872-1970). Como variante del Racionalismo, el movimiento High Tech, del cual es representante esencial la arquitectura de Richard Rogers, surgirá en un tiempo en el cual la economía se recuperaba de los estragos financieros vinculados a la segunda guerra mundial, apoyada en buena medida en el desarrollo de las industrias petrolera y espacial, que en 1969 festejaba la llegada del hombre a la luna. Las imágenes de las industrias petrolera, espacial y en general todo aquello asociado al desarrollo de la tecnología y las comunicaciones, acompañarán conceptual, formal y materialmente a la arquitectura High Tech.
Richard George Rogers, arquitecto británico, hijo de padres anglo italianos, nació en Florencia el 23 de julio de 1933. Estudió arquitectura en la Architectural Association School of Architecture ubicada en Londres, Reino Unido, obteniendo su grado en 1959. Mas tarde hizo estudios complementarios en la Escuela de Arquitectura de Yale, en New Haven, Connecticut, Estados Unidos de Norteamérica, graduándose en 1962 y trabajó un breve tiempo para su primo Ernesto Nathan Rogers (1909-1969) en Milán. Durante su estancia en Yale conoció a Norman Foster (1935) y por poco tiempo también, formaron el llamado Team 4, en el que participaron las esposas de ambos, Su Rogers y Wendy Chessman. En 1967 se asoció con Renzo Piano (1937) fundando el estudio Piano & Rogers. Sin duda Norman Foster, Renzo Piano y Richard Rogers, representan, trabajando inicialmente en equipo y mas tarde por separado con sus propias firmas, lo mejor de la arquitectura conceptualizada dentro de las ideas del llamado High Tech. En 1977 se funda Richard Rogers Partnership.
La producción proyectual de Richard Rogers es amplia, formado parte siempre del movimiento moderno, como ya se ha comentado, dentro de su variante reconocida como High Tech. Después de sus trabajos iniciales, haciendo equipo con Renzo Piano, diseñaron el polémico Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, ubicado en la ciudad de París, Francia, 1972-1977, construido sobre un terreno desocupado cercano al lugar que anteriormente ocupaba el tradicional mercado de Les Halles. Con esta obra ambos arquitectos cobraron notoriedad dentro de la arquitectura contemporánea. Posteriormente, entre otros proyectos de Richard Rogers, destacan el edificio Lloyd´s, Londres 1979-1984, el Millenium Dome, Londres 1996-2000, la expansión del Aeropuerto Heathrow, Londres 1989-2008, el Edificio Channel Four Television, Londres 1990-1994, todos ellos en el Reino Unido y entre 1998 y el 2006, diseñó junto con el Estudio Lamela, la terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, en Madrid, España. Entre sus últimas obras es importante reconocer el edificio de la Torre Bancomer, ubicada en la ciudad de México (2008-2015), haciendo equipo con el arquitecto mexicano Ricardo legorreta y la Galería de Arte, conocida como Richard Rogers Drawing Gallery, suspendida sobre un viñedo, en la Provenza francesa, obra terminada en el año 2020.
La propuesta conceptual en la obra de Richard Rogers, plantea dramatizar y volver expresivos formal y compositivamente, en términos de imagen urbana y arquitectónica, sus componentes estructurales y los de las diversas instalaciones implicadas en cada proyecto, externalizando visiblemente el conjunto de lo anterior. Se trata de una arquitectura racional, sistemática, modular, ordenada, funcional, que aprovecha de la mejor manera materiales y procedimientos constructivos, directamente asociados a la producción industrial, sobretodo lo que tiene que ver con el uso de acero y los cristales mas modernos, implicando criterios de nanotecnología. Se habla de propuestas materiales que pueden ser modificadas en el tiempo, a partir de sustituir o incorporar componentes tecnológicos de últimas generaciones, que pueden implicar criterios de carácter sustentable. Esta postura arquitectónica experimenta en buena medida, con la idea de plantas libres, reconfigurables en el tiempo, para lo cual la posición de sus componentes estructurales, ocupan posiciones perimetrales a las superficies de los lugares útiles. Se buscan transparencias que permitan aprovechar de la mejor manera la luz natural, evitando en lo posible el uso de luz artificial, regulando al mismo tiempo las incidencias del sol y sus ganancias de calor. Hablamos de una arquitectura que se preocupa por la composición general de los proyectos, por sus conjuntos volumétricos y que cuida al mismo tiempo lo que tiene que ver con sus soluciones de detalle, implicando en ello el uso de nuevos materiales tecnológicos y lo que tiene que ver con las particularidades de la aplicación del diseño industrial, sobretodo en lo referente a la solución de detalles de nodos, conexiones de distinta naturaleza y transición entre distintos materiales.
En términos de ciudad, esta arquitectura High Tech, como la que experimentó Richard Rogers, puede llegar a ser contrastante, en relación con sus entornos urbanos próximos, resultando polémica la convivencia temporal entre distintos lenguajes arquitectónicos, como son los casos del Centro Pompidou en París, formando parte del barrio tradicional de Les Halles o el edificio Lloyd´s, que en menor escala, convive con lo que queda de algunos edificios históricos en la llamada City en Londres. Estas obras han transitado en el tiempo, del rechazo, hasta convertirse en obras emblemáticas que representan la necesaria dinámica moderna de las ciudades, en donde conviven expresiones construidas, que representan distintos tiempos históricos. En otras circunstancias, la fuerza expresiva de las obras, las ha convertido en hitos urbanos, que se han vuelto referencia para la orientación y convivencia social cotidiana, como son los casos del edificio del Channel Four Television o el Millenium Dome, ambas obras ubicadas en Londres, en el Reino Unido.
Para la Ciudad de México es interesante la experiencia proyectual entre Richard Rogers y Ricardo Legorreta en la Torre Bancomer, ubicada sobre el Paseo de la Reforma, cercana al Bosque de Chapultepec, en donde la interpretación tecnológica de Rogers se hace convivir con la visión de la arquitectura tradicional mexicana representada por Legorreta, como una oportunidad para explorar caminos distintos, inéditos, que puedan enriquecer a la propia arquitectura de los autores, a la arquitectura mexicana y a la internacional. Lamentablemente la muerte de Ricardo Legorreta (2011), sin haber visto concluida la obra y ahora la de Rogers (2021), mantiene latente esta oportunidad. Pero el camino está trazado en espera de nuevos autores. Richard Rogers fue reconocido a lo largo de su carrera con distintos premios, en donde resalta sin duda, el haber ganado el Premio Pritzker en el año 2007, el máximo posible para los arquitectos. En términos de ideas, Rogers hizo dos publicaciones reconocidas: Ciudades para un pequeño País y Ciudades para un pequeño Planeta (2001), haciendo equipo con la profesora Ann Power. Sin duda el conjunto de la obra construida y el pensamiento de Richard Rogers, es una de las contribuciones mas significativas para la arquitectura que transita, entre la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, apoyada en la confianza del ejercicio de la razón y las aplicaciones justas de lo que tiene que ver con la ciencia y sus expresiones tecnológicas, tomando en cuenta al mismo tiempo, preocupaciones humanistas y ambientales.
*Gustavo López Padilla
Arquitecto
