Salvador Aceves es uno de los arquitectos más importantes en la conservación del patrimonio edificado en México: Seminario de Cultura Mexicana
El Seminario de Cultura Mexicana (SCM) otorgó un reconocimiento al arquitecto Salvador Aceves García, quien es miembro emérito de la institución, por su destacada participación en la conservación del patrimonio edificado en el país.
Al acto se sumaron el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) México, a través de sus titulares, Diego Prieto Hernández y Saúl Alcántara Onofre, respectivamente
En su participación, el director del INAH recordó los proyectos en los que ha participado el arquitecto Salvador Aceves, como el nuevo vestíbulo de ingreso del Museo del Templo Mayor, el cual se integra a la Plaza Manuel Gamio, y ha permitido aumentar la cifra de visitantes a este recinto.
Otros de los proyectos en los que participó, cuando estuvo al frente de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH) del INAH, entre 1992 y 2001, fueron:
- La propia sede de CNMH, en la calle Correo Mayor;
- El Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec;
- El Templo y Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, en Oaxaca;
- El Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, Estado de México;
- La muralla del Fuerte de San Miguel, en Campeche; y
- El Fuerte de San Diego, en Acapulco, Guerrero.
También, reconocieron su apoyo en la integración de los expedientes técnicos para la inscripción de varios bienes culturales de México en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Aceves García enfatizó que los ‘pastiches’ –combinación de diversos elementos para recrear una obra, que parezca a la original – no son de su agrado. Subrayó que la arquitectura contemporánea debe tener en cuenta los elementos históricos del espacio para comprenderlo y conservarlo.
“Aunque hago conservación de monumentos, me considero arquitecto y, como tal, me gusta la arquitectura contemporánea. Los ‘pastiches’ me fastidian. La arquitectura contemporánea debe estar presente en el espacio histórico, porque también forma parte de su devenir.
«Tenemos que luchar contracorriente de los arquitectos-restauradores que van buscando el mimetismo, sin tener una capacidad de lectura de lo preexistente, y cuyos resultados son muy discutibles».
