Más allá de entregar el dinero de manera directa a los trabajadores, la reforma al Infonavit que propuso AMLO tiene un elemento clave a seguir: el concepto de la vivienda progresiva.
En el sentido estricto, este sería el gran aporte de la iniciativa que ya aprobó la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados. Lejos de distraernos en las declaraciones del Presidente en insistir que su propuesta busca entregar el crédito de manera directa al trabajador, que ya se hace en el Instituto, el verdadero fondo va en la línea de transformar al organismo para ampliar las opciones de destino del financiamiento y, en esa línea, que acompañe al trabajador que desea construir su vivienda desde cero (vivienda progresiva).
Si analizamos los seis elementos claves que resumen a la reforma, nos encontramos que al menos cuatro puntos ya se trabajan en el Instituto. En esa lógica, la misión de la reforma sería llevar a la ley estos elementos. Pero, vayamos paso a paso.
La reforma del Infonavit se centra en seis elementos clave:
- Expandir las opciones de crédito a los trabajadores al permitir usar el financiamiento para la compra de terrenos.
- Definir a la autoproducción como posibilidad de destino de los créditos otorgados.
- Crear la Línea VI, destinada para el refinanciamiento de créditos adquiridos con otra institución financiera.
- Establecer el derecho del trabajador de recibir el crédito de manera directa, sin intermediarios.
- Quitar la limitación para que Infonavit entregue más de un crédito. Con ello, los trabajadores podrán solicitar el número de financiamientos que deseen en la medida de sus capacidades.
- Se abre la oportunidad para que trabajadores inactivos puedan ser sujetos de crédito.
Aportes de la reforma
Si partimos de esta radiografía, podemos decir que el punto 2, 3 y 4 ya se realiza en el Instituto. Por lo que, como se citó, la gran valía de la reforma se centraría en definirlo en la ley.
Contrario a lo que insiste el Presidente, hoy el trabajador recibe de manera directa el crédito y decide en qué emplearlo. Mucho se ha creído que la reforma al Infonavit buscaría entregar el dinero, casi en efectivo, directo al trabajador. Aunque esa idea estaría lejana, pues dejar el dinero directo al trabajador complicaría la labor para el Instituto de verificar que ese recurso se empleé para el objetivo de acceder a una solución de vivienda. Si vemos más allá, incluso, sería una medida que pondría en riesgo al Instituto.
En cuanto al punto 6 se han prendido algunos focos rojo. La propuesta de permitir que trabajadores que no coticen activamente sean considerados como sujetos de crédito preocupa a algún sector de la industria. Sobre todo, porque abrir la puerta a este escenario iría en contra del principio de mutualidad que rige el Fondo, donde las aportaciones activas, permiten financiar a quienes desean un crédito.
En esa lógica, ya han empezado a salir comentarios para aclarar el punto. Se dice que la idea, como lo manejaría el Consejo de Administración, es que el trabajador no activo pueda usar su subcuenta para llevarla a alguna entidad financiera y acceder al crédito. La premisa con esta propuesta no es que el Infonavit entregue el crédito, pero sí reconocer que este sector de trabajadores que tiene ahorro, pero ya no aporta, puede usar del dinero contenido en el instituto para facilitar el acceso a una vivienda.
Una vez dicho esto, se entendería que el Instituto ya trabaja en el tema.; y que se vería concretado en esquemas como el de “Mi Cuenta Infonavit + Crédito Bancario” que se espera salga en el primer trimestre de 2021. Con este modelo, los trabajadores no activos podrán usar el dinero de su subcuenta y emplearlo como enganche ante bancos.
Repasado lo anterior, en donde comienza lo interesante de la reforma es en el punto 1 y 5. Estos dos cambios irían en el sentido de concretar la visión de la vivienda progresiva que se mencionó al inicio del texto, y que sería el gran aporte de la reforma.
Claves
Con la visión de vivienda progresiva, el objetivo es que el Infonavit pueda ofrecer financiamiento para aquellos trabajadores que no encuentran una solución en el mercado de la vivienda nueva o usada, y que prefieren construir su hogar.
Así, al abrir la posibilidad de la compra de terrenos y quitar la limitante en cuanto al número de créditos que el Instituto puede otorgar, el organismo podría acompañar al trabajador en esa idea de autoproducir su vivienda desde cero. Dicho por el propio Carlos Martínez, de esta forma, el Infonavit podría entregar crédito para la compra de terreno, y una vez que acabe de pagarlo, poder entregar crédito para autoproducir; en un tercer paso, incluso, entregar crédito para mejorar esa vivienda.
El único tema que preocupa aquí es lograr una redacción efectiva de las reglas que dictarán la forma de operar del esquema. Principalmente, lograr una redacción que no deje vacíos que a la postre puedan ir en detrimento del Infonavit. Esto partiendo que es un tema nuevo para el organismo, y que la garantía sería un terreno y no la vivienda.
El hecho real es que la reforma al Infonavit ha sido vista con buenos ojos y que avanza en el proceso legislativo. Sólo falta que su aprobación por el pleno en San Lázaro, y que el Senado haga lo propio para que se oficialice. Mientras esos sucede, sólo queda estar al tanto del curso de la reforma y esperar al hecho relevante: las reglas de operación.