En busca de atender un inmenso reto social, urge entender y atender las complejas razones del desplome de la producción de vivienda
Por Horacio Urbano*
Debe ser grande el reto habitacional que cargan sobre sus hombros los habitantes de los estados de Campeche y Oaxaca.
No me imagino la angustia de esos millones de hombres y mujeres, que debe ser la misma de quienes como ellos, viven en ese bloque de entidades sureñas que se ubican como las más pobres del país.
Entidades que, con base en sus ingresos, y como revela la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022, que publicó el Inegi apenas la semana pasada, se ubican en los últimos lugares de entre las 32 entidades del país.
Estados como Campeche o Oaxaca, ubicados desde siempre entre los mas pobres, en que durante el primer semestre del año, los empresarios de la vivienda apenas pudieron construir y vender 29 y 35 viviendas, respectivamente, lo que inevitablemente agudiza los niveles de pobreza y congela toda posibilidad de movilidad social a que campechanos y oaxaqueños pudieran haber aspirado.
Es la tragedia de la pobreza traducida en rezago habitacional y cancelación de movilidad social.
Y así como no es casualidad que Campeche, gobernado por Layda Sansores, sea el estado en que menos viviendas se construyen y venden, tampoco lo es que el contraste total se dé en Nuevo León, gobernado por Samuel García.
Porque Nuevo León sigue siendo el estado en que más viviendas se construyen. Viviendas de todos tipos y valores, con capacidad de dar respuesta a una muy sólida demanda real, basada en trabajadores que mayoritariamente tienen empleos en la llamada economía formal, con ingresos superiores al promedio nacional, y que además, en su formalidad, les brindan cobertura a su reto habitacional vía Infonavit, Fovissste o la banca comercial.
La ENIGH 2022 nos dice que los estados con mayores ingresos mensuales por hogar son: Baja California Sur ($30,472), Ciudad de México ($29:770), Baja California ($29,637), Nuevo León ($28,673) y Chihuahua ($27,320).
Y nos dice también, que Chiapas ($13,281) es la entidad con menores ingresos mensuales por hogar (menos de la mitad del líder de la tabla), seguido por Guerrero ($13,918) y Oaxaca ($14,448).
Y ojo, que no es tema menor que en ese norte rico, los ingresos, de por sí más altos, se basen en empleos de la economía formal, que incluyen factores de seguridad social como IMSS e Infonavit, y una estabilidad que aumenta el nivel de inclusión financiera, y con ello, el acceso a créditos de todo tipo de la banca comercial, incluyendo los de vivienda.
Y claro que en contraste, en el sur pobre los empleos, además de bajos, son mayoritariamente en una economía informal que no otorga IMSS, Infonavit o acceso a servicios financieros de la banca privada, lo que provoca que bajos ingresos, aunados a igual de bajos niveles de inclusión financiera, agudicen la pobreza y limiten al extremo el acceso a la vivienda.
La ENIGH 2023 nos dice que a nivel nacional el ingreso promedio de los hogares se ubica en 22,437 pesos, que la población económicamente activa se ubica ya en 58.7 millones de mexicanos.
Y nos dice también que la desigualdad se refleja en varios aspectos más.
Se refleja, por ejemplo, en que los ingresos en los hogares ricos es 15 veces mayor que en los hogares más pobres, y en que los ingresos mensuales en hogares con jefaturas femeninas se ubica en 17,509 pesos, muy abajo de los 23,269 pesos que reciben los hogares con jefaturas masculinas.
La encuesta revela que se mantiene la tendencia a la baja en el número de miembros de cada hogar, que en forma sostenida ha bajado de 3.66 integrantes en 2016, a 3.43 en el 2022. Y atención a este dato, que nos dice el número de habitantes que en el promedio habría en cada vivienda.
Con esta base no es difícil reconocer que, como también revelan los números de la ENIGH 2022, los estados con mayor rezago habitacional son precisamente Chiapas, que lidera esta triste clasificación, seguido por Tabasco, Oaxaca, Guerrero y Veracruz.
Y en contraste, la Ciudad de México es la entidad que registra menor rezago habitacional, seguida en ese cuadro de honor, por Aguascalientes, Nuevo León (obvi, diría mi hija), Jalisco y Sinaloa.
Norte rico y con viviendas… Sur pobre y sin viviendas.
Y bueno, todo esto se traduce en que el rezago habitacional difícilmente se convierte en demanda real debido a los efectos de los bajos niveles de ingresos y las debilidades de las fuentes de empleo, aunados a las enormes dificultades, tramites y costos que hoy implica producir vivienda.
Los datos que ofrece la Cámara de la Vivienda son contundentes y terribles. Nos dice Canadevi, que preside Alberto Moreno, que durante el primer semestre del año, sus cerca de 1,000 empresas afiliadas apenas lograron construir 60,822 viviendas, que representan mínimos históricos para el sector.
Destaca de estos datos el hecho de que en este tiempo los socios de Canadevi sólo pudieron construir viviendas en 299 municipios del país; que Nuevo León, con 10,230, es el estado en que más viviendas se construye, que en Hidalgo, que le sigue en la lista, apenas se hicieron 5,472, o que la suma de las viviendas construidas en los cinco estados que quedaron al final de la lista no llega ni a 600.
Sobra decir que esta falta de viabilidad de producir viviendas tiene que ver fundamentalmente con aspectos locales relacionados, sobre todo, con políticas, normatividad y falta de capacidad municipal.
Y sí, que no se nos olvide que la fortaleza de un país o de una economía, o de un sistema de vivienda, no es más que la suma de las fortalezas de cada una de sus partes, y que solo se entiende reconociendo el reto de atender la debilidad de su eslabón más débil.
Muy bien las capacidades de Nuevo León; aprovechémoslas.
Muy mal la debilidad de Campeche; reconozcámosla como reto común.
Que no se nos olvide; en busca de atender un inmenso reto social, urge entender y atender las complejas razones del desplome de la producción de vivienda
RUBA sigue en plan grande
Temporada de reportes trimestrales, entre los que vale la pena destacar los de empresas que mantienen una increíble racha a la alza en sus principales indicadores, como es el caso de Ruba, que dirige Jesús Sandoval.
La viviendera reporta incrementos en de 4.5% en ingresos y 3.4% en utilidad bruta, basando este resultado en la consolidación de una exitosa estrategia de diversificación, tanto regional, como en producto, participando en prácticamente todos los segmentos que definen al sector vivienda.
Y este resultado se basa en la venta de 4,486 viviendas, con una mezcla de producto en que 49% de las unidades vendidas fueron en el segmento social, que representó 25% del ingreso total, que se complementa con las ventas de los segmentos medio y residencial, que siendo 51% del número de operaciones, representaron 75% de los ingresos.
Increíble logro de una empresa que puede presumir que lleva ya varios años en que en cada ocasión su resultado representa un nuevo máximo histórico,
Infonavit 1S2023
Cierra Infonavit un primer semestre con números importantes:
-Reporta crecimiento en colocación respecto a mismo periodo del año anterior, de 20.7% en monto y 5.3% en número de operaciones, registrando incrementos en todos sus esquemas crediticios.
=Entregaron 14,223 millones de pesos a 118,750 trabajadores que solicitaron devolución del saldo de su cuenta de vivienda.
-Reestructuraron 377,000 créditos.
-Obtuvieron un resultado positivo neto en su operación de 16,658 millones de pesos.
Nada mal. Y para continuar dando buenos resultados, el Instituto que dirige Carlos Martínez Velázquez se prepara para lanzar nuevos productos.
*Horacio Urbano
Presidente de Centro Urbano
