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Reconfiguración familiar, factor del rezago habitacional

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Los especialistas señalaron que la reconfiguración familiar, sumada al encarecimiento de la vivienda, impulsa el rezago habitacional

La gentrificación ha generado en los últimos meses un debate sobre las causas del rezago habitacional. Entre las que destacan el incremento en el costo de la vivienda, el encarecimiento de los materiales de construcción y la falta de oferta. Sin embargo, especialistas señalan que también influyen la reconfiguración familiar y el crecimiento poblacional.

Ricardo González Lomelí, presidente de la CMIC CDMX, ejemplificó que, tan sólo en la Ciudad de México, desde 1970 la población aumentó 37 por ciento.

“De acuerdo con las proyecciones del censo de población y vivienda del INEGI, entre 1970 y 2020, la Ciudad de México registró un notable aumento en su densidad poblacional, pasando de 4,500 habitantes por kilómetro cuadrado, a 6,163 habitantes, lo que representa un incremento al 37% en cinco décadas”, explicó.

Indicó que a este incremento se suma la reconfiguración familiar, con divorcios, familias más pequeñas y otros nuevos modelos que han impulsado la necesidad de un mayor número de viviendas.

“Para 2025, el Consejo Nacional de Población registró un incremento a la esperanza de vida con una media de 76 años, 73 para hombres y 79 para mujeres. Aunado a esto, factores como la tasa de matrimonios, divorcios, y la reestructuración familiar ha influido en la creciente demanda de viviendas”, comentó.

A pesar del crecimiento sostenido de la población, la vivienda no avanzó al mismo ritmo. De acuerdo con el INEGI, más del 60% de la población vive en condiciones de hacinamiento, sumado al bajo número de viviendas construidas.

“Actualmente, México enfrenta un rezago habitacional, ya que el crecimiento poblacional ha superado los 40 millones de habitantes en los últimos 30 años y solo se han construido 17 millones de viviendas”, detalló.

Leopoldo Hirschhorn, presidente de Canadevi Valle de México, puso en contraste algunos indicadores sobre la necesidad de vivienda frente a las unidades construidas.

“El año pasado en la Ciudad de México hubo 25,000 matrimonios en el registro civil, 70,000 estudiantes salieron una carrera de la universidad y 80,000 niños nacieron. ¿Cuánta vivienda vamos a necesitar? El año pasado hicimos (el sector privado) 3,500 viviendas”, subrayó.

Estos indicadores muestran que, además de construir más unidades, se requiere implementar modelos que faciliten el acceso a la vivienda. A través de la investigación ‘Hacer posible la vivienda asequible: Desafíos, alternativas y propuestas’, coordinada y revisada por la asociación civil CoRe Ciudades Vivibles y Amables y elaborada por el colectivo Resiliente: Estudio de Soluciones Urbanas, se proponen modelos alternativos para alcanzar este objetivo.

Adrián Labastida Salgado, miembro de Resiliente, señaló que los modelos sugeridos permiten la participación de diversos segmentos poblacionales, lo que podría garantizar un acceso equilibrado a la vivienda.

“El envejecimiento de la población, la reducción del tamaño en los hogares, el aumento de los hogares monoparentales y muchas veces solo liderados por mujeres y el deterioro ambiental. Cada vez estas nuevas formas de habitar tienen que adaptarse a las nuevas formas de vivienda. No podemos seguir pensando bajo este paradigma de: una familia, un hogar, una casa, porque todo cambia, todo es transformador y todo tiene diferentes formas de entenderse hoy en día”, comentó.

Julio Mendoza, gerente comercial de Inmuebles24, indicó que, en 2022, las unidades de tres recámaras representaban 54% del total de búsquedas; actualmente representan 45%. Por el contrario, la demanda de espacios de hasta una recámara creció y ahora alcanzan 18% del total.

El especialista añadió que las unidades de tres recámaras son las más demandadas en el Valle de México, con 69% del total de las búsquedas; las de dos recámaras encabezan en la CDMX con 41%; y las de hasta 1 recámara tienen la mayor demanda en la capital con 17 por ciento.

Estos indicadores reflejan el cambio en la búsqueda de vivienda, que podría estar influenciado por la reconfiguración familiar y el costo de las unidades.

Respecto al costo, Ricardo González Lomelí recordó que hace 25 años el precio promedio de la vivienda era de 500,000 pesos. Actualmente, este costo ronda los 5 millones de pesos (mdp).

“Este fenómeno de crecimiento poblacional se ha visto acompañado por incrementos desproporcionados en los precios de la vivienda. En el año 2000, el costo promedio de una casa nueva que era de 500,000 pesos, hoy el peso por medio ascienda a 5 mdp. De acuerdo con el Instituto Mexicano de Ingeniería de Costos, hasta abril de 2025 la construcción de una vivienda unifamiliar de interés sociales tiene un costo promedio de 10,816 pesos por metro cuadrado, lo que representa un aumento del 8% respecto al año anterior”, concluyó.

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Rebeca Romero


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