Ante la necesidad de llegar a más mexicanos, la banca ha puesto en el radar la importancia de desarrollar productos crediticios que se adapten a las etapas de vida de las personas
Uno de los grandes retos que se vislumbran en el sexenio que comienza es ampliar los modelos de financiamiento que permitan a las familias acceder a una solución habitacional. De manera particular, la principal tarea se centrará en desarrollar la oferta de productos crediticios que se adapte a las necesidades de las personas, entienda sus diversas etapas de vida, y con ello ampliar el margen de penetración del financiamiento.
Y esta labor se vuelve fundamental en el marco de las metas planteadas para los años venideros. Concretamente, desarrollar un abanico más amplio en temas de portafolio crediticio se torna relevante dentro de las acciones que busca alcanzar el objetivo establecido con el llamado ´Proyecto 20/25’, con el que la industria quiere duplicar la participación de la cartera hipotecaria en relación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En relación, la banca comercial se ha posicionado como uno de los actores principales que han impulsado la meta de consolidar una cartera más robusta. En ese sentido, en el marco del Proyecto 20/25, la banca ha desarrollado un diagnostico que incluye las oportunidades a seguir en el rubro de crédito.
El análisis, desarrollado por Deloitte, muestra un mapa que identifica las etapas de vida de las personas, sus características y el tipo de producto crediticio que sería apto para atender sus necesidades. En éste, también se incluye una radiografía sobre los productos que ya existen, los que aún falta que se impulsen en mayor medida, y los inexistentes, pero con oportunidad de éxito.
En tal sentido, para la población de entre 20 y 30 años, el estudio detecta como oportunidad, robustecer los esquemas de renta con opción a compra, así como detonar mecanismos de. En relación al rango de edad entre 30 y 40 años, el análisis marca como áreas en las que se debe poner atención, el incentivar aún más productos como el de adquisición de lotes, así como detonar esquemas en los que se contemple de manera simultánea crédito para compra de lotes y construcción; y de manera partícula, señala la necesidad de crear una hipoteca móvil, así como un crédito para regularización.
Lee el texto completo aquí (Página 30 de la edición enero-febrero de Revista Vivienda).