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Regularización de la propiedad y gestión del suelo, prioridades del Insus

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Hoy, el Insus enfrenta problemáticas como falta de coordinación entre los tres órdenes del gobierno, falta de una normatividad y falta de capacidad de los municipios

En 2016, la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett), que por más de 40 años había trabajado en la regularización de los asentamientos irregulares, sobre todo en territorios ejidales, se transformó en el Instituto Nacional del Suelo Sustentable (Insus).

“Aquí incluso el propio nombre es muy importante, ya deja de ser una comisión para la regularización y se convierte en un instituto de suelo; con todo lo que implica el suelo, que es algo mucho más complejo que la regularización”, destacó José Alfonso Iracheta Carroll, director general del Instituto.

En entrevista con Revista Inversión Inmobiliaria, el funcionario destacó que uno de los propósitos principales del Insus es poder adelantarse a la problemática de los asentamientos irregulares; pues se sabe que éstos siguen creciendo, por lo que se deben generar las condiciones para que las familias tengan viviendas adecuadas y bien ubicadas.

En tal sentido, Iracheta Carroll definió la función del Insus en dos grandes secciones: la regularización de propiedades y la gestión del suelo para generar proyectos de desarrollo urbano.

“La base de todo lo que tenemos en las ciudades parte del suelo. Parecería que es algo muy básico, muy fundamental, que es donde estamos parados, lo que sentimos, vemos el suelo todo el tiempo; […] siempre se está discutiendo mucho la ciudad, la densidad, la vivienda, el transporte o la infraestructura, pero rara vez se considera el tema del suelo como parte de esta discusión. Y lo paradójico es que es la parte más importante, en tanto que es lo que le da sentido a todo lo demás”, dijo.

Por ello, el funcionario identificó tres problemáticas principales en la gestión del suelo en México. La primera de ellas es que no ha habido una coordinación adecuada entre los tres órdenes de Gobierno; así como la falta de diálogo entre la sociedad civil, entre la iniciativa privada, entre los actores sociales y el gobierno.

“Creo que uno de los grandes problemas es que simplemente se liberó la ocupación del territorio sin mayor regulación de ningún tipo; es decir, se permitió que los proyectos inmobiliarios ocurrieran fuera de la planeación. Y también se permitió que la ocupación irregular o informal del territorio, evidentemente, ocurriera fuera de la planeación”, aseveró Iracheta.

Uno de los objetivos prioritarios de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) es que el Estado mexicano (Gobierno Federal, estados y municipios) sea quien oriente la ocupación del territorio, sin perder la función social del suelo.

“Entonces, esta orientación, lo único que busca es este equilibrio entre la distribución de los costos y los beneficios; las cargas y los beneficios que tiene la urbanización y el crecimiento urbano. Si logramos tener una carga equilibrada, en donde cada quien contribuye lo que le toque contribuir, pero también cada quien recibe el beneficio que le corresponde, vamos a tener ciudades mucho más armónicas y mucho más sustentables”, aseguró el titular del Insus.

No obstante, la segunda gran problemática es que gran parte de los municipios urbanos del país carecen de la capacidad para enfrentar y para tener una visión completa de cómo se debería ocupar el territorio, tanto en una perspectiva normativa como funcional.

“Cuando hay grandes intereses económicos, es muy fácil que un municipio doble las manos; cuando vemos la ocupación en asentamientos irregulares, es muy fácil ver cómo los ayuntamientos doblaron las manos. Simplemente no tienen la capacidad para controlar estos fenómenos, a pesar de que, al final, les va a rebotar a ellos; ellos van a ser los responsables de proveer todos los servicios, las infraestructuras, y no van a tener la capacidad para hacerlo”, señaló.

Finalmente, la tercera problemática que identificó Iracheta es la falta de una normativa fortalecida; porque, si bien la Ley General de Asentamientos Humanos establece varios mecanismos, sigue estando muy limitada.

“En Sedatu estamos trabajando en mecanismos que permitan hacer mucho más ágil y efectiva la planeación urbana. Aquí hay una frase muy recurrente, que es que en México no se hace planeación; yo diría que no, en realidad se hace mucha y muy buena planeación; no siempre, pero tenemos muy buenos ejercicios de planeación”, afirmó.

El problema está en pasar de la planeación a la implementación; pues, de acuerdo con el funcionario, es ahí donde se pierde el sentido de los proyectos, y donde mucho tiene que ver la falta de capacidad de los municipios; que muchas veces se ven rebasados por la problemática y la magnitud de este fenómeno.

“Entonces, es una problemática muy compleja, que tiene muchas aristas, pero que a mí me parece que las bases ya están dadas; es un tema más de impulsar, de apoyar y de orientar un poco la toma de decisiones y de desarrollar las capacidades, sobre todo a nivel local”, expresó José Iracheta.

Finalmente, el funcionario destacó que las ciudades seguirán creciendo; y es fundamental que los ciudadanos, además de asumir sus obligaciones fiscales, se involucren en la toma de decisiones mediante los mecanismos de participación; pues esto puede ayudar a orientar a los gobiernos locales.

“Hay muchísimos casos en donde es la sociedad civil la que, junto con los municipios, determinan hacia dónde va a crecer la ciudad”, concluyó.

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Fernanda Hernández

Reportera y redactora en Centro Urbano. Soy egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Me interesa la cultura, el urbanismo y la arquitectura. Amante del mundo digital, el cine, la música, la lectura y la escritura.


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