Por Silvia Mejía
Cuando hablamos de una Nueva Agenda Urbana, vislumbramos llegar a ciudades equitativas, incluyentes, sostenibles. Ciudades donde estén a nuestro alcance servicios, empleo, equipamientos, espacios públicos de calidad y un sistema de transporte público eficiente. El reto es ¿cómo logramos esto y por dónde empezamos?
The Guardian publicó hace un par de semanas un artículo de las diez ciudades donde la vivienda es inasequible. Se trata de la treceava encuesta internacional de Demografía para evaluar vivienda asequible que valora a 406 ciudades para clase media y por séptimo año consecutivo una de ellas lleva el liderazgo. Se trata de la ciudad de Hong Kong, donde un apartamento de sólo 9 metro cuadrados puede alcanzar una renta de 300 Libras equivalentes a 375 dólares. A esta ciudad le sigue Sydney, Australia, Vancouver, Canadá y Auckand, Nueva Zelanda. Los Ángeles California y San Francisco California ocupan los lugares 8 y 9 respectivamente.
Hong Kong es una ciudad sumamente cara debido a la falta de suelo para el desarrollo por su condición de isla lo que dificulta su crecimiento horizontal. Tiene una superficie de 1,092km 2 y alberga aproximadamente 7 millones de habitantes. En comparación con la Ciudad de México, Hong Kong tiene una condición geográfica que justificaría este incremento desmedido en los precios, la falta de oferta y ocupación han sumado esta condición de exclusividad derivando en una ciudad poco accesible para muchos.
La Ciudad de México padece de una condición similar a Hong Kong. Nuestra ciudad tiene una superficie de 1,495km2 donde alberga a 8.9 millones de habitantes fijos y 5 millones flotantes diarios, sin embargo nuestro territorio en su amable condición geográfica ha sido producto de una expansión más allá de su frontera administrativa hacia los estados de Hidalgo y Estado de México.
Desafortunadamente esta condición de dispersión no nos deja fuera de la voracidad del mercado. El incremento de los precios en la vivienda en nuestra ciudad también es una constante en los últimos años; Sociedad Hipotecaria Federal identificó un crecimiento de aproximadamente el 10% en 2016. Nuestra ciudad va en camino a ser una ciudad inalcanzable para la mayoría de la población ya que es teológico aspirar a vivir en la ciudad central, cerca de la amplia oferta de trabajo, servicios, cultura, movimiento, actividad por los altísimos costos de la vivienda y la poca oferta en renta que además también es cara.
La Nueva Ley de vivienda y la Norma para la promoción de vivienda de trabajadores beneficiarios de las ONAVIS es una esperanza para acercar esta ciudad a la pluralidad y la diversidad. Si los datos son correctos, comenzaremos a ver un incremento en desarrollos de vivienda para familias de bajos ingresos que podrán aspirar a ser parte de esta ciudad. Sería deseable ver este tipo de normas y actualización de leyes en los estados vecinos de nuestra metrópoli, y en otras ciudades del país.
Uno de los grandes retos de las ciudades es que sean inclusivas para todos, que garanticen que todos los habitantes puedan acceder a la ciudad y las oportunidades que ésta ofrece tal y como lo establece la Nueva Agenda Urbana (Habitat III). La vivienda continúa siendo un reto para lograr este cometido por lo que la esperanza esta puesta en que tanto la Ley como la Norma para la promoción de vivienda sean esta ventana de oportunidad que haga posible este cometido.
Silvia Mejía Reza. Consultora en ONU Habitat México.
Twitter: @silviamreza