La jefa de ONU-Habitat México, Cuba y Centroamérica indicó que cerca de 2,800 millones de personas en el mundo carecen de una vivienda adecuada
Al participar en el foro ‘El Futuro de la Vivienda en México’, Fernanda Lonardoni, jefa de ONU-Habitat para México, Cuba y Centroamérica, destacó que el reto de garantizar vivienda digna y asequible se ha agravado en los últimos años.
Y explicó que, actualmentre, cerca de 2,800 millones de personas en el mundo sufren insuficiencia habitacional, y más de 1,100 millones viven en asentamientos informales o barrios marginales.
En ese sentido, la especialista indicó que la crisis global de la vivienda requiere respuestas urgentes e innovadoras. “No podemos seguir postergando la acción”, afirmó.
“En la Agenda 2030 logramos posicionar la vivienda con el ODS 11, dedicado a las ciudades sostenibles, y su primera meta enfocada en la vivienda adecuada y los asentamientos informales. Sin embargo, aún persisten retos significativos, especialmente en accesibilidad, regulación y financiamiento”, agregó.
Durante su ponencia, Lonardoni contextualizó la crisis de vivienda dentro de otros desafíos globales interconectados:
- Asequibilidad en crisis: Resaltó que la pandemia y el repunte inflacionario han generado la peor crisis de asequibilidad en más de una década., y, hoy en día, la vivienda es menos accesible que en la crisis financiera global de 2008, por lo que millones de familias enfrentan dificultades para pagar alquileres o acceder a créditos hipotecarios.
- Impacto climático: Para 2050, se estima que 215 millones de personas se verán desplazadas dentro de sus propios países debido a desastres naturales. Las ciudades y las viviendas representan una parte significativa de los daños, lo que hace urgente una planificación urbana resiliente.
- Desigualdad de género: Las mujeres y niñas son las más afectadas por la falta de vivienda adecuada, lo que limita su acceso a oportunidades y aumenta su vulnerabilidad.
Asimismo, la jefa de ONU-Habitat presentó cinco recomendaciones clave para avanzar en la solución de la crisis global de vivienda:
- Liderazgo político e innovación:
- Fortalecer el liderazgo gubernamental para anticipar tendencias del mercado.
- Fomentar una coordinación multisectorial entre vivienda, salud, educación y empleo.
- Implementar subsidios transparentes y bien dirigidos para los sectores más vulnerables.
- Invertir en inteligencia e innovación para mejorar la toma de decisiones.
- Mercados de vivienda más asequibles:
- Regular y optimizar los costos de producción de vivienda.
- Reformar las regulaciones urbanísticas para permitir construcciones más accesibles y escalables.
- Promover nuevos esquemas de financiamiento para facilitar el acceso a créditos.
- Diversificación del mercado habitacional:
- Incentivar la reutilización de viviendas vacantes.
- Promover modelos de alquiler accesible, especialmente para jóvenes y adultos mayores.
- Fomentar alianzas estratégicas con el sector privado y la sociedad civil.
- Inclusión y participación ciudadana:
- Involucrar a la población en la planificación urbana y habitacional.
- Asegurar que las viviendas estén bien ubicadas y conectadas con oportunidades de empleo y educación.
- Reforzar la mejora integral de asentamientos informales, con acceso a servicios básicos.
- Cooperación internacional y financiamiento sostenible:
- Fortalecer la cooperación internacional para compartir experiencias y modelos de éxito.
- Movilizar recursos del sector público y privado para ampliar el acceso a financiamiento.
- Implementar mecanismos innovadores como subsidios cruzados y asociaciones público-privadas.
“La vivienda debe ser el centro de nuestra acción global. No podemos hablar de desarrollo sostenible sin garantizar un hogar digno para cada persona”, concluyó Lonardoni.
