“Gracias a donativos, que sumaron cerca de 220 mdp, Fundación Hogares llevó a cabo la rehabilitación física de espacios públicos”
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, el municipio de Jojutla, Morelos, resultó gravemente dañado, con casas, edificios y comercios derrumbados, y cientos de familias que perdieron su patrimonio.
Sin embargo, con ayuda de voluntarios y organizaciones, poco a poco comenzó un esfuerzo de reconstrucción, que no solo buscaba levantar casas, sino restaurar el sentido de pertenencia y esperanza de la gente.
Tal es el caso de la Fundación Hogares, que llevó a cabo un proyecto reconstrucción enfocado en la rehabilitación de espacios públicos y en el fortalecimiento de la cohesión social.
“Gracias a los donativos del Infonavit, principalmente, y organizaciones como Fundación ADO, Fundación Banorte, Nacional Monte de Piedad y Tecnológico de Monterrey, entre otras, que sumaron cerca de 220 millones de pesos, Fundación Hogares llevó a cabo un proyecto de reconstrucción enfocado en la rehabilitación física de espacios públicos y en el fortalecimiento de la cohesión comunitaria”, señaló José Roberto Lagunes, gerente de Procuración de Fondos y Comunicación del organismo.
Asimismo, indicó que dicho monto se destinó a la regeneración urbana ligada a la recuperación social. De manera que, se construyeron 60 viviendas para las personas que más lo necesitaban y se intervinieron ocho espacios públicos; además de que se brindó atención, contención, apoyo psicológico y ejercicios para la gestión emocional a la población del municipio.
Lo anterior, como parte de un programa de contingencias de la Fundación Hogares, que se basa en tres ejes de acción: regeneración social, reconstrucción de espacios públicos y reactivación económica; elementos que están interconectados y contribuyen al bienestar de una comunidad.
“Desde el principio, Fundación Hogares entendió que la recuperación no solo implicaba construir o restaurar edificios, sino que también era importante fortalecer el aspecto social en Jojutla. Por ello, nuestros esfuerzos se centraron también en el diagnóstico y acompañamiento comunitario y la organización vecinal. De esta manera, la comunidad se unió y en el proceso, encontraron soluciones conjuntas”, detalló Lagunes.
De igual manera, el especialista destacó que la rehabilitación de espacios públicos detonó círculos virtuosos de colaboración en el municipio morelense.
“Para las familias que habían perdido su vivienda, la rehabilitación de los espacios públicos fue esencial. Algunos los consideraban refugio, y muchas mujeres, incluso, comenzaron a reunirse allí para compartir sus preocupaciones y necesidades. Sin planearlo, se organizaron y actuaron.
“Así nacen Huachinela, Ixtli y Pankalli, tres cooperativas creadas por y para mujeres que ejemplifican cómo la rehabilitación del espacio público detona un círculo virtuoso de colaboración”, expuso.
Y explicó que Huachinela se especializa en la fabricación de calzado artesanal, Ixtli en la creación de bolsas tejidas y Pankalli en la panadería; y estos espacios permiten a las mujeres ofrecer empleo y capacitación a otras mujeres, lo que fortalece su independencia económica y genera redes de apoyo.
“Por ello, con la reconstrucción física no solo se trata de mejorar el entorno, también se busca rehabilitar el tejido social, fomentar la integración y crear lazos que refuercen la identidad colectiva y promuevan un futuro más equitativo y justo”, finalizó el directivo de Fundación Hogares.