POR SILVIA MEJÍA REZA.
Es necesario conocer los umbrales de la capacidad de carga para evitar un colapso en la ciudad
Mucho se habla de densificar la ciudad, de transformar zonas habitacionales cuyas densidades actuales oscilan entre las 17 viv/ha (Delegación Miguel Hidalgo año 2012) a 38 viv/ha como es el caso de la Delegación Cuauhtémoc (2012). En esta experiencia estamos viendo una transformación en varios puntos de la ciudad. Colonias como Polanco, la Nápoles, del Valle, Roma, Condesa y próximamente la Colonia Doctores y la Zona Rosa han pasado de un ambiente de viviendas unifamiliares a zonas de departamentos medios y altos con usos mixtos; un importante cambio en la dinámica de la ciudad y sus habitantes. Un proceso de gentrificación positiva pero complejo.
Complejo en la medida que este proceso ha carecido de un acompañamiento fundamental, la dotación de infraestructura y servicios que permita equilibrar este incremento poblacional. La inclusión de un par de líneas de metrobús no es suficiente para controlar el impacto vial que el incremento de densidad ha generado en las calles de la ciudad que cada día se congestionan más. Esto ha repercutido en tiempos de traslado y no hablar de los efectos ambientales o el continuo estrés en la ciudadanía.
Por otro lado el impacto en los servicios como abastecimiento de agua, electricidad, recolección de basura merece una evaluación ya que el incremento de viviendas sin duda implica un incremento en el costo del suministro y un incremento en las necesidades de dotación de infraestructura y equipamientos de apoyo a los residentes.
En el estudio México Compacto, Las condiciones para la densificación urbana inteligente en México (2014) se hace mención de siete condiciones clave para una densificación positiva que permita evitar hacinamientos, mayor congestión y segregación tras su implementación. La primera de ellas es analizar la capacidad de carga urbana para determinar el nivel óptimo de densidad y se refiere entre otros factores al suministro y la capacidad de expandir la infraestructura urbana y los servicios públicos. Es necesario conocer los umbrales de la capacidad de carga para evitar un colapso en la ciudad.
Particularmente hago referencia al corredor de Paseo de la Reforma donde se construyen más de 10 torres que equivalen a más de 226,000 metros cuadrados de oficinas, viviendas y comercios (Forbes); resulta preocupante ver que la construcción de estos edificios progresa día a día; sin embargo nos son visibles las obras para garantizar el suministro y recolección de agua o dotación de energía, y más preocupante aún ¿cómo van a resolver el tema de movilidad con la inclusión de miles de autos que van a ocupar estos espacios diariamente?
Grave es que la política de densificación se siga promoviendo en las delegaciones cuyas cifras arrojan el mayor número de viviendas por hectáreas; Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez. Sería interesante evaluar este proceso en delegaciones como Tlalpan, Cuajimalpa o Xochimilco cuyas densidades oscilan en las 6viv/ha (considerando 4.3 hab/viv censal). Habría que evaluar si este es un campo de oportunidad para seguir densificando la ciudad de manera inteligente.
SILVIA MEJÍA REZA, es Consultora de ONU Habitat México.
@silviamreza