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En media ciudad, a medio sexenio, la clase media a medias

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“Se que algo anda mal cuando son las palomas las que comienzan a alimentar a la gente de Central Park y no al revés”: Marx (Groucho)

¿Qué significa estar en medio?

Cuando yo estudiaba urbanismo, prácticamente todos los ensayos escolares comenzaban con una cita de Marx. Seguimos la tradición, en esta negociación lingüística, pero ahora con Groucho: la cita de arriba describe perfecto a la clase media; esa gran masa de personas que en un santiamén pueden pasar de alimentar palomas, en un parque como una sana diversión, en un rato de ocio, a alimentarse de ellas, si es necesario, de forma furtiva. Es decir, un día están arriba, al otro abajo. Viven con incertidumbre.

Pero Marx, Karl, no Groucho, parece ignorar un poco a la clase media, cuando sugiere que, desde la economía política, sólo hay dos clases funcionales: quienes tienen medios de producción, y quienes no. El esquema dual de señor feudal-siervo, se transforma en la historia al de capitalista-obrero, pero se mantiene la relación de dueño de medios y no dueño. El esquema explica la evolución histórica, aunque la realidad ha sido siempre más compleja, hay dueños de medios de producción, incluso con trabajadores, que pueden carecer de poder económico, como todavía hoy en la actualidad le ocurre a muchos maestros artesanos, albañiles, herreros, plomeros. Lo contrario también puede ocurrir, un oficinista sin medios de producción ni trabajadores, con un gran sueldo es propietario de un auto de lujo, o una anciana de ingreso cero, resulta propietaria de una mansión. Una cosa es la clase (posición funcional) y otra la riqueza (resultado monetario de esa posición) o su terrible antónimo que es la pobreza.

La pobreza como la descrita por Engels (1993), con gente viviendo entre estiércol; habitaciones del sótano con el suelo cubierto de colchones, donde se acomodan 56 personas en 14 camas en un sótano; niños sin zapatos; “que son no esclavos americanos sino ingleses nacidos libres”, muy parecida a la que narra Dickens, aún existe, quizá ya no en Inglaterra pero sí en México y muchos países, la diferencia es que ya no representa a la generalidad de los trabajadores. Según la teoría de la economía política, el sistema capitalista requiere, para abaratar el precio del trabajo, de esa gran masa de pobres constituido en un ejército industrial de reserva. Pero también se necesita una gran masa que consuma lo que producen los trabajadores, que no sea ni proletariado, ni lumpen, ni clase hegemónica.

Por eso Marx (ahora Karl), introdujo el concepto de pequeño burgués, que en realidad, se refiere de alguna forma a esa, puesta hoy de moda, clase media. Cuya posición en el esquema de producción no tiene que coincidir con su capacidad económica. Un célebre ensayo de Thomas Stanley (1996) describe muy bien como en Estados Unidos los millonarios, dueños de grandes empresas, suelen llevar vidas modestas que los hace pasar inadvertidos, así como personas de ingresos medios llevan vidas suntuosas que los hace resaltarse como si fueran ricos.

Así, la clase media, puede emular una posición más allá de la que tiene. Su característica principal, no es monetaria, sino, su incertidumbre continua, entre poder satisfacer sus necesidades completas y no poderlo hacer, porque al no poseer esos medios de producción no tiene control sobre ellos; está siempre en la posibilidad de disminuir sus beneficios (¿nos iremos de vacaciones?, ¿entra nuestro hijo a una universidad privada?, ¿compramos ese auto?), pero rara vez ha de escalar a un estado de baja incertidumbre (clase Alta) como lo haría el espíritu del “échale ganitas”. Así, estar en medio, no significa ganar el ingreso promedio, no es lo mismo la media que la moda o la mediana. Estar en medio significa vivir con incertidumbre sobre las capacidades económicas, no en sí, la medición de las capacidades.

