Por Jorge A. Mc Loughlin
Cada vez que se produce un cambio en la administración del Infonavit, es común oír hablar del “Nuevo Infonavit”. Esto tiene su explicación. Cada administración quiere marcar la diferencia con la anterior y realiza promesas sobre las mejoras que serán implementadas durante la gestión que inicia.
En lo personal, he tenido el privilegio de ser un testigo muy cercano al Infonavit en estos últimos quince años, período en el cual ocuparon la dirección general del Instituto el CP Víctor M. Borrás Setien, el Mtro. Alejandro Murat Hinojosa, el Lic. David Penchyna Grub y actualmente el Lic. Carlos Martínez Velazquez.
Durante estos años he comprendido que la gran fortaleza del Infonavit reside en su carácter tripartita. Este exitoso modelo tiene desde mi punto de vista dos grandes beneficios que hacen que, en definitiva, el “Nuevo Infonavit” de cada administración tenga mucho en común con el “Viejo Infonavit” de la gestión anterior.
Estos dos grandes beneficios son transmitir la experiencia a través de las direcciones sectoriales – de trabajadores y empresarios – cuyos mandatos no están ligados a los cambios sexenales; y el de actuar como un genuino contrapeso de la administración en la composición de los órganos de gobierno y vigilancia.
Podría afirmar que cada una de las administraciones que ha pasado por el Infonavit han tenido algún tipo de acierto que le ha dado su propia impronta. Sin duda, también se cometieron errores, los que se traducen en experiencia a capitalizar para quienes toman la posta de conducir la institución hipotecaria más grande del mundo de habla hispana.
Ha sido común escuchar en estos años frases como “en tal gestión sólo importaba la cuestión cuantitativa en desmedro de la cualitativa”; “hay que recuperar la visión social del Instituto”; o “el Instituto debe trabajar para la demanda y no para la oferta”.
En el fondo, detrás de cada una de estas frases se esconden posturas dialécticas que erróneamente suponen que lo cuantitativo se opone a lo cualitativo, lo social a lo eficaz o la oferta a la demanda.
El “Nuevo Infonavit” es comprensible que ponga el énfasis en lo social, en los derechos de los trabajadores y en la medida de lo que está a su alcance, en mejorar la calidad del entorno urbano de toda su derechohabiencia.
Esperemos que, por el bien de todos los mexicanos, tenga éxito la actual gestión del “Nuevo Infonavit”, gestión que pareciera tener muy claro que su incuestionable visión social debe ir acompañada de una lucha frontal contra la corrupción y de una genuina austeridad que se traduzca en un verdadero aumento en la productividad de sus operaciones.
Jorge A. Mc Loughlin
Director General de Revisora de Avalúos S.A. de C.V.