Su implementación permitirá mejorar la calidad de los planes viales y dar prioridad al transporte de personas y mercancía
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), publicó el ‘Manual de Calles: diseño vial para ciudades mexicanas’, el cual creó en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para que sirva como referente oficial que la administración pública federal ofrece a los interesados en el diseño geométrico de las calles y la gestión de proyectos viales en las ciudades.
La apropiación y aplicación del manual permitirá mejorar la calidad de los planes viales e implementar un diseño que dé prioridad al transporte de personas y mercancías. El objetivo es que los proyectos estén orientados hacia el uso real del espacio, ya que incluye modelos que facilitan la comprensión de la vocación de cada calle, consideran su función de tránsito y como lugar de interacción entre las personas.
El documento indica la importancia de la contextualización de la calle, ya que para su proceso de diseño debe tenerse clara la relación que tiene la calle con las otras vía de la ciudad, así como de los demás elementos como zonas habitacionales y equipamiento. Identificar los componentes que utiliza cada usuario de la vía permitirá crear una calle incluyente.
De igual forma, es necesario tener en cuenta la jerarquía de la movilidad, establecer las prioridades en la movilidad urbana diaria, para plantear quién es más vulnerable, qué es menos eficiente y más costoso para transportarse. De acuerdo a la pirámide de la movilidad, los peatones son quienes tienen la mayor prioridad, le siguen los ciclistas, después los usuarios, operadores del transporte público y vehículos de emergencia; siguen los transportes de carga y finalmente los usuarios de vehículos particulares motorizados.
Las personas y vehículos que transitan en las calles se encargan de desarrollar alguna actividad, por lo que cada vía tiene una función, forma y uso diferente; a la relación balanceada entre estos tres componentes conforma lo que se denomina como vocación.
En el manual se indica que su implementación debe considerar estos aspectos y necesidades, lo cual depende también de la participación de la ciudadanía en las distintas fases del proyecto.
Su meta es obtener proyectos viales de alta calidad, seguros, inclusivos y sostenibles, que impulsen la resiliencia de las ciudades y su accesibilidad. Su contenido se divide en cuatro apartados: etapas de un proyecto; proceso para el diseño de una vía urbana; herramientas para procesos participativos en proyectos de diseño vial y, finalmente, urbanismo táctico.