Evolución de la clase media de la edad media a la pandemia

Esta clase media, bajo distintas formas, lleva unos 500 años sobre la tierra, desde la baja edad media; cuando deja de haber sólo dos estratos (señores feudales y siervos) y comienza a surgir, sobre todo en el renacimiento, toda una clase de personas libres: comerciantes, navegantes, militares, escritores, artesanos, y hasta criminales, que no eran dueños de grandes tierras y por ello tenían grandes incertidumbres, pero no eran siervos que carecieran de libertad para construir patrimonios. En términos evolutivos, y con una narrativa simplificadora, podríamos decir que la clase media sacrifica la seguridad a cambio de la libertad. Hagamos una analogía en el campo económico, con la visión de Asimov (1989) sobre la existencia de seres de sangre móviles (animales) que a diferencia de los seres vegetales inmóviles, han sacrificado la seguridad a cambio de la libertad.

Así, siendo estrictos, desde la economía política sería incorrecto hablar de clase media, pues como bien anotó Chomsky (2013), si decimos clase media es solo para disfrazar que hay una guerra de clases. Así, con semejante eufemismo podemos hablar y referir teorías en algunos lados prohibidas. Pero ese maniqueísmo provisional nos permite entender algunas cosas.  Así que digamos por el momento que hay tres clases: alta, media y baja. En la figura 1, vemos como evoluciona ese grupo de en medio, en algunos de los modos de producción o sus etapas. La clase media suele ir aumentando. En algunos países la clase media ocupa casi la totalidad de la población, y eso se refleja en índices de Gini, y índices de Shwartz (Robin Hood) muy bajos. Aunque en fechas recientes parece que en algunos países se detuvo su crecimiento, como lo indican distintos reportes en el mundo de forma un tanto alarmante (Smuy alvatori y Manfredi, 2019) (OECD, 2019): una presión contra la clase media, con la disminución de sus ingresos y beneficios, por distintos motivos entre los que destaca la tecnologización del trabajo, que nos llevaría a pensar en distopías como la que plantea Vonnegut (2020), en su primer libro, donde muestra una ciudad dividida territorialmente en zona de ejecutivos, de oficinistas y de robots que han tomado el control.

Figura 1.

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La llamada clase alta, no ve grandes riesgos en las calamidades de ningún tipo, y con frecuencia se benefician de estos, por ejemplo, el 1% de la población más rica del mundo, incrementó su riqueza durante la pandemia de COVID (Berkhout et al, 2021). Mientras que la clase baja, disminuyó sus capacidades. En cambio, la clase media, está entre las dos posibilidades. En la CDMX es muy claro, la clase alta ha tenido ahorros suficientes para soportar la pandemia, la baja la sortea sólo con su trabajo, no necesariamente estable, durante la pandemia ha gastado más tiempo y dinero en transportarse, y en ocuparse, ante la reducción de la demanda. Mientras que la clase media, en muchas ocasiones, con más derechos respetados, podía beneficiarse del trabajo en casa, y si la persona es un oficinista, al no tener que ir al sitio de trabajo, ahorró en alimento fuera del hogar y en transporte o combustible, aumentando también el tiempo de convivencia con su familia. Aunque pasado algún tiempo, ante las presiones sobre las empresas, la reducción de personal, pudo hacer que perdiese ese trabajo. Así, la misma pandemia fue un infierno para la clase baja y benéfica para la alta. Mientras que para la clase media lo que hay es incertidumbre. A unos les mejoró, y a otros les empeoró incluso bajándolos a la temida clase baja.

Aspiracionismo: aspirar a no expirar

Esa situación a cualquiera le da miedo. De hecho, el miedo viene de la incertidumbre. Según los fisiólogos es una reacción que prepara al peligro. Puede haber quien diga que la clase baja vive con más incertidumbre que la clase alta. En realidad no. La clase baja puede tener certeza de que las condiciones no serán benéficas. La clase media, tiene la oportunidad de que “todo salga bien”. Pero ¿como identificar a las personas que viven en incertidumbre? Hay quien define la clase media por la educación obtenida y otros factores pero casi siempre relacionados con la no elaboración de actividades manuales (Coral, 2006) pero lo importante es el nivel de incertidumbre que no es una variable binaria: hay o no hay. Admite rangos, y por eso, el concepto de nivel socioeconómico, más relacionado con el grado de acceso al consumo y capacidad económica, suele ser más utilizado que el de clase social cuando se desea comprender algún fenómeno relacionado. Y entonces lo que tenemos son estratos socioeconómicos.

