Las actuales necesidades de las oficinas corporativas se podrían mantener al menos por los próximos cinco a diez años
Por Arturo Bañuelos*
Entre los nuevos aprendizajes que ha dejado la actual pandemia, a todos quienes colaboramos en empresas, es el hecho de que las oficinas corporativas no desaparecerán. Sin embargo, existirán cambios importantes, y uno de ellos es la adopción del modelo híbrido de trabajo. Desde hace algunos meses el sector de oficinas vive una profunda transformación para adaptarse a estas nuevas necesidades del sector.
Con la adopción del trabajo híbrido, el regreso a las oficinas no será cien por ciento presencial, sino que se laborará algunos días desde casa y otros desde la oficina. En este sentido, se recomienda que cada empresa cree su propio esquema de horarios, con el objetivo de que los empleados asistan a la oficina de manera escalonada.
Si bien no hay reglas escritas para que cada empresa o sector lleve a cabo un regreso sano y exitoso, muchas organizaciones se encuentran ante la necesidad de repensar y rediseñar sus espacios existentes para cumplir con los nuevos modelos de trabajo, esto adicionalmente a las medidas de salud recomendadas como el distanciamiento físico, gel antibacterial, limpieza profunda sanitizante, entre otros que prevalecerán para garantizar la salud de los trabajadores.
Los nuevos espacios de trabajo se centrarán en herramientas flexibles y colaborativas. La reducción de los metros cuadrados para el trabajo individual será predominante y se ampliarán los espacios de trabajo colaborativo y al aire libre, al tiempo que las terrazas y balcones serán de los espacios más buscados. En promedio, en una oficina con configuración tradicional, los lugares asignados ocupan el 80% de la superficie total, cifra que cambiará a un 60 y 65 por ciento para la configuración de trabajo híbrido.
Por otro lado, la tecnología tomará un papel importante debido a que se adaptarán espacios automatizados que eviten tener contacto con botones de elevadores, manijas, controles de acceso-salida como las puertas. La tecnología facilitará el uso de sensores de proximidad, al tiempo que predominarán sanitarios y lavamanos inteligentes, al igual que los interruptores de luz y las persianas electrónicas.
No obstante y sin importar el sector al que pertenezcan, las empresas deberán tener en consideración los beneficios que una oficina física trae consigo. Además de ser el principal elemento tangible de cualquier empresa, el espacio físico laboral permite la convivencia entre trabajadores que, a su vez, son la pieza principal que da forma, identidad y va creando la mística de cada compañía.
De acuerdo con una encuesta global de JLL, aplicada a más de dos mil trabajadores de 10 países, se reflejan datos que sustentan la importancia de las oficinas en el sector laboral:
El 75% de los encuestados manifiesta una necesidad por trabajar desde una oficina física, el 70 por ciento considera a la oficina como el mejor lugar para la formación de equipos y la conexión con el liderazgo. Además, cerca de un 40% espera poder reincorporarse a las oficinas, pues en ellas, además de un espacio para laborar, les ofrece un lugar para poder socializar (un aspecto que extrañan, sobre todo saliendo de un período de confinamiento).
Es verdad que conforme la pandemia fue avanzando, los empleadores se enfrentaron cada vez más al reto de ofrecer espacios de oficina que además de garantizar la seguridad para todos sus empleados, sean espacios de inspiración e innovación para las labores que ahí se realizan. Debido a ello es que es más fácil llegar a los objetivos en común a través de un grupo de personas que socialicen, intercambien de manera continua en comparación con individuos aislados desde diferentes puntos. En términos del talento, esta interacción entre los trabajadores logra generar identidad y sentido de pertenencia hacía la compañía, así como la motivación que impacta positivamente en la eficiencia de cada área.
Tomando en consideración todos los puntos anteriores, podemos concluir que las oficinas corporativas se deben de reconfigurar y construir como un lugar de trabajo que cubra las necesidades de los próximos cinco o diez años y no solo bajo una época de pandemia como en este momento. Todo esto bajo la visión de hacer de las oficinas una herramienta facilitadora tanto para la empresa como para su talento.
*Arturo Bañuelos
Director Ejecutivo de la División de Administración de Proyectos y Desarrollos de JLL