El Pabellón presenta al proyecto Chinampa Veneta, inspirado en el sistema agrícola de las chinampas, que tiene más de 4,000 años de historia
Este jueves 8 de mayo se inauguró el Pabellón de México en la 19ª edición de la Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia, en Italia, con la presentación del proyecto Chinampa Veneta.
Esta representación está inspirada en el sistema agrícola ancestral de las chinampas, que cuenta con más de 4,000 años de historia y aún sigue vigente en el país, con el propósito de abrir diálogos sobre cómo las chinampas pueden inspirar modelos de ciudad y territorio vivos, biodiversos y productivos, en una relación armónica y sostenible con el agua.
Las chinampas se construyen en lagos de poca profundidad, en bloques rectangulares formados por capas de sedimentos, lodo y vegetación, a fin de conformar canales, multiplicar las riberas del lago y generar nichos ecológicos que favorecen la biodiversidad.
De esta manera, el sistema captura carbono, purifica el agua y produce alimentos y oxígeno.
En ese sentido, Chinampa Veneta se compone por diversas puestas en escena vivas que estarán en constante transformación durante los seis meses de La Biennale, con el objetivo de mostrar que las chinampas pueden ser una solución frente al cambio climático y el colapso ecológico.

Dentro del pabellón se presenta un sistema de chinampas que representa su ciclo vital, iniciando con la regeneración de una chinampa a partir del chapín, es decir, un pequeño cubo de lodo rico en nutrientes que resguarda en su interior una semilla.
Las demás chinampas se organizan en paralelo, evocando las riberas de los canales de Xochimilco y permitiendo que la audiencia fluya por el espacio como el agua entre los canales.
Al centro del pabellón se ubica la chinampa principal, donde conviven la milpa y la vite maritata, sistemas de cultivo practicados en México e Italia, respectivamente, con una disposición que recuerda la arquitectura teatral y refuerza su carácter performativo.
Otro elemento del pabellón mexicano flota simbólicamente en la Laguna de Venecia como una evocación del Teatro del Mondo de Aldo Rossi, pero ese teatro se transforma en la Chinampa del Mondo, invocando lo tradicional y proyectando lo posible, además de que establece un vínculo entre Xochimilco y Venecia, dos ciudades lacustres cuyas historias hídricas revelan una lucha compartida por el agua potable y la soberanía territorial.
Durante la apertura oficial del Pabellón, se llevó a cabo una ceremonia que contó con la presencia de representantes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL); así como una conversación entre agricultores de Xochimilco y del norte de Italia, quienes compartieron sus prácticas de cultivo, experiencias territoriales y conocimientos en torno a la agricultura regenerativa.