Ossowsky por ejemplo, establece más de 200 estratos a los que llama no clases medias, sino de una forma mucho más precisa, clases intermedias. El nivel de incertidumbre (clave para definir a la clase media) tiene que ver con el funcionamiento de distintos patrimonios en una familia que pueden entrar a complementarse cuando uno falla:  patrimonio inmobiliario; curricular; social; financiero.  La construcción de cada patrimonio reduce la incertidumbre. La clase alta con todos sus patrimonios, casi anula la incertidumbre. Si pierde su fortuna, conserva sus contactos sociales, su reconocimiento, fama, etc. Que siempre podrá monetizar y le permitirán sobrevivir a cualquier eventualidad, aun así conserva cierta incertidumbre que le lleva a tener una certidumbre optimista. La clase baja, al contrario, puede tener nulos patrimonios, o si tiene una casa y la pierde, difícilmente se recuperará, por lo tanto tiene seguridad de que las cosas no mejorarán al menos fácilmente, tiene una certidumbre pesimista. A menor patrimonio construido mayor vunerabilidad, y menor estrato socioeconómico. Por eso la clase media, siempre desea construir patrimonios, que es a lo que le llaman “ser aspiracional” y en realidad es una condición simplemente adaptativa. La clase media quiere propiedades, carreras profesionales para los hijos, ahorros, experiencia laboral, conocer gente, generar prestigio, porque cada uno de esos logros son patrimonios que está en posibilidades de construir y le reducen su exposición al riesgo, con ello la incertidumbre y también el miedo. Si pierde su trabajo, tiene sus ahorros, si pierde sus ahorros tiene su casa, si pasa todo eso, los hijos tienen profesión y pueden fácilmente trabajar, etcétera.

Como se han de definir los estratos intermedios

Aun si se admite todo lo anterior, no resultaría obvio el modo de medir a cada hogar en que lugar se encuentra. Resulta un dato relevante, que en Londres, donde Engels describió la pobreza extrema, y Dickens la narró, luego, un gran estadístico, Charles Booth (1888), fue el primero en mapearla. Llevando a cabo, de forma muy temprana, el seminal work que constituye el primer intento por medir los niveles socioeconómicos de forma práctica y se resume en el célebre mapa que se puede apreciar online:

www.booth.lse.ac.uk/map/14/-0.1174/51.5064/100/0

Figura 2. Mapa socioeconómico de Londres, por Booth

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Consideraba siete clases, de las cuales la más baja, aún con el prejuicio positivista confundía con semi criminal y todas las ubica espacialmente ¡Por frente de manzana! nombrando por primera vez de forma científica a la clase media: a) Lowest class. Viciosa, semicriminal, b) Very poor, casual. Con necesidades crónicas, c) Poor. d) Mezclada, unos viven confortablemente y otros son pobres,  e) Fairly comfortable. Tiene buenas ganancias, f) Middle class, g) Upper-middle and Upper classes. Bienestar completo.

Nos debe sorprender su nivel de conceptualización geográfica, en 1888, mismo año en que Jack el Destripador recorría las mismas calles asesinando mujeres. También es notable que en el mismo Londres, surge muchos decenios después la primera clasificación moderna de niveles socioeconómicos, con fines de investigación de mercados de los niveles socioeconómicos, por la  National Readership Survey, organización dedicada a medir la lectura de revistas, y libros. De ahí proviene el uso de dar letras a los niveles socioeconómicos. Esta organización no cuantificó el nivel más alto de la sociedad británica que se considera el 1% de la población, pues consideraron que era inaccesible para todo fin de investigación, por lo que el estrato A es el alto pero no el más alto. Por esta herencia, casi todos los países del mundo utilizan hoy  letras para medir los niveles socioeconómicos. Una tradición ha sido dividir el nivel “C” que se considera nivel correspondiente a la llamada clase media, en distintos subniveles numéricos. En México se añade a la C, un – (-C) para indicar clase media baja, y C+ clase media alta (aunque lo de alta y baja es solo con fines comprensivos).  En México, esto lo regula, para la industria de la investigación, la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación (AMAI) y tiene toda la información en línea (www.amai.org)

Hay países que aún clasifican con las asignaciones bajo, medio y alto (Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá y Paraguay). Esto tiene un inconveniente y es que se tiende de esta forma a confundir con el concepto de clase social. La ventaja de la clasificación por letras es que: aunque es una clasificación ordinal, tiende más a una nominal, que nos hable más sobre las características de los hogares que su ubicación en un espectro económico.

