El proceso es una gran ventana de oportunidad para los 6 millones de viviendas que faltan realizarse en el país
La última tribu nahua que llegó al Valle de México fue la de los aztecas. En la mitología se detalla que ellos emergieron de un hábitat en la tierra a través de siete cuevas, en un lugar denominado Chicomostoc, y se detuvieron en Aztlán, que significa “lugar de blancura” por el color del plumaje de las aves que vivían en el Valle de México. Ahí edificaron su ciudad, su vivienda y la grandeza de este país.
Y de ese entonces, han pasado 690 años en los que se han construido millones de viviendas. Según la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), en México 64.27 por ciento del total del parque habitacional se ha hecho a través de procesos de autoconstrucción, diferenciando que en las zonas urbanas con más de 2 mil 500 habitantes, esta edificación corresponde al 57.5 por ciento, mientras que en el sector rural, con menos de 2 mil 500 habitantes, sube a 84.4 por ciento del segmento.
El INEGI detalla que hasta 2010, en el rubro de casas en México había 28 millones 607 mil 568 unidades; de éstas hay deshabitadas 4 millones 997 mil 806, y en uso temporal 2 millones 12 mil 350; en contraparte, especialistas de la UNAM señalan que en el país 60 por ciento de la población no tiene recursos para comprar una o habilitarla, y es donde la experiencia de tres organismos de vivienda comparten en exclusiva a Capital México su visión sobre cómo habilitar vivienda digna bajo un techo.
Un modelo de exportación
¡Échale a tu Casa!, que inició como una ONG llamada Adobe, detectó que el gran paradigma del mundo de la construcción era que el albañil, que construía casas, vivía en una de lámina de cartón o con piso de tierra, lo que significaba ver al pescador que llena las redes, morir de hambre, y vieron necesidad de construir el patrimonio para la gente que la trabaja.
“No todo mundo puede acceder a vivienda. El número que maneja Conavi es un déficit de 9 millones en el país, de éstas, 3 millones serán construidos a través de Infonavit, Fovissste, banca, fuerzas armadas y privados, pero 6 millones son la parte que tenemos que atender: Dos terceras partes de esa demanda están en este mundo que se llama población abierta o no atendidos”, destaca Francesco Piazzesi, su director general.
Afirma que en este modelo, cada comunidad desarrolla la vivienda de acuerdo a usos, tradiciones y costumbres, con sanitarios funcionales, instalación eléctrica y agua corriente, modelo que ha sido compartido en China, Colombia, Perú, Haití, República Dominicana, África, Nigeria y Sudáfrica, donde se ha impulsado un modelo de producción de bloques instantáneos con maquinaria mexicana para ser replicable a nivel mundial.
Explicó cómo el modelo se llevó a zonas de desastre durante los huracanes Ingrid y Manuel, en Guerrero. “En Acapulco lo aplicamos porque la gente se quedó sin nada de la noche a la mañana en Venta Vieja, frente a la presa La Parota. A las cuatro de la mañana se reventaron cuatro de siete presas de agua, sonó la campana y todo el mundo salvó la vida, pero perdieron todo: ganado, siembra, casas, ropa, iglesia, canchas, primaria y telesecundaria. Como si hubiera caído una bomba atómica”.
La puesta fue difícil porque llegaron y ofrecieron empleo para reconstruir su comunidad, que era la intención inicial y funcionó perfectamente bien porque la gente trabajó, obtuvo un ingreso, se realizaron actividades de integración económica y social en la comunidad y se resolvió un problema de la vivienda, ya que las casas que se construyeron son patrimoniales y ahora es una comunidad estructurada con calles, agua, luz y drenaje, explica.
Vivienda por grupos específicos
Desde hace 9 años, la Asociación Civil Hábvita ha dedicado sus esfuerzos a las necesidades específicas por género y sectores específicos. “Hoy trabajamos con jefas de familia y mamás pilares de familia, además del Programa de Vivienda para Migrantes, que es un sector que no tenía las mismas oportunidades de adquirir financiamiento ni construir su patrimonio en su comunidad de origen”, afirma Alfonso Serrano, su director general.
Dijo que la gente se dio cuenta que las casas que construía la asociación eran mejores a las que construían las familias porque se adaptaban al medio y además, había integración y se atacaban problemas como enfermedades, desintegración, falta de educación, abusos y violencia.
Aseveró que uno de el método de la organización consiste en construir 10 viviendas, generando economías de escala donde la mano de obra es eficiente gracias a la supervisión y detalla que cuando iniciaron operaciones, eran solamente 3 empresas autoproductoras de vivienda y una financiera, pero que hoy en el país hay más de 40 empresas en el sector, además de 32 financieras insertadas.
Mejoramientos, más aplicables
Por su parte, Alfonso Castillo, director de la cooperativa Cosechando Juntos lo Sembrado (CJS), Sociedad Civil que congrega a 23 mil socios en más de 72 comunidades de Querétaro, es más viable el modelo de mejoramiento de vivienda que la autoconstrucción, de acuerdo a una necesidad local. “Aquí solo hacemos mejoramientos, no autoconstrucción. Son dos estrategias distintas, pero hemos aprendido que a través del mejoramiento la gente usa mejor el dinero, planea mejor su casa y finalmente, tiene más patrimonio después de los años”.
Admite que a través de los apoyos de Conavi se han realizado entre 2 mil 400 y 3 mil apoyos, porque hay familias que han podido sacar dos o tres veces el subsidio y pagarlo a tiempo. Aunque han otorgado 5 mil apoyos se han presentado casos donde se pudieron obtener hasta 3 subsidios seguidos, como lo marca el Gobierno Federal, de acuerdo a su ahorro y disciplina.
Destacados:
9,000,000 de viviendas faltan en México
3,000,000 de viviendas son atendidas por Infonavit, Fovissste y banca
28.1% es vivienda que construye el habitante
84.4% de la vivienda en el sector rural es construida de esta manera
3,000 apoyos ha brindado Conavi a Cosechando Juntos en Querétaro
Cita:
“No todo mundo puede acceder a vivienda y el número que maneja Conavi es de un déficit de 9 millones en el país, de éstas, 3 millones serán construidos a través de Infonavit, Fovissste, banca, fuerzas armadas y privados, pero 6 millones son la parte que tenemos que atender: Dos terceras partes de esa demanda están en este mundo que se llama población abierta o no atendidos”. Francesco Piazzesi, director general del proyecto “Échale A tu Casa”.