A través de asesoría legal y por parte de empresas especializadas, los propietarios pueden contar con seguridad durante su contrato de arrendamiento
Los constantes atrasos en las rentas, falta de pago, el fraude de identidad y daños al inmueble son los principales problemas en el arrendamiento inmobiliario en México. Sin embargo, los dueños de los inmuebles pueden proteger sus viviendas durante los contratos de renta
De acuerdo con Diego Llano, CFO de Morada Uno, startup mexicana creada para dar seguridad al arrendamiento inmobiliario, indicó que dentro de los problemas en el arrendamiento el fraude de identidad es uno de los más severos debido a las estadísticas que refleja.
“El robo de identidad, en particular, es preocupante. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) registró cerca de 50 mil reclamaciones en 2021 y esa cifra representó un crecimiento del 54% respecto al 2020. Sin duda hay que estar muy alertas”, indicó
El directivo resaltó que para poder aprovechar los beneficios económicos del alquiler de inmuebles, los propietarios deben tener ciertas reservas sobre las situaciones más frecuentes.
Atraso en el pago de la renta impago
Llano indicó que una de las causas de que esto suceda es que en México, la ley brinda protección al inquilino.
“Desafortunadamente algunos abusan de sus derechos y se atrasan en sus pagos; como propietario no puedes iniciar un juicio de terminación de contrato y recuperación del inmueble hasta que el inquilino incumpla su segundo pago de renta. El arrendatario que lo sabe paga parcialmente para que nunca se cumpla ese plazo, no pueda ser demandado y el propietario siga sin recibir su dinero”, explicó.
Ante este problema, lo que los propietarios deben hacer es buscar asesoría para iniciar un proceso legal; sin embargo este proceso puede tardar hasta un año.
Una manera de evitar los juzgados y asegurar el inmueble y los pagos, es que el dueño cuente con una protección de alquiler; realizar los contratos mediante empresas formales es una forma de obtener seguridad
“Los costos de honorarios legales, de pago de derechos y cualquier otro para recuperar la propiedad están cubiertos. Empresas como Morada Uno se encargan de llevar a cabo todo el proceso de recuperación y además garantizan al dueño el pago de sus rentas de forma puntual todos los meses”, detalló el directivo.
Usurpación de identidad
La suplantación de identidad para realizar productos financieros o de arrendamiento está a la alza. Respecto a esto, el CFO relató que ante un caso así, los procesos legales son más complejos.
“Al momento de proceder a un litigio y de recuperar el inmueble, es muy complicado porque quien firmó el contrato no es una persona real, el proceso de demanda es mucho más complejo y el tiempo se alarga en consecuencia, así como el costo del mismo”, afirmó.
Para evitar esto, el propietario debe hacer una investigación detallada para poder confirmar la identidad del posible arrendatario. Mediante el análisis de documentos y revisión de datos biométricos es posible tener una conclusión verídica.
En caso de que no se cuente con esta tecnología es necesario que los arrendadores se acerquen a empresas especializadas para que estén seguros de en manos de quién dejan su vivienda.
Daños al inmueble por mal uso
Pueden presentarse daños a los inmuebles por el uso; sin embargo daños ocasionados por modificaciones no autorizadas o hasta por una ventana abierta cuando llueve y estropear un piso son afectaciones por mal uso que no cubre el depósito de renta.
“En esos casos se vuelve muy complicado recibir una indemnización a través de la vía civil; tendrías que irte a un juicio y ganarlo, que se le embarguen bienes al arrendatario (una cuenta bancaria, un coche o un inmueble de su fiador) y se subasten para poder cubrir los daños de tu casa”, indicó Llano.
Ante esta situación, Morada Uno ofrece cubrir hasta seis veces el monto de la renta. En caso de que el dueño del inmueble se incline por otra opción, debe tomar en cuenta que un buen seguro debe cubrir todos los daños ocasionados por el mal uso del inquilino.