En otros países se usan cinco letras (Venezuela, Perú, Brasil). Uruguay usa 8 letras, Argentina 7, Chile 6. Y Colombia usa 6 números. Las clasificaciones se realizan a partir de las llamadas reglas VxN. Es decir, niveles obtenidos por las variables que aproximan a ese nivel. Así una clasificación 13×6, significa que mediante 13 variables de las familias (educación, calidad de la vivienda, posesión de vienes, etc) se obtiene una clasificación de 6 niveles. Misma que se logra por métodos estadísticos como componentes principales, regresiones canónicas, regresiones binarias, entre otros, que permiten decidir, cuales son las variables que explican más las características socioeconómicas y que variables agregan más información antes que repetirla. Al final, el nivel socioeconómico indica como actúan en una familia distintos patrimonios. La combinación de estas variables genera un índice para un hogar, que después se convierte en un nivel. Gracias a que en el mundo, el llamado Grupo de Camberra, realizó muchos esfuerzos por que las mediciones de ingreso, pobreza y niveles socioeconómicos, fueran comparables en tiempo y espacio, hoy se tienen metodologías que permiten buenas aproximaciones al tema con el uso de las Encuestas de Ingreso Gasto de los Hogares.

Comportamiento político de los estratos intermedios

Y ya dicho todo lo anterior, podemos preguntarnos, la pregunta del mes, si en realidad, la clase media de la CDMX es una clase que no ve por los demás y por eso vota por la opción política, más tradicional.

Yo considero que no. Las clases intermedias, votan por lo que consideran que disminuirá su incertidumbre y por lo tanto lo hacen de forma reactiva. Mientras que las clases altas y bajas, votan de forma menos reactiva, pues tienen menor incertidumbre, en el caso de las primeras, optimista, y en las segundas pesimista, pero de cualquier forma tienen piensan a mayor plazo, por su nivel adaptativo. Los estratos altos, verán muy lentamente su deterioro, y los bajos verán muy lentamente su progreso. En cambio, las clases medias, verán muy pronto su deterioro. Por eso, reaccionaron mucho más rápido a un cambio hacia la mal llamada izquierda, lo mismo que hacia la mal llamada derecha. Mientras las zonas urbanas reaccionaban rápidamente en 1988 a un giro socialdemócrata, las zonas rurales tardaron muchos años más. Imaginemos a un rico de película disponiéndose a votar, ¿en que piensa? En la sociedad, en el futuro, en su forma de vida. Igual un pobre de película. ¿Y un clasemediero? Este está frente a la hoja de Excel viendo si le saldrán las cuentas, su hijo entrará a la universidad y debe saber si le alcanzará o no su ingreso actual para sostenerlo, deberá plantear escenarios de precio del dólar, alza de precios, etc. Es decir, no es el contenido de las decisiones lo que caracteriza a las clases en sus decisiones electorales, sino siempre optarían las clases desprotegidas por las visiones socialdemócratas. Lo que las caracteriza es la rapidez con que lo hacen. 

Figura 3. Incertidumbre y estrato

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En la figura 3, vemos representado esto, cada segmento se protege frente a la mayor o menor incertidumbre que tenga, aunque nunca desaparece. Mientras que la clase media compra seguros, educación (que es otra forma de seguro), salud, para protegerse frente a la incertidumbre, la clase baja tiene su trabajo y la alta su dinero. Esto se manifiesta también del modo más gráfico en la morfología de la arquitectura. Las clases altas y bajas por igual, desafían con sus construcciones a la naturaleza (Figura 4), las primeras por la seguridad que le brindan los numerosos recursos dedicados a su construcción que aseguran prácticamente que cualquier locura sea segura incluso con hipótesis sísmicas, mientras que la baja no tienen posibilidades de evaluar, por lo que confían en su experiencia. La clase media, autoconstruye menos, se siente más cómoda cuando es una empresa quien construyó su casa y siempre evaluará en la medida de sus posibilidades los riesgos, poniendo en la balanza costo y riesgo.

