Desde que tengo memoria, he escuchado, de un sinfín de personas, comentarios sobre la labor del Infonavit. Algunos buenos y otros malos. Pero en recientes fechas he visto, particularmente en redes sociales, como proliferan señalamientos en contra del Instituto, en los que se califica al organismo como “el mayor fraude” de México.
Y el argumento principal que sostiene los señalamientos tiene que ver con la percepción de la ciudadanía en relación a que el organismo otorga créditos impagables con altas tasas de interés.
Tras estos comentarios, creo que resulta fundamental no perder de vista la labor del Infonavit y su naturaleza, porque de ahí dependerá mucho esta percepción negativa que se ha generado entre la población mexicana.
Uno de los principales elementos que abren paso a este tipo de comentarios negativo es la errónea comparación que se pretende realizar entre el Instituto y un banco comercial. Hay personas que pueden pensar que al tener como mandato constitucional el dotar de crédito “barato y suficiente” a los trabajadores formales, el Infonavit falta al objetivo en el momento en el que un banco presenta una tasa de interés más atractiva.
Partiendo de esto, vale la pena recordar que el Infonavit se concibe como un fondo mutualista, que parte de la solidaridad financiera para que los trabajadores puedan acceder a una vivienda. Sobre todo, si hablamos de los trabajadores de bajos ingresos, en donde en muchos casos, el Infonavit se convierte en la única opción para acceder a una vivienda. Por ello, no hay que perder de vista el término ‘solidaridad’ porque será muy relevante.
Aclaremos el papel de la tasa
Entrando en materia, sobre el señalamiento que la tasa del Instituto es alta, es preciso mencionar que la tasa de interés del Infonavit se escalona de acuerdo al nivel de ingreso o cajón salarial. Si bien la tasa se ubica en 12%, los trabajadores con ingresos por debajo de los 6.5 Umas, es decir alrededor de 15,000 pesos mensuales, reciben un complemento de pago en su crédito, o subsidio cruzado, con lo que el impacto de la tasa se aminora.
Pero, ¿de dónde sale el recurso para poder ofrecer este complemento de pago? Este apoyo se financia a partir de la tasa completa de 12% que se ejerce en los créditos otorgados a trabajadores con ingresos a partir de 6.5 Umas, o sea, la parte de los trabajadores que más ganan. Por ello, el modelo mutualista del Infonavit tiene este rasgo de solidaridad financiera, porque el que más gana, permite que el Fondo o la mutualidad apoye a quienes, de otra manera, jamás amortizarían una hipoteca, no por las condiciones de su crédito, sino por la realidad de su salario.
Por otro lado, es importante resaltar que ante un contexto en el que ha existido una tendencia al alza en las tasas de interés, el Infonavit se ha mantenido sin aumento. Incluso, de acuerdo con la visión de especialistas financieros, si la tasa de Infonavit se compara en su totalidad, incluido el costo anual total, con las alternativas de financiamiento privado, el crédito es competitivo, incluso para quienes ganan 25 Umas mensuales.
¿Por qué se ve al crédito Infonavit como impagable?
Para llegar a este punto es necesario un poco de historia.
En la década de los 90, el Infonavit originó los créditos con el salario mínimo como la base. Es decir, si el trabajador decidía acceder a un crédito con el Instituto, se hacía en Veces Salario Mínimo (VSM).
Este sistema de originación crediticia nació con el fin de hacer frente a un panorama económico complejo. En esa época el sistema financiero se encontraba colapsado y el Infonavit no contaba con las reservas con las que hoy cuenta, que le permiten una posición sólida y que, por ende, le dan mayor margen para ofrecer créditos en mejores condiciones.
Retomando el hilo, el modelo de VSM se pensó como un mecanismo que podía mantener a salvo al instituto ante un descalce financiero, al tiempo de seguir otorgando crédito para la vivienda. Sin embargo, las condiciones del crédito cambiaban en relación a las modificaciones del salario mínimo, lo que impactaba en la deuda que adquirió el trabajador.
Partiendo de este recuento histórico, es precisos subrayar que, a diferencia de aquellos años, el contexto ha cambiado, y el organismo se encuentra en una posición distinta, por lo que le ha permitido ofrecer y migrar a mejores esquemas crediticios para el derechohabiente.
Por un lado, la desindexación del salario mínimo permitió al fondo migrar a otros esquemas para la originación de crédito. Así, en abril de 2017, el Infonavit lanzó un nuevo producto, el cual se origina en pesos y a tasa fija, por lo que los pagos son conocidos por el derechohabiente desde el primer día. Esta transformación permite que el saldo del crédito disminuya desde la primera mensualidad, con lo que se le cambia el rostro a lo vivido hace un par de décadas.
Hacia el futuro
Ante el cambio de administración, resulta importante poner al centro de la agenda los elementos clave que permitan una mejor toma de decisiones y así enfocar los esfuerzos para que más familias puedan acceder a una vivienda.
En este marco, no sería raro que voces se posicionen por un replanteamiento de la tasa de interés del Infonavit. Sobre todo, con la lógica que el organismo debe ofrecer a las familias condiciones para acceder a un crédito flexible.
Sin embargo, no se debe perder de vista que el Fondo lo construyen trabajadores y patrones con las aportaciones que se realizan bimestralmente, por lo que los recursos que maneja el organismo son de los derechohabientes.
A partir de esa lógica, es preciso recordar que el mandato del Infonavit es cuidar el ahorro de los trabajadores y otorgar rendimiento. Por ello, se debe velar por medidas que permitan al Infonavit mantener su fortaleza, lo que devendría no sólo en otorgar más rendimiento a la cuenta de los trabajadores, si no ofrecer mejores condiciones crediticias.
Si conocemos las implicaciones que tiene la tasa de interés al 12%, sabemos que a partir de ahí se construye la fortaleza del Instituto, y se otorga mayor rendimiento a la subcuenta del Infonavit. Por lo que, a la larga, los mecanismos e financiamiento a la vivienda se robustecen, y lo que parece un acto en contra de los trabajadores, se puede ver como una medida que abona y no quita.
No obstante, todo es perfectible y la idea es abrir el debate para que el Infonavit mejore y con ello se beneficien los trabajadores.