Los primeros seis meses del año han sido un reto para el sector, que espera que la segunda mitad del 2019, que tradicionalmente es de empuje para la industria, logre un balance positivo para la vivienda
El sector de la vivienda culmina el primer semestre de 2019 en un panorama de retos, con varios indicadores a la baja y a la espera de la definición en temas de política pública, en aras de retomar el rumbo y concluir 2019 por lo menos en términos similares a 2018.
Concretamente, la primera mitad del año ha representado para el sector vivienda un escenario de contracción en temas como la producción y la colocación de crédito para la adquisición de vivienda; además de bajas en la venta de vivienda, tanto nueva como usada. Este resultado llama la atención, pues si bien la vivienda nueva presentaba un escenario a la baja desde 2018, la colocación de vivienda usada se mostraba con una mejor dinámica.
Aun así, con este escenario complejo, los especialistas ubican al sector como uno de los motores que mantiene a flote a México. Por ello, han insistido en la necesidad de reactivarlo para dar celeridad al desarrollo de país, mismo que ha visto un freno en términos generales.
Colocación crediticia
La entrega de financiamiento a la vivienda en el mercado tradicional, conformado por la banca, Infonavit y Fovissste, cayó 7.9% entre enero y abril de 2019. De acuerdo con el boletín estadístico de la Asociación de Bancos de México (ABM), el número de financiamientos entregados se ubicó en 146,200. Este número de hipotecas equivalió a una inversión de 105,100 millones de pesos.
En este escenario, mientras la actividad de la banca creció 0.7%, la de los organismos públicos registró un descenso de 10.6 por ciento.