Figura 4. Arquitectura desafiante en nivel socioeconómico alto y bajo

 

Desafío arquitectónico nivel alto Desafío arquitectónico nivel bajo
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www.bocadolobo.com/blog/architecture/modern-architecture-impressive-buildings-that-challenge-gravity/

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http://hiptex.com.mx/noticias/10446/vivir-en-el-barranco-entre-llantas-y-abandono

Si -aunque se molesten los polítocs- vemos los actos electorales como mercancía, -posibilidad que los científicos políticos han examinado seriamente (Suárez y Albarrán, 2016)-, veremos que lo que juega en las elecciones no es la moral, la ética o los idearios, sino la evaluación de la incertidumbre. Las clases extremas (altas y bajas) cambian de opinión lentamente, mientras que las medias, lo hacen de forma rápida pues están evaluando siempre escenarios inciertos que la clase alta asegura con holgura y la baja no tiene posibilidades de evaluar.

En la figura 5 se aprecian gráficas de como cada sección electoral (representada por un punto) tiene composiciones diferentes de hogares por nivel socioeconómico para cada opción, en este caso dos. Mientras que los estratos altos (AB y C+) tendieron a votar en mayor porcentaje por la alianza PRI PAN PRD, lo hicieron mucho menos por Morena. Pero la clase media típica (C) no vio diferencia, pues tiene una composición diversa, unos votan por una opción y otros por otra porque tienen evaluaciones de riesgo diferentes. Mientras que la clase baja con composición más homogénea, votó notoriamente más por la alianza de Morena. Es decir, excepto la clase media típica (C) las demás tienen preferencia más homogénea. En la figura 6, se muestra como vota cada nivel socioeconómico en conjunto Mientras que por el PRI PAN PRD, votaron sustantivamente más las clases más altas, por morena lo hicieron indistintamente.

Figura 5. Estratos socioeconómicos y su relación con la elección política por sección. % de votación, medias y variación por sección. CDMX, diputados 2021.

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Figura 6. Estratos socioeconómicos y su relación con la elección política por sección (medias, anovas) de la CDMX, diputados 2021.

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Si lo anterior se ve territorialmente (Figura 7), se puede notar que la ciudad efectivamente está dividida de una forma oriente poniente en cuanto a niveles socioeconómicos. Casi todas las secciones fueron leales entre 2018 y 2021, las que votaron por Morena lo siguieron haciendo (guindas) y las que lo hacían por el PAN hicieron lo propio. Solo una franja a media ciudad, que es precisamente donde se combina la clase media alta, típica y media baja, es decir, la clase de alta incertidumbre, es la que cambia de Morena a Pan. En geoestadística existe el concepto de entropía que permite visualizar donde existe gran diversidad (que puede ser vista como desorden) para alguna variable. En el mapa dos de la figura 7 se puede ver como un mapa de inequidad de los niveles socioeconómicos. Conviven todos los niveles, y conviven de hecho, porque muchas familias que vivían ahí y tenían un mejor nivel, pudieron ir bajando con el tiempo, porque hubo expulsión de población y otros factores.  En cambio en las zonas extremas, la entropía es casi nula, es decir, solo habita un tipo de clase. En el Pedregal y en las Lomas de Chapultepec, solo viven hogares de un nivel. Y en el extremo poniente, casi solo hogares del nivel popular. Es importante notar, que las zonas donde hubo un cambio de de preferencia, es donde efectivamente, viven las clases medias, pero no las medias altas. Las que están justo entre pasar de ahí a la clase baja.

Eso es lo que protegen las clases medias al votar, buscan una oferta que limite su incertidumbre. Habitan en las zonas de alta combinación de clases, y por lo tanto también, alta combinación de preferencias electorales. Son las clases que evalúan siempre el riesgo, y para unas personas una oferta les resulta atractiva para ese fin y para otras no. Por eso son diversas. Por lo general no son personas ni buenas ni malas personas que con su voto busquen privilegios, toman decisiones más rápidas, que erradas o no, lo único que buscan es evitar situaciones  que les hagan ir de alimentar palomas, a alimentarse de palomas.

 

Figura 7. Nivel socioeconómico

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Referencias

https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/handle/123456789/116534

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Coral, E. (2006). La clase media mexicana: entre la tradición, la izquierda, el consumismo y la influencia cultural de Estados Unidos (1940–1970). Historias, 63, 103-125.

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Vonnegut, K. (2020). La pianola (Vol. 45). Hermida Editores.

*Tonatiuh Meaney

Coordinador de impacto social Plurmac

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