No es en vano decir que la historia del Infonavit es una de éxito. Y es que, en 50 años de vida, el Instituto ha transitado por un camino de constante crecimiento, en donde se ha adaptado a cada reto nuevo y atendido cada área de oportunidad en aras de mejorar su operación.
Sin duda, no sería posible hablar del Infonavit sin hacer mención del tripartismo en el que se fundamenta. Esa colaboración y disposición al trabajo entre los tres sectores, ha permitido que el organismo hoy sea una institución sólida, con la posibilidad de encarar los desafíos venideros de mejor forma.
Pero, a 50 años de vida, y luego del camino recorrido, el reto para el Infonavit es pensar sobre lo que viene en el camino de la innovación. Principalmente, en analizar el rol del Infonavit dentro del engranaje de la vivienda en México.
Es claro que hoy, como institución financiera, el Infonavit se ha consolidado. Y prueba de ello es el lanzamiento de diversos productos que buscan facilitar el acceso a una vivienda. Aunque la tarea aún no está completa, se ha trabajado de manera efectiva y el ánimo en seguir en la búsqueda de soluciones innovadoras en materia de crédito es latente.
Analizar lo que viene en Infonavit
Sin embargo, hacia delante, quedan algunas reflexiones sobre lo que debería ser el papel del Infonavit en el camino de atender el reto de vivienda. Sobre todo, porque queda en el aire la duda si el Instituto debería tomar un papel más activo para buscar soluciones que no solo sean financieras.
Este tema lo podemos aterrizar en un caso concreto. Hace algunos años, más de una voz hizo referencia a que el Infonavit podría y debería jugar un rol de mayor peso para incentivar la producción de vivienda económica. Y es que, como se sabe, a pesar que hoy en día existen 3 millones de trabajadores precalificados, no pueden ejercer su crédito porque necesitan una vivienda de menos de 500,000 pesos.
Concretamente, hace algunos años se habló del papel que podría jugar el Infonavit como gestor de suelo. Sobre todo, porque urbanistas destacados han insistido, que los países que tienen éxito en políticas de desarrollo de vivienda es porque ha contado con la participación de peso de alguna institución pública, influyendo en el tema de los terrenos.
Pero no quiere decir que el rumbo del Infonavit deba apuntar hacia allá. El punto central de traer a cuenta el ejemplo es poner en evidencia la necesidad de mantener un diálogo y debate constante sobre lo que debería ser y hacer el Infonavit. Sobre todo, para aprovechar su solidez y que, en la medida de sus competencias y de manera responsable, pueda influir para robustecer la atención al rezago habitacional.
Infonavit y las rentas
Uno de los temas repetidos en los últimos tiempos es el del Infonavit y su papel en las rentas. Si bien el objetivo es contribuir para que las familias puedan formar su patrimonio, habría la posibilidad de pensar en un Infonavit que ofrezca vivienda en renta como esquema de tránsito en lo que se puede concretar una adquisición.
Hace poco, en conversación con el equipo de vivienda de Tlajomulco, salía a cuenta la oportunidad que podría representar que la vivienda recuperada del Infonavit se quedara en el balance del Instituto y se utilizará en un esquema de renta social. La idea tiene sentido si se contempla que en aquel municipio hay un modelo impulsado por el ayuntamiento para ofrecer alquiler a bajo costo, en el que las autoridades administran la renta, garantizan la conservación del inmueble y el pago del alquiler.
En fin, como en esta clase de tema, hay muchos que se pueden poner sobre la mesa. El propio Director General, Carlos Martínez, habló en esta edición sobre la posibilidad de pensar en un Infonavit que se involucre en la hipoteca inversa; o, la necesidad de debatir acerca de lo que puede hacer el Infonavit en torno a las rentas. Pero, insisto, el punto central de todo es mantener el debate constante sobre lo que puede y debe hacer el Infonavit.
Este texto se incluye en la edición 137 de Revista Vivienda
