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Fraudes inmobiliarios son cada vez más elaborados, advierten expertos

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Los fraudes inmobiliarios representan pérdidas anuales por más de 600 mdp, y son una de las principales quejas presentadas ante la Profeco

Los fraudes inmobiliarios son engaños o actividades ilegales que se llevan a cabo en el mercado de bienes raíces para obtener ganancias injustas. Esto mediante la manipulación u omisión de información importante para engañar a las partes involucradas; o bien, el incumplimiento a un acuerdo trazado dentro de una transacción inmobiliaria.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), los fraudes inmobiliarios representan pérdidas anuales por cerca de 600 millones de pesos (mdp). Además de que este tipo de fraudes son una de las 10 principales quejas presentadas ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), especialmente en la Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Nuevo León.

De igual manera, datos del portal inmobiliario Propiedades.com indican que el 65% de los fraudes inmobiliarios se concentran en la Ciudad de México, y el 95% de los reportes se presenta principalmente en el segmento de las rentas.

No obstante, si bien el foco de alerta se ha centrado en inquilinos, víctimas de supuestos agentes o propietarios que desaparecen con depósitos o rentas adelantadas, los propietarios no están exentos de riesgos, pues enfrentan engaños que pueden resultar en largos y costosos litigios, pérdidas económicas e incluso la dificultad en la recuperación del inmueble.

Al respecto, expertos de Homie destacan que los engaños dirigidos a arrendadores se han ido sofisticando con el tiempo, pues van más allá del deterioro del inmueble o el impago ocasional.

Los riesgos para propietarios

“Los engaños son cada vez más elaborados derivado a los vacíos en los procesos de verificación de inquilinos. Algunas de las modalidades más recurrentes incluyen identificaciones y comprobantes falsos, este es uno de los fraudes más comunes y difíciles de detectar. Se recurre a la falsificación de credenciales de elector, estados de cuenta bancarios, recibos de nómina y cartas de referencia para aparentar solvencia y estabilidad económica. Las consecuencias son inmediatas, pagos retrasados o nulos y la dificultad para iniciar procesos de desalojo”, comentó Melisa Gaitán, directora de Crecimiento y Ventas de Homie.

De acuerdo con la plataforma, un fraude que ha ido en aumento es el de individuos con cierto grado de reconocimiento público, como figuras políticas, influencers o personalidades mediáticas, que utilizan su posición para generar una falsa sensación de confianza.

Una vez en el inmueble, comienzan a incumplir con los pagos y cuando el propietario intenta ejercer sus derechos, recurren a la intimidación, amenazas o incluso el hacer uso de supuestas conexiones para orillar al propietario a no cobrar la deuda y desistirse de acciones legales.

Otra práctica recurrente es que los inquilinos una vez dentro del inmueble, lo destinan a actividades no permitidas por el contrato, como la operación de negocios, la organización de fiestas que alteran la convivencia o incluso el subarrendamiento sin el consentimiento del propietario y a precios altos, generando un lucro indebido.

¿Cómo evitar fraudes inmobiliarios?

“Es muy importante contar con un contrato que cubra todos los escenarios y que vele por la seguridad del inmueble y comunidad dentro de un complejo habitacional”, destacó Gaitán.

Asimismo, destacó la importancia del uso de tecnología y la asesoría especializada en el proceso de verificación de documentos, antecedentes e información proporcionada por los aspirantes a inquilinos.

Una evaluación confiable del inquilino debe incluir la validación de identidad, análisis de solvencia económica, investigación de antecedentes no penales, monitoreo continuo de la situación económica a lo largo del contrato y más.

“No se trata solo de elegir a un inquilino, sino de asegurar una relación basada en la transparencia y la confianza mutua. La tranquilidad de un arrendamiento seguro radica en la capacidad de anticiparse, mitigar los riesgos, y para ello, es impredecible asesorarse con expertos”, concluyó la directiva.

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Fernanda Hernández

Reportera y redactora en Centro Urbano. Soy egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Me interesa la cultura, el urbanismo y la arquitectura. Amante del mundo digital, el cine, la música, la lectura y la escritura.


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