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El ingrediente indispensable, la pasión yucateca

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La vivencia con sus padres hizo que el Secretario se acercara mucho más al tema de la política y del servicio

Por Dinorah Nava Arias

El Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Jorge Carlos Ramírez Marín, es originario de Mérida, Yucatán, tierra a la que le guarda un gran cariño y en donde comenzó toda su experiencia profesional.

Al haber nacido en el estado de Yucatán, Ramírez Marín tiene un gran apego por dicha entidad a la cual califica como extraordinaria en todos los sentidos.

“Tuve la suerte de vivir en Mérida, una ciudad que era totalmente mía, la caminabas, la corrías, la hacías tuya, era realmente una gran ciudad y lo sigue siendo a pesar de que empieza a presentar los síntomas, como es natural, de una ciudad de mayor dimensión. De ahí nace esa pasión yucateca, un lugar extraordinario, lleno de historia, de cultura, pero sobre todo, de una calidad de vida que te invita a ser yucateco».

Ramírez Marín platica que además de lo maravilloso que ha sido para él vivir en esa ciudad, las personas que visiten Mérida podrán ver la pasión que tienen los yucatecos con la arquitectura.

“Las zonas modernas de Mérida, donde se ven las manos de un arquitecto yucateco, son extraordinarias; hay espléndidos arquitectos y urbanistas yucatecos. Somos, quizá, un poco ‘flojos’ para tomar las decisiones que tenemos que tomar, como vivimos tan bien nos parece que eso puede prolongarse hasta la eternidad pero no, tarde o temprano tendremos que asumir que tenemos que cuidar de manera diferente: el centro histórico, las playas o las zonas conurbadas a Mérida; dejar de especular la tierra ejidal, sacrificar más terreno para brindar mejores condiciones».

 

Sus aficiones

Ramírez Marín cuenta que desde hace tiempo ha tenido una gran afición por Napoleón, a quien admira no solamente por cuestiones históricas, sino incluso por su faceta como urbanista.

“Napoleón era un gran urbanista y tenía expertos en urbanismo que fueron los primeros en cambiar y en higienizar la gran ciudad de París, pero la verdad es que mi admiración por Napoleón es un poquito tradicional, era un genio militar, pero sobre todo un hombre que comenzó desde abajo”.

Debido a esa afición ha recibido varios obsequios que ahora forman parte de su colección.

«Me han regalado cosas muy interesantes; la gente se entera y vas coleccionando cositas. Igual me pasa con los soldaditos que es otra de mis aficiones, y que me han regalado muchos».

 

Un hombre de rancho

Fuera del trabajo, Ramírez Marín disfruta del tiempo con su familia, y por supuesto, de su tierra, en donde tiene un rancho, el cual ve como un espacio de entretenimiento.

“Compré el rancho muy cerquita de Mérida porque mi intención al comprarlo era ésa, poder disfrutarlo, no hacer negocios. No es un rancho ganadero; como digo yo, es un ‘rancho perdedero’, pero es un lugar del que me siento orgulloso”.

Gracias a este pequeño rancho, Jorge Carlos Ramírez Marín poco a poco se fue interesando en los termas del sector agrario, algo que de pequeño, nunca imaginó.

“Debo reconocer que desde esos tiempos, me disgustaba mucho el sector agrario, porque para mí no hay ninguna actividad más terrible que la especulación y en mi tierra, eso es el pan de todos los días. Entonces nunca me imaginé ser el responsable de vigilar la especulación, de disminuirla, de cambiarla”.

 

De la familia a la política

La vivencia con sus padres hizo que el Secretario se acercara mucho al tema de la política y del servicio, ya que su madre era profesora, mientras que su padre era empleado del Seguro Social.

“Yo creo firmemente que la política es una extraordinaria herramienta de servicio, un instrumento que evita los conflictos y que mejora las condiciones de vida de la gente. A partir de esta creencia, escogí una carrera que se ligaba a las cuestiones sociales, en este caso leyes, en la Universidad Autónoma de Yucatán”.

La política comenzó a gustarle a partir de su vivencia yucateca, lugar donde, dice, hay ciertamente una gran pobreza en muchos sectores, pero una gran disposición y gente con una calidad humana extraordinaria.

“En Yucatán no hay campo fértil para trabajar en política y lo empecé a hacer desde joven, desde la universidad, fui dirigente estudiantil y luego, ya como miembro de un partido político, del PRI, empecé a tener diversas vías de participación y siempre escogí el tema de la capacitación, del combate ideológico, la sustentación de las ideas del partido”.

Asimismo, comenta que fue presidente del partido, lo cual le dio acceso a tener lugar en la representación. «He sido dos veces diputado al congreso del estado de Yucatán y dos veces diputado federal en dos momentos extraordinarios, he sido sumamente afortunado. Me tocó ser de la primera legislatura con un gobierno no priista y me tocó estar en la última legislatura con un gobierno no priista, es decir, en la legislatura en la que regresó el PRI al gobierno. Los dos momentos fueron muy importantes, porque viví de cerca esas etapas en la historia del país», concluye.

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Dinorah Nava

Editora de Contenidos y Estrategias Digitales en Centro Urbano y Coeditora en Periódico Mi Casa. Egresada de la licenciatura en Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Amante de la edición y corrección de estilo, las redes sociales y el mundo digital. Especialista en temas son arquitectura, inmobiliario y urbanismo.